Preocupación en O Grove tras el ataque de un jabalí a un perro y su dueño
El animal ha resultado herido de consideración
Sucedió en A Toxa, donde una hembra con cinco jabatos se había encarado el día anterior con un vigilante de seguridad de la isla

Samuel paseando con su perra «Era» y sus nietos. / FdV
Un jabalí de unos cien kilos de peso hirió de gravedad a un perro y atacó a su dueño cuando paseaban por A Toxa.
Los vecinos, claramente preocupados, extendieron rápidamente la noticia por O Grove, ya que son muchos los que, como los damnificados en esta ocasión, salen a pasear o hacer deporte con asiduidad por la emblemática isla, la mayoría acompañados de niños.
El ataque del animal causa enorme preocupación, sobre todo tras saberse que el día anterior una hembra, acompañada de cinco jabatos, se había encarado con uno de los miembros de la seguridad privada de la propia isla, aunque sin llegar a atacarlo.
Esperanza Míguez, una vecina del lugar de Campos, de 54 años, y su esposo Samuel, de 60, cuentan lo sucedido con enorme preocupación y hacen un llamamiento a las autoridades para que tomen cartas en el asunto, convencidos de que «ir a pasear por A Toxa es ahora muy peligroso, sobre todo si hacen como nosotros, que solemos acudir con nuestros nietos, que tienen solo uno y cuatro años, y nuestros dos perros».

La perra «Era» está recibiendo mimos y tratamiento. | FdV
Esta vez, «afortunadamente, mi marido fue a pasear solo, con nuestra perra ‘Era’, un pastor alemán de once años, porque yo me tuve que quedar en casa con el otro perro, puesto que está enfermo, y mis nietos se encontraban con su madre, Sara».
Burros «fariñeiros»
Cuando Samuel iniciaba el paseo junto a «Era» por la calle Condesa, entre la popular parcela de los burros «fariñeiros» –justo a la entrada de la isla– y el pinar en el que se ubica el chiringuito de la playa A Toxa Norte –al lado del puente–, «el jabalí lo atacó a traición, por la espalda».
Sin que mediara provocación o desafío alguno, ni siquiera involuntariamente, «el jabalí emitió un gruñido y se lanzó a por la perra, zarandeándola y revolcándola en el suelo antes de enfrentarse a mi marido», relata Esperanza.
«Tuvo la suerte de que había un palo tirado allí mismo –continúa–, por lo que pudo cogerlo y consiguió responder al ataque del jabalí, haciendo que saliera huyendo mientras veía con preocupación como nuestra perra también se escapaba asustada».
Eran las ocho de la tarde del miércoles, cuando aún había cierta actividad en la isla. Pero a pesar de la presencia humana, del paso de vehículos y de la cercanía de las viviendas, «el jabalí no dudó en atacar sin que mi marido pudiera reaccionar».
El jabalí emitió un gruñido y se lanzó a por la perra, zarandeándola y revolcándola en el suelo antes de enfrentarse a mi marido
Minutos después Samuel pudo encontrar a la perra, que tras pasar una noche complicada y sangrar por la nariz –una ecografía determinará las lesiones internas que puede tener–, ayer recibía los cuidados y mimos de toda la familia.
«Le estamos dando antibióticos y calmantes porque tiene algunas heridas superficiales, aunque las lesiones más graves podrían estar por dentro, ya que el jabalí la golpeó muy fuerte», explica la vecina grovense cuando alerta del «enorme peligro existente».

Una de las heridas del perro, que puede tener los mayores daños en su interior. / FdV
La misma que sospecha que «en caso de haber sufrido ese ataque el otro perro, ahora lo estaríamos enterrando; y no quiero ni pensar qué habría pasado si el jabalí aparece cuando vamos de paseo por la isla con nuestros nietos».
No va a volver
Por eso dice tener «muy claro» que no va a volver por allí «hasta que se ponga fin a esta grave amenaza».
Una reflexión que hace en voz alta «para que la gente tome conciencia del problema y el peligro que existe, ya que somos muchos los grovenses y los turistas que paseamos tranquilos por A Toxa desde hace muchos años, y ahora ya no podemos hacerlo».
Menos aún, insiste, después de que su marido fuera a denunciar lo sucedido ante la empresa de seguridad privada de la isla, «donde un guardia le dijo que él mismo se había encontrado el día antes con una hembra y sus cinco crías en actitud amenazante».
Puede haber más
Lo cual la lleva a decir que «si hay una hembra con jabatos también puede haber un macho, e incluso otros ejemplares adultos» en el Monte Central.
Una parcela también conocida como Parque Forestal Xaquín Álvarez Corbacho que tiene alrededor de 210.000 metros cuadrados de superficie y está repleta de árboles y amplias zonas de vegetación propicias para estos animales.

El hombre y el perro atacados en A Toxa. / FdV
Unos jabalíes que entran y salen de este territorio insular tanto a pie como a nado, sobre todo aprovechando la bajamar. Se desplazan por O Grove, a través del barrio de Ardia –donde suelen causar importantes estragos– y Monte Siradella, y entre este municipio, Meaño y Sanxenxo.
Denuncia en el Concello
Sin recuperarse aún del susto, Esperanza Míguez se disponía a denunciar ayer mismo por vía administrativa, en la casa consistorial grovense, el ataque perpetrado por el jabalí contra su perra y su marido.
«Queremos hacer público lo sucedido para que la gente esté prevenida y que se tomen medidas para evitar que esto se repita, ya que con tanta gente y tantos niños por la isla, paseando, corriendo, en bici o con sus mascotas, el día menos pensado puede ocurrir una auténtica desgracia».
Hay que tener en cuenta, y ella lo hace al posicionarse de este modo, que en A Toxa se ubican destinos tan concurridos como la parcela de los burros «fariñeiros» y el parque infantil Aldea Grobit.
Estas instalaciones, junto al parque canino, la red de senderos que serpentean por el Monte Central y otros encantos de A Toxa, hacen que reciba a miles de grovenses y turistas durante el verano, como también a cientos de ciudadanos –sobre todo ciudadanos mecos–, ahora que se vive la temporada baja.
Diez años después de la odisea de «Abelardo»
Los problemas con los jabalíes en A Toxa sirven para recordar a «Abelardo», el puerco salvaje que trajo en jaque a vecinos y fuerzas de seguridad hace justamente diez años.
Se encontraba muy a gusto en los campos de golf y de tiro, donde había sido visto paseando tranquilamente en repetidas ocasiones, al igual que en las calles interiores de la isla.
Entrañaba un riesgo para la población, de ahí que se organizaran batidas, con ayuda de experimentados cazadores, para encontrarlo y alejarlo de este concurrido territorio.
Mientras duró la búsqueda, desde el Concello de O Grove incluso se había prohibido el acceso vecinal a la red de senderos del Parque Forestal, con el fin de evitar desafortunados encontronazos entre el animal y algún ciudadano o su perro.
Desde el Concello se decía entonces que el puerco podía provocar algún accidente o causar problemas si se topaba de frente con algún vecino o con los perros que suelen pasear por el Monte Central, que es lo que ocurrió el miércoles con el marido y la perra de Estefanía Míguez.
En aquel mes de noviembre de 2014 llegó a darse un ultimátum a «Abelardo», con la esperanza de que abandonara la isla por su propio pie y del mismo modo que había entrado, si no quería ser abatido.
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