A partir de ahora la nécora habla francés, está congelada o es una delincuente

La gallega entra en veda y ya no volverá hasta julio

2024 fue uno de los peores años de su historia en las lonjas

Incluso los años del «Prestige» y el COVID fueron mejores

Vigo compensa la debacle de Arousa

Algunas de las últimas nécoras de la ría en la plaza de abastos de Vilagarcía, el sábado.

Algunas de las últimas nécoras de la ría en la plaza de abastos de Vilagarcía, el sábado. / Noé Parga

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Como es habitual, la festividad de Reyes marca el adiós de la nécora gallega. Se va de veda, y ya no regresará a los mercados y las mesas hasta el 1 de julio, por lo que si se encuentra nécora a la venta a partir de ahora solo caben dos opciones: que sea foránea y el vendedor esté tratando de engañar al consumidor diciendo que es de aquí o que, siendo autóctona, proceda de la repudiable práctica del furtivismo o del congelador.

El adiós de este preciado crustáceo llega tras un año horrible para el sector, ya que las operaciones de primera venta se han cerrado con uno de los peores registros históricos para esta especie.

Más concretamente, las casi 72 toneladas despachadas por valor de 1,7 millones de euros representan el cuarto peor resultado, en cuanto a volumen.

Cierto es que la subida de precios ayudó a maquillar el resultado, pero aún así, 2024 pasará a la historia como el décimo peor año en ingresos por nécora desde que hay registros.

Atendiendo al volumen, hay que decir que incluso fueron mejores que 2024 los años marcados por la catástrofe natural del «Prestige» y los influenciados por el descenso de actividad y consumo a causa de la pandemia del COVID.

Esas 72 toneladas del pasado ejercicio solo superan a las 71 de 2001, las 70 de 1998 y las apenas 69 toneladas de nécora con las que se cerró 1999 en las lonjas de la comunidad.

2017 fue el techo

Las mayores cantidades se obtuvieron en 2017, con 149 toneladas, 2020, cuando se subastaron 134, 2005, con 129 toneladas vendidas en las lonjas, 2006, con 126 y 1997, cuando salían al mercado –al menos por los cauces reglamentarios– 119 toneladas de este crustáceo.

Los resultados más recientes también permiten constatar el agonizar de esta especie, una de las más castigadas por la pesca ilegal y el furtivismo, de ahí que no exista constancia oficial de buena parte del producto capturado en realidad por el sector.

Prueba de ello es que de las casi 113 toneladas subastadas en Galicia en el año 2021 se pasó al siguiente a 106 toneladas, para caer hasta las 86 toneladas de 2023 y, como queda dicho, las 72 toneladas de 2024.

Sus ingresos por nécora, es decir, los 1,7 millones antes aludidos, solo superan a los marcados a finales de los años noventa, a los del primer trienio de este siglo y a los de 2012, 2013, y 2014.

Dicho de otro modo, que a pesar de la subida de cotizaciones experimentada, la facturación de 2024 ha sido inferior a la de una veintena de años de las tres últimas décadas.

  • VIGO.

Periodo en el cual la Zona I (Vigo) despachó más de 763 toneladas de nécora que reportaron en primera venta unos ingresos de 13 millones de euros.

Lo cierto es que las lonjas de esta ría presentan el mejor comportamiento durante el pasado ejercicio, ya que se acercaron a las 20 toneladas de nécora y superaron con esta ella los 516.000 euros, frente a las apenas 18 toneladas y 427.000 euros de 2023, cuando se había experimentado un brusco descenso después de las casi 27 toneladas y los 554.000 euros de 2022.

Precisamente la lonja de Vigo fue la más importante para esta especie el año pasado, con 14 toneladas y 344.000 euros.

  • AROUSA.

Donde más se nota el tropezón de la nécora es en la Zona III (Arousa), que desde finales de los años noventa colocó en el mercado 945 toneladas de este crustáceo, para ingresar por ello cerca de 18 millones de euros.

Lo que sucede es que el año pasado las lonjas arousanas tuvieron que conformarse con 18 toneladas de nécora (523.000 euros), acentuando así una caída que ya se había hecho notar con las 27 toneladas (638.000 euros) de 2023.

Aquel balance ya estaba por debajo del de 2022, cuando se rondaron las 33 toneladas (703.000 euros) y del de 2021: 35 toneladas (722.000 euros).

Dicho de otro modo, que desde el año de la pandemia, que se había cerrado con 36 toneladas y 675.000 euros, la nécora está en caída libre en las lonjas arousanas y se deja por el camino la mitad de la producción en solo un lustro.

Tendencia a la baja que se aprecia en «rulas» como la de Ribeira, la tercera más importante de Galicia para esta especie y que el año pasado se quedó en 8 toneladas y 200.000 euros, y en la de O Grove –la cuarta del ranking–, con cerca de 7 toneladas y 235.000 euros.

  • PONTEVEDRA.

Este descenso es igual de apreciable en la Zona II (Pontevedra), donde las 13 toneladas anuales que se despachaban antes de la pandemia bajaron a cerca de 11 tanto en 2020 como en 2021, para caer hasta las 9 toneladas en 2022 (131.000 euros) y desplomarse hasta las 5,5 toneladas de 2023 (103.000) y las 3,7 toneladas de 2024 (72.0000 euros).

  • MUROS-NOIA.

Para completar las Rías Baixas hay que aludir a Muros-Noia (Zona IV), el pasado ejercicio con 2,5 toneladas de nécora comercializadas desde sus lonjas (48.000 euros), lo cual supone una tonelada y 10.000 euros menos que en 2023.

La lonja de Muros se limitó en 2024 a 1,9 toneladas del mentado crustáceo, por debajo de las 2,5 de Camariñas, las 4 toneladas de nécora vendidas en Cangas y las 4,2 de Burela.

Eso sí, superó ligeramente a Cambados y Marín, con alrededor de 1,7 toneladas de nécora en cada caso, a la lonja de A Illa (1,6) y a las de Corcubión, Carnota, Celeiro, Malpica y Baiona, todas ellas situadas por encima de una tonelada.

Todas la demás «rulas» gallegas se quedaron por debajo de esa cantidad, a excepción de A Coruña, que ocupa el segundo puesto del ranking con 13 toneladas y 242.000 euros.

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