La nueva vida de los bienes de los narcos
A Illa ha sido la última institución pública en reclamar terrenos requisados a condenados por narcotráfico para convertirlos en un bien público o social. En O Salnés existe una larga lista, pese a la lentitud que, en muchas ocasiones tienen estos procesos para la Fundación Galega contra o Narcotráfico.

Pazo de Vista Real, en Vilanova de Arousa. / Iñaki Abella
A. G.
Formaban parte del patrimonio amasado gracias a los réditos del narcotráfico, pero ahora son inmuebles y bienes que se han destinado a un uso público o con un alto componente social. Edificaciones, vehículos y hasta un velero han sido entregados a organizaciones o administraciones públicas a través de subastas o adjudicaciones directas de la Agencia Tributaria o el Plan Nacional Sobre Drogas tras ser intervenidos a los narcos, en una forma de paliar el daño causado por sus anteriores propietarios a la sociedad.
La lista en O Salnés de estos bienes es bastante larga y se ha ampliado recientemente con la adquisición, por parte del Concello de A Illa, de varios terrenos intervenidos a Marcial Dorado, unos terrenos que servirán para construir viviendas sociales en la avenida da Ponte y para crear un gran parque público en la zona de Outeiro. Fernando Alonso, gerente de la Fundación Nacional contra o Narcotráfico, elogia esas decisiones de las administraciones públicas porque «es un mensaje que se lanza a la sociedad de final feliz tras haberle arrebatado esa riqueza, obtenida de forma ilícita y causando un severo daño a la sociedad, por parte del narcotraficante».
Sin haber sido adquirido por una entidad pública, el Pazo de Baión es uno de los ejemplos más paradigmáticos de esta situación. El pazo, otrora emblema de Laureano Oubiña, resultó intervenido durante años y acabó siendo subastado por el fondo de bienes Decomisados al Narcotráfico, siendo adquirido por la bodega Condes de Albarei con la obligación de contratar personal en situación de rehabilitación de su dependencia y una aportación porcentual de sus beneficios para esa causa. «Más allá de que sea un bien público o privado, lo que se debe destacar es que se encuentra en manos honradas y que muchas familias pueden vivir de que esta propiedad dejase de estar manchada por la lacra del narcotráfico», explica Alonso.
Sin haber sido adquirido por una entidad pública, el Pazo de Baión es uno de los ejemplos más paradigmáticos de esta situación. El pazo, otrora emblema de Laureano Oubiña, resultó intervenido durante años y acabó siendo subastado por el fondo de bienes Decomisados al Narcotráfico, siendo adquirido por la bodega Condes de Albarei con la obligación de contratar personal en situación de rehabilitación de su dependencia y una aportación porcentual de sus beneficios para esa causa. «Más allá de que sea un bien público o privado, lo que se debe destacar es que se encuentra en manos honradas y que muchas familias pueden vivir de que esta propiedad dejase de estar manchada por la lacra del narcotráfico», explica Alonso.

El «Laion» navegando por aguas de O Grove. |
Otro caso paradigmático fue la adquisición del pazo de Vista Real por el Concello de Vilanova de Arousa en subasta pública de la Agencia Tributaria en la que salieron a la venta varias propiedades de la familia Charlín. El pazo, que estaban reformando los Charlín fue intervenido por la Audiencia Nacional más de una década antes de 2010, cuando pasó a manos públicas para convertirse en un referente de formación laboral gracias a los diferentes obradoiros de Emprego y a la actividad del Centro de Desenvolvemento Local. Además, también cuenta con un parque público para uso de los vilanoveses y la enorme finca que lo rodea ha sido escenario de todo tipo d e eventos sociales. A los Charlín también pertenecía un bajo en As Sinas que hoy es el archivo municipal.
Vilagarcía también se hizo con la Casa Jaureguízar por 174.000 euros tras llegar a un acuerdo con el Plan Nacional sobre Drogas. Aunque está pendiente de rehabilitación, pero su destino es acabar siendo un local para uso de personas mayores con zona de reuniones, de juegos, de lectura o salas para la realización de cursos en el piso inferior y una gran sala de usos múltiples en el primero. El Concello de Vilagarcía también disfruta de todo el equipamiento intervenido a una plantación de cannabis: aire acondicionado, focos y hasta unos ventiladores que se llegaron a utilizar en la piscina de Fontecarmoa durante un tiempo.

Casa Jaureguízar de Vilagarcía. | Iñaki Abella
Cogami fue una entidad que también disfruta de un bien requisado al narcotráfico. En el año 2002, la entidad ponía en marcha el proyecto Gavea (Galicia Vela Adaptada) gracias a la entrega del velero «Laion», un barco que se dedicó a transportar cocaína de un lado al otro del Atlántico, hasta que fue apresado a finales de los años 90. El barco ha sido adaptado para que las personas con diversidad intelectual puedan moverse sobre cubierta y participen en las navegaciones que llevan más de dos décadas realizando por las costas gallegas. Además de Cogami, también la Cruz Roja disfruta del uso de algún vehículo decomisado.
Pese a estas buenas noticias, Fernando Alonso cree que todavía queda mucho por hacer a la hora de agilizar que los bienes amasados por los narcos puedan pasar a manos públicas lo antes posible ya que muchos de esos bienes, especialmente motores o vehículos, acaban deteriorándose durante los años de espera. «La Fundación lleva años reclamando que se cedan de forma provisional a entidades sociales mientras sigue adelante la causa para evitar que se acaben deteriorando durante años», explica.
«No puede ser que sigan usando las casas intervenidas»
Charlín, Miñanco, Dorado, ... todavía siguen disfrutando de viviendas o de bienes inmuebles que les han sido intervenidos, algo que la Fundación Galega Contra o Narcotráfico quiere evitar en el futuro. «Estas situaciones claman al cielo, se debe cambiar claramente la legislación para no permitir que personas que han sido juzgadas, condenadas y hasta han cumplido sus penas, continúen disfrutando de los bienes que les han sido intervenidos», explica Alonso. Eso es posible «gracias a todas las trabas jurídicas que interponen pero resulta una burla a la sociedad, que sigan disfrutando de la propiedad como si fuesen sus dueños cuando ya no les pertenece».Un ejemplo de esa situación fue el patriarca de los Charlín, Manuel Charlín, que vivió en su casa de Vilanova hasta su fallecimiento, o la situación en la que se encuentra la vivienda de Marcial Dorado en A Illa. También ocurre con Sito Miñanco al que «se le decomisaron varios pisos que se encuentran en el Fondo de Bienes Decomisados, pero que todavía no han salido a subasta y continúa disfrutando de ellos». A mayores, recuerda Alonso, al cambadés se le intervino una gran finca en Montalvo, en el Concello de Sanxenxo, «finca desde la que, según lo que se está contando en el juicio que se le sigue en la actualidad, habría diseñado desembarcos de droga; esto es inaceptable, que desde una propiedad intervenida por el Estado, los narcos sigan disfrutando de ella y planificando nuevos delitos».
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