El museo de la cultura agraria también se luce en invierno
El centro ubicado en San Vicente de O Grove prepara una degustación de vinos y un homenaje a Rosalía de Castro

La plantación de centeno llevada a cabo en O Quinteiro. / FdV
Tras la siembra de centeno celebrada el fin de semana, acompañada de un «xantar» tradicional a base de mejillones, chorizos al vino y fabada con setas, el Centro de Interpretación de la Cultura Agraria (CICA) O Quinteiro de Temperán ya diseña nuevas actividades con las que atraer y satisfacer a vecinos y visitantes durante lo que resta de invierno.
Entre las próximas citas en este espacio museístico asentado en el lugar de Cacheirás, en la parroquia de San Vicente de O Grove, se encuentra una cata ciega con degustación de vinos caseros.
Participarán diferentes caldos de la península grovense que podrán saborearse al calor de la «lareira» y acompañados de algún que otro aperitivo.
Tendrá lugar el 8 de febrero, de 11.30 a 14.00 horas, incluye un almuerzo y se reserva a un máximo de treinta personas, por lo que es preciso inscribirse previamente.
«Caldo de gloria»
También en febrero, pero el día 23, se celebrará una actividad centrada en la vida y obra de la insigne Rosalía de Castro, en este caso para cuarenta personas, también con almuerzo y posibilidad de degustar el popular «caldo de gloria», además de asistir a actuaciones musicales y recitales poéticos.
Estas actividades, sumadas a diferentes talleres y recreaciones de todo tipo, constituyen una forma de enriquecer y desestacionalizar la oferta cultural y turística de la localidad meca y de toda la comarca, donde cada vez cobra mayor protagonismo este entrañable espacio puesto en marcha hace una década
Una casa «labrega» del siglo XVIII en la que se sigue compartiendo espacio con los animales, se realiza la matanza tradicional del cerdo, se ahuman los chorizos y se organizan jornadas micológicas, entre otras muchas propuestas.

La Festa da Malla es una de las actividades desplegadas en el Centro de Interpretación de la Cultura Agraria (CICA) O Quinteiro de Temperán. / CICA O Quinteiro de Temperán
Eso sin olvidar propuestas como la de elaborar pan de centeno para llevárselo a casa, destilar orujo o aprender a diferenciar las plantas que en generaciones pasadas se utilizaban para alimentación o con fines medicinales.
Al calor de la «lareira»
Ambientada en aquellos tiempos en los que niños y adultos se reunían para contar historias y cantar al calor de la cocina de hierro, la «lareira» o el alambique, esta casa típica del rural convertida en museo dispone de todos los elementos necesarios para transportar al pasado a todo aquel que la visite, sin necesidad de esforzarse demasiado en dejar volar su imaginación.
Las fotos antiguas que cuelgan de sus paredes, el mobiliario tradicional, la «lareira», bodega, taller –con algunas viejas herramientas hoy en día totalmente desconocidas para la mayoría–, vajilla, tarteras, el gallinero, el alpendre y las cuadras, entre otros muchos elementos o espacios, sirven para recordar y enseñar al visitante cómo era el rural de antaño.

Visitantes en O Quinteiro de Temperán. | FdV
Una labor divulgativa de la que también forman parte la «eira de mallar» –pieza clave de la fiesta recreación de la tradicional «malla»–, los terrenos anexos –en los que plantar centeno, maíz y patatas–, los útiles de labranza y el alambique.
Para escolares
Además, el CICA O Quinteiro da una lección de vida a los muchos escolares que lo visitan, ya que también funciona como escuela.
Un aula en la que familiarizarse con las costumbres y tradiciones de sus ancestros, además de poder realizar trabajos manuales poco habituales para ellos, como desgranar las espigas de maíz o recogerlas en el hórreo.
Son, a la postre, propuestas educativas mediante las que divulgar entre los niños la cultura y tradiciones agrarias, «mostrándoles antiguos trabajos y tradiciones vinculados al campo», explican los responsables de estas instalaciones museísticas.

La siembra del centeno. / FdV
Las mismas en las que es posible saborear platos típicos como el «raxo» o el cocido y que reproducen un espacio etnográfico que «define dos realidades» de la Galicia rural, como son «la casa, entendida como el lugar o el edificio en el que convive la familia, y la casa utilizada como espacio productivo y reproductivo, como extensión de la familia que la habita y lugar en el que se trabaja», reflexionan en el CICA.
En definitiva, que por estas y otras muchas razones, O Quinteiro de Temperán se convierte en una propuesta válida para disfrutar del invierno.
Al tiempo que, unido al yacimiento arqueológico de Adro Vello –situado a escasos metros–, al Acuario de Punta Moreiras –también muy cerca– y al Museo de la Pesca y la Salazón, constituye un aliciente más para acercarse a O Grove.
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