Arousa lonja a lonja
Vilaxoán: ni recuerdo de lo que fue
Apenas facturó 636.000 euros por 37 toneladas de almeja y berberecho
En 2008 fueron 1,2 millones de euros, pero entonces también se vendía sardina, camarón y nécora
En 2024 completó el cuarto peor año de su historia

Pesca de camarón con nasa en Vilaxoán (Vilagarcía). | M. Méndez
La lonja vilagarciana de Vilaxoán es una de las que están en caída libre, como la de Vilanova, y de las que padecen la crisis productiva del marisqueo que sacude a toda la ría.
Esta «rula» acaba de cerrar 2024 con el cuarto peor resultado de toda su historia: 636.000 euros que igual el balance obtenido en 2022 y están ligeramente por encima de los registros de 2012 y 2001. Eso sí, con mucho menos producto: apenas 38 toneladas.
Lejos, muy lejos, están aquellos 1,2 millones de euros que Vilaxoán conseguía en 2008 y 2007 gracias a la venta de unas 157 y 148 toneladas de producto, respectivamente.
Claro que aquello es algo impensable desde hace mucho tiempo, ya que nunca más –ni antes ni después– se superó en Vilaxoán la barrera del millón de euros.
Los años que más se acercaron fueron 2018, con 974.000 euros, 2023, con 875.000 euros ingresados, y 2019, cuando se superaron los 873.000 euros.
Incluso puede destacarse a 2022, puesto que, con 849.000 euros, había sido un año para la esperanza, al superar los 772.000 euros de 2021.
Pero a estas alturas ya no hay esperanza que valga y los pobres 636.000 euros del año pasado colocan a la lonja vilaxoanesa en el puesto número 40 de las «rulas» gallegas, en lo que a facturación se refiere.
Esto es tanto como decir que solo hay dieciocho puntos de primera venta con peores ingresos, pero son meramente testimoniales en el balance global gallego.
A modo de ejemplo decir que inmediatamente detrás de Vilaxoán se sitúa la lonja de A Pobra do Caramiñal, con 556.000 euros el año pasado, seguida de Río Anllóns y Esteiro, en ambos casos con 535.000 euros.
Mucho más abajo, Sada, Pontedeume, Muxía, Panxón, Miño y Cooperativa Ría de Arosa, con casi 81.000 euros.

El puerto de Vilaxoán, cuya actividad está cada vez más limitada a la acuicultura. | M. Méndez
Mirando hacia arriba, Vilaxoán puede ver inmediatamente encima a una lonja como la de Vilanova, que como se explicaba hace días atraviesa el peor momento de su historia, limitándose el año pasado a 650.000 euros.
Carril
Lo que no podrá ver Vilaxoán con esos 636.000 euros, es a lonjas que, aún atravesando un mal momento a causa de la escasez de marisco de concha, están a años luz, como Carril y sus casi ocho millones de euros, O Grove y Cambados, en ambos casos superando los 6 millones, tal y como se detalló en días pasados en FARO.
¿Por qué pasa esto? Pues por la citada debacle del marisqueo, pero también porque antiguamente Vilaxoán vendía sardina y otros muchos pescados, además de cefalópodos y crustáceos.
Sumaba casi una treintena de especies diferentes en las subastas. Especies que o no se pescan o bien se comercializan en otros puertos, de ahí que ahora la lonja vilaxoanesa se limite a «un puñado» de almeja y berberecho.
Prueba de ello es que los 636.000 euros del año pasado se reparten entre solo cuatro especies: 582.000 obtenidos con la almeja japónica (35 toneladas), 43.000 euros de la fina, 12.000 del berberecho y 113 euros de la babosa.
En 2008 la japónica se cotizaba mucho peor, de ahí que solo se recaudaran 376.000 euros, pero es que el berberecho había generado entonces 377.000 euros, la fina alcanzaba los 168.000 y la babosa ofrecía 163.000 euros. Es decir, ni punto de comparación con lo que sucede actualmente.
En aquella época a esos bivalvos se sumaban, por ejemplo, la sardina (111.000 euros), nécora (31.000) y camarón común (23.000 euros).
Además de especies como el choco, pulpo, bocarte, raya, maragota, merluza, jurel, centollo y tantas otras que ahora ni siquiera se asoman por Vilaxoán.
Un puerto cada vez más limitado a la acuicultura, gracias a la actividad de los mejilloneros, cuya cofradía dispone este año de planes de explotación como el de marisqueo a pie en las autorizaciones asignadas entre Punta Ferrazo y Regato Aduana, válido para un máximo de 70 personas que disponen de 175 días de labor.
También dispone de un plan específico para navaja y longueirón mediante suministro de aire desde superficie o en apnea.
Es válido para ocho buzos/tripulantes en cuatro barcos, con 140 días permitidos desde la línea que une Regato Aduana con el islote de A Gorma hasta Punta Borreiros, desde allí al puerto vilaxoanés y de Punta Castelete a Punta Ferrazo.
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