Un año para olvidar en las lonjas de las Rías Baixas
De momento pierden 16.000 toneladas y 31 millones de euros respecto a 2023
La crisis del marisqueo se hace notar de manera importante

Descargas de centollo en el puerto de O Grove. / Noé Parga
Es cierto que los datos actuales aún son provisionales y que faltan por incorporar las cifras correspondientes a las operaciones de primera venta a realizar en esta recta final del año. Pero también lo es que todo apunta a que las lonjas gallegas, y muy especialmente las de Rías Baixas, van a cerrarlo con unos pésimos resultados; los peores que se recuerdan.
La caída del marisqueo, del que dependen buena parte de las «rulas» de Vigo, Arousa, Pontevedra y Muros-Noia, es el principal lastre que arrastra el sector mar-industria, y esto tiene su reflejo en los datos ofrecidos desde los diferentes puertos.
Este año se han despachado en las lonjas gallegas alrededor de 101.000 toneladas de producto, por valor de 365 millones de euros, correspondiendo a las asentadas en las Rías Baixas apenas 51.000 toneladas y 184 millones de euros.
La buena noticia es que estas últimas siguen, como otros años, despachando la mitad de la producción pesquera y marisquera; obteniendo por ello la mitad de los ingresos.
Caída considerable
La mala, es que esas 51.000 toneladas están lejos de las 67.000 con las que se cerró 2023, como lo están los 184 millones de euros actuales de los 215 millones conseguidos entonces.
Si se echa la vista atrás, la caída de descargas y facturación resulta todavía más evidente, pues si bien 2022 y 2021 se cerraron con 66.000 y 84.000 toneladas, el año de la pandemia lo había hecho con casi 75.000, y en el ejercicio precedente se subastaron más de 83.000 toneladas. En todos los casos con facturaciones que oscilaron entre los 223 y los 259 millones de euros.
Mucho más lejos quedan, desde luego, el año 2017, que con más del doble de la producción actual, 116.000 toneladas vendidas por 270 millones de euros, marcó el mejor registro histórico.
Vigo
Analizando lo sucedido en las diferentes zonas de las Rías Baixas, puede decirse que la Zona I (Vigo) aún está a tiempo de conseguir este año unos registros similares a los del anterior.

Traslado de pescado ya subastado en la lonja de altura / Lara Graña
Y es que, a falta de incorporar todas las operaciones de este mes, ha superado las 20.300 toneladas y ronda los 95 millones de euros, lo cual es tanto como decir que va camino de las 24.183 toneladas y los 104 millones de euros con los que cerró 2023.
Arousa
Peor lo tiene la Zona III (Arousa), ya que su dependencia del marisqueo es mucho mayor. Y esto explica que tras las casi 33.000 toneladas y 85 millones de euros del año pasado deba conformarse actualmente con apenas 23.000 toneladas y 67 millones de euros.
Pontevedra
A la Zona II (Pontevedra) le sucede algo parecido, aunque su producción marisquera es considerablemente menor que la arousana. En la ría del Lérez van camino de las 2.400 toneladas, vendidas por algo más de 10 millones de euros, lejos de las 3.700 toneladas y los más de 16 millones de euros del año pasado.
Muros-Noia
Para completar las Rías Baixas, la de Muros-Noia, que también sufre las consecuencias de la pérdida de productividad marisquera y pasa de algo más de 6.000 toneladas de producto a 5.163, de momento.
Lo más llamativo de esta ría es que parece recuperarse mejor que la de Arousa y compensa la caída en volumen con una subida de cotizaciones.
De ahí que los más de 12 millones de euros que han ingresado ya las lonjas muradano-noiesas superen los 10,7 millones del pasado ejercicio. Una diferencia que será aún más notable al cierre de 2024, en cuanto se incluyan las cifras de la campaña navideña.
Lonja a lonja
Atendiendo a la facturación obtenida en cada lonja, Vigo se mantiene al frente de las Rías Baixas tras ingresar en lo que va de año más de 81 millones de euros por la venta de más de 19.000 toneladas de producto.
Un volumen similar al subastado en la de Ribeira, que sin embargo facturó por ello algo más de 39 millones de euros.
La tercera posición del ranking es para una lonja tan «pequeña» como la de Carrril, donde se hace notar la labor de la Agrupación de Parquistas OPP-89.
Son ellos, los cultivadores de la afamada almeja carrilexa, los que mantienen este puerto a flote, y si bien han perdido producción respecto a años anteriores –como en casi todas partes–, han obtenido este año casi 546 toneladas de bivalvos.
Suficiente como para superar los 7 millones de euros que llevan a esta villa vilagarciana a codearse con las grandes localidades pesqueras de Galicia.Superando incluso a Cambados y O Grove, que en ambos casos rebasaron ya los 6 millones de euros, la primera lonja con mil toneladas vendidas y la segunda, con 492.

Primer día de subasta del afamado centollo de O Grove. / Noé Parga
Una diferencia enorme en cuanto a volumen que se ve compensada económicamente gracias a las mejores cotizaciones de la «rula» meca.
Sobre todo en el caso de los crustáceos –con el centollo como referente–, aunque también en el de los bivalvos, llegando a pagarse la almeja fina a 137 euros el kilo, la semana pasada.
En el mismo ranking aparecen, inmediatamente a continuación, las lonjas de Cangas, con 4,5 millones de euros; Muros, que va por 4 millones; Noia, que se acerca a esa cifra; Marín, que ha superado los 3 millones de euros; Baiona y Bueu, que están apunto de llegar a esa facturación.
Peces, cefalópodos y bivalvos
La familia de los peces marca la diferencia en las lonjas de las Rías Baixas, con 44.000 toneladas subastadas en lo que va de año, frente a las más de 57.000 despachadas en todo 2023. Los ingresos que ha generado bajaron de 123 a 117 millones de euros.
Los bivalvos son el segundo grupo más abundante, y también el que más parece acusar el descenso productivo de las rías, con 3.102 toneladas y 37 millones de euros desde el pasado 1 de enero.
Lejos de las 4.440 toneladas y los 56 millones de euros con los que se cerró el pasado año.La ría de Arousa, donde esta familia tiene mucho que decir, pasó de 2.749 toneladas en 2023 a las 1.657 toneladas de bivalvos actuales, y de 36 millones de euros bajó a 21 millones.
En la de Vigo habían sido 861 toneladas y 9 millones de euros el año pasado, quedándose actualmente en 593 toneladas y 7,5 millones de euros.
A continuación aparece la familia de los cefalópodos, igualmente castigada a causa de la progresiva desaparición del pulpo.
Esta especie, junto al choco y tantas otras, generaron hasta ahora casi 16 millones de euros, tras la venta de 2.307 toneladas.
Poca cosa, si se compara con los más de 20 millones de euros y las 3.523 toneladas del pasado ejercicio.
Otro grupo a tener muy presente, por las altas cotizaciones que puede llegar a marcar en lonja, es el de los crustáceos, que con apenas 481 toneladas este año ha generado ya cerca de 10 millones de euros, rozando los registros de 2023.
Los equinodermos, con el erizo de mar como estrella, han superado los 4 millones de euros (329 toneladas), completándose la relación con algas, poliquetos y otras descargas.
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