Arousa lonja a lonja

A Illa: siete millones de euros menos que en época de «vacas gordas»

La «rula» isleña despacha ahora la mitad de producto que en 2008

Se sitúa en el sexto puesto del ranking arousano por facturación; en el veinte de Galicia

Subasta de bivalvos en la lonja de A Illa.

Subasta de bivalvos en la lonja de A Illa. / Noé Parga

Manuel Méndez

Manuel Méndez

FARO DE VIGO inicia en el Concello de A Illa un repaso a la actualidad de las lonjas arousanas, que como se explicó en ocasiones anteriores atraviesan el peor momento de su historia, sin duda lastradas por la crisis del marisqueo.

Y eso se hace notar, precisamente, en «rulas» como la isleña, donde el mayor volumen subastado solía corresponder, precisamente, a los bivalvos.

Hay que empezar diciendo que este puerto es ahora el sexto más importante de la ría en cuanto a facturación, ocupando el puesto número veinte en el conjunto de Galicia.

Sucede después de que en 2024 ingresara 2,5 millones de euros, frente a un total de 69 millones de euros facturados en toda la ría arousana; más de 382 millones de euros en el conjunto de la comunidad gallega.

La lonja isleña obtuvo esos 2,5 millones de euros tras comercializar 465 toneladas de producto, mientras que había facturado 4 o 5 millones de euros en los años 2023, 2022, 2021, 2020, 2013, 2012, 2000, 1998 y 1997.

Más lejos aún quedan los 6 o 7 millones de euros que se obtenían en este puerto en 2019, 2018, 2016, 2015, 2014, 2004, 2001 y 1999.

E impensables resultan a estas alturas facturaciones de primera venta que se situaban entre 7 y 8 millones de euros, como las conseguidas en los años 2017, 2011, 2010, 2009, 2006, 2005, 2003 y 2002.

Los mejores años

Ni que decir tiene que los 9 millones de euros que se superaron tanto en 2007 como en 2008 en la lonja de A Illa son ahora cifras que ya solo quedan para el recuerdo y la nostalgia de unos pocos.

Y es que la pérdida de productividad, con la debacle del libre marisqueo como claro ejemplo de ello, es un lastre difícil de superar para lonjas que, como la isleña, tienen tanta dependencia del marisco de concha.

Analizando los productos subastados el pasado año, puede decirse que la almeja rubia, con 43 toneladas vendidas por valor de 671.000 euros (más IVA) encabeza el ranking económico, seguida por el camarón común, que generó 380.000 euros tras subastarse algo más de 5 toneladas.

El tercer puesto fue para la almeja babosa, con 247.000 euros (10 toneladas), por delante de la navaja, que se acercó a los 230.000 euros (15 toneladas), carneiro, con 173.000 euros, almeja japónica, 169.000, y longueirón vello, que superó los 136.000 euros.

Si estos resultados se comparan con los del año 2008, cuando se superaron los 9 millones de euros totales en la lonja isleña y se marcó el techo histórico de la misma, se aprecia claramente la diferencia.

Por aquel entonces la almeja babosa rozaba los 3 millones de euros (213 toneladas) y la fina superaba los 2 millones (76), mientras que la almeja rubia aportaba casi 1,5 millones de euros a la lonja y el camarón rozaba un millón.

Lamentablemente, todo ha cambiado mucho, de ahí que ahora el alga verde, la ortiguilla y el golfo incluso generen mayores ingresos que la nécora, el relojito y una desaparecida almeja fina, el año pasado limitada a 611 kilos que generaron 34.000 euros.

En definitiva, que la lonja de A Illa, que ha facturado unos 133 millones de euros en las dos últimas décadas por la venta de 15.000 toneladas d mercancía, sigue en caída libre, con otras como Corcubión, Portosín y Campelo pisándole los talones.

Previsiones para 2025

Por delante, un año que se prevé ciertamente complicado en el que, como se avanzaba hace días en FARO, la cofradía isleña tiene autorizado un plan de explotación marisquera desde embarcación apto para un máximo de 361 naves, con hasta tres tripulantes a bordo.

Disponen de 119 días de faena para las autorizaciones que van de Punta Aguiuncho a Punta Furado, y desde Sapeiras de Terra a Punta Quilme.

A mayores, 102 jornadas de faena en régimen de libre marisqueo, en este caso en zonas como Roncadeiras, Camallón, Areoso y Aceñas.

Mientras que para trabajar a pie se faculta a 200 socios isleños en las autorizaciones que van desde Sapeiras de Terra hasta Punta Quilme y en zonas libres como Espiñeiro, Gradín, Abilleira, O Campo, Mallón, A Comboa, Testos-Area Secada, Lagartiño y Praia do Peixe, entre otros bancos.

Algas y anémonas

A estos planes se suman los de gestión de recursos específicos como las algas, con 140 días de trabajo permitidos a 36 buzos y 18 barcos en la zona sublitoral que va de Punta Salinas a Punta Quilma, en la de Areoso, Camallón, desde Punta Testos a Punta Campelo y entre Punta Aguiuncho y Punta Furado.

Otro de los autorizados, también mediante buceo en apnea o con suministro de aire desde superficie, es el de las anémonas, con la «Anemonia viridis» como especie objetivo para catorce tripulantes y siete embarcaciones que disponen de 44 jornadas de faena entre Sapeiras de Terra y Punta Carreirón, Areoso, Camallón, Punta Testos, Niño do Corvo, Area Secada y Punta Cabalo.

La modalidad de apnea o suministro de aire desde superficie es la autorizada para extraer solénidos (navaja y longueirón) durante 230 días de labor, desde Sapeiras de Terra a Punta Quilme, en Areoso, Camallón y desde Punta Testos hasta O Cantiño.

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