«Me mareaba, pero ahora no cambiaría esto por nada”

Sandra Falcón Gándara, nacida hace 40 años en Dena (Meaño) y su marido Diego Santos Parada, de 39 años y natural de Cambados, son dos de los protagonistas de la campaña del centollo iniciada ayer.

Padres de una niña llamada Senia que tiene 13 años, juega al fútbol en el Juventud de Cambados y toca la guitarra, y de un niño de nombre Gael, que a sus 11 años disfruta del balonmano en el Asmubal y toca piano, conforman una de las muchas familias arousanas que viven del mar y que se ilusionan cuando llega una temporada de pesca tan importante y esperada como la del centollo.

-Con dos niños no será fácil conciliar la vida laboral y familiar.

Siempre es complicado, pero me he adaptado bien porque por la mañana ellos van al cole mientras nosotros salimos a faenar, y por la tarde mientras Diego va a la lonja yo estoy con ellos y puedo llevarlos a las actividades.

-¿Lleva mucho tiempo dedicándose a esto?

Es mi tercera campaña del centollo. Siempre había trabajado en la hostelería, pero Diego me animó a que dejara. Me decía que no se encuentra gente para trabajar en el mar y que si yo me decidía trabajaríamos para nosotros y nos iría mucho mejor, así que me puse a ello, saqué los títulos necesarios y aquí estoy con mi patrón... pescando juntos.

La flota ya pesca centollo

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-Pero es un trabajo duro... ¿no se arrepiente del cambio?

Me arrepiento de no haber empezado antes. La verdad es que me gusta mucho el mar, a pesar de que al principio me mareaba y vomitaba cuando había temporal. Pero poco a poco me he ido adaptando, y ahora no cambiaría esto por nada, ya que me encanta.

-¿Qué es lo que más le gusta o le llama la atención?

Me gusta ver cómo trabaja Diego. Empezó en esto siendo un niño, con apenas dieciséis años, y cuando veo cómo se desenvuelve me parece impresionante. Ahora que estoy a su lado en el barco lo valoro mucho más porque sé lo difícil que resulta este oficio. Sé que me queda mucho por aprender, pero me adapto.

-¿Y cómo cree que va a evolucionar esta campaña? ¿Habrá centollo o no?

Eso nunca se sabe hasta que transcurren unos días y vamos viendo cómo están las cosas. Ojalá podamos mejorar los resultados de la anterior temporada porque no fue buena, pero nunca se sabe.

En principio queremos ser optimistas, y vemos positivo que el precio mínimo en lonja se elevara hasta los 12 euros porque el centollo que descargamos en O Grove lo seleccionamos mucho para que sea el mejor de todos.