El BNG rechaza una tasa turística y alega que O Grove no es Santiago
El alcalde busca el modo de ingresar para poder prestar más y mejores servicios
Anselmo Noya cree que basta con gestionar mejor el dinero que hay

Turistas en la pasada Festa do Marisco de O Grove. | Noé Parga
El alcalde de O Grove, José Antonio Cacabelos Rico, lleva tiempo buscando el modo de aplicar una tasa turística o algo parecido que permita obtener ingresos extra con los que prestar más y mejores servicios a vecinos y visitantes en verano.
Frente a su postura está la del BNG, que se opone a una tasa turística y prefiere apostar por un modelo de turismo diferente.
Los nacionalistas, representados por Anselmo Noya, censura que el primer edil «lance globos sonda sobre tributos especiales al turismo cuando no es capaz de aplicar con eficacia y diligencia los fondos municipales ordinarios».
Habla de 6 millones de euros acumulados en remanentes, «es decir, dinero que no se utilizó en tiempo y forma para la finalidad que tenía, derivándose para otros usos 2,8 millones que tampoco se aprovecharon en su totalidad, quedando pendientes alrededor de un millón de euros que pueden perderse si no se ejecutan antes de marzo».
De ahí que el BNG se pregunte «qué sentido tiene recaudar más dinero si no hay capacidad para emplear lo que ya tenemos».
Esto lo lleva a repetir que «en materia de turismo hay dejadez por parte del gobierno de Cacabelos», poniendo como ejemplo que «de los dos millones de euros de la subvención de fondos Next Generation para el proyecto Gastromeca de sostenibilidad turística apenas se invirtió el 32%; lo justo para no perder la ayuda».
En relación con esto, Anselmo Noya declara que «la suerte quiso que se ampliara un año más el plazo para justificar el proyecto».

La Festa do Marisco de O Grove, esta mañana. / Concello do Grove
No se olvidan los nacionalistas de que «a estas importantes subvenciones debe sumarse medio millón de euros del PIE para complementar gastos ‘imprevistos’, como informes técnicos y demás».
La conclusión a la que llega el BNG es que mientras propone una tasa turística, el Concello «descuida totalmente cuestiones básicas como la imagen general de O Grove ante sus visitantes y el funcionamiento de servicios públicos».
Pone como ejemplo «el mal estado de los paseos de madera y los accesos a las playas», así como la «falta de limpieza en la villa, el deficiente pintado de calles y el nulo mantenimiento de las rutas de senderismo, entre otras muchas deficiencias».
Ironía
Se trata de «mejoras urgentes y necesarias que deberían ocupar a Cacabelos, porque una tasa turística que no se sabe ni cuánto va a permitir ingresar ni cómo se va a aplicar no va a ser la salvación».
Anselmo Noya llega a ironizar con la visita del alcalde meco a la alcaldesa nacionalista de Santiago para interesarse por la aplicación de la tasa.
Aunque la intención del regidor meco no era otra que estudiar posibles alternativas para su aplicación en O Grove, el BNG meco lo ve como una especie de muestra de superioridad de su partido, llegando a decir que O Grove no puede compararse con la capital de Galicia.
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