El mejillón inicia la remontada

El cultivo en la segunda mitad del año contrasta con su mal arranque y el pésimo 2023

Los afloramientos costeros se están haciendo notar

Mejilloneros de O Grove en una batea de Meloxo.

Mejilloneros de O Grove en una batea de Meloxo. / FdV

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Arousa

Tras un primer semestre casi tan horrendo como el nefasto año pasado, cuando se registraron los peores resultados que se recuerdan, la producción de mejillón en Galicia tiende a recuperarse.

En la segunda mitad del presente ejercicio han regresado a las rías los indispensables afloramientos costeros, los cuales habían brillado por su ausencia o escasez en 2023 y que constituyen el aporte de nutrientes que el «oro negro» precisa para seguir creciendo y engordando en las bateas una vez encordada la mejilla.

Es cierto que entre enero y junio, a causa de la escasez de afloramientos y, por ende, de nutrientes, los bateeiros perdieron demasiado mejillón y vieron como el restante no acababa de estar «en carne». Tampoco ayudaba la inusualmente alta temperatura del agua, de ahí los desprendimientos de producto y los pésimos e irregulares desoves.

Con este panorama se repetía la historia del pésimo 2023, cuando únicamente se despacharon en muelle 178.065 toneladas de mejillón (119 millones de euros), muy lejos de las 220.000 toneladas producidas en 2022, las 251.000 de 2021 , las 233.000 de 2020 y las 255.000 comercializadas en 2019.

Pero cuando todo parecía indicar que 2024 iba a resultar igual de malo que 2023, por fin regresaron los afloramientos, que son los mismos que desde hace semanas introducen fitoplancton portador de biotoxinas en las rías, obligando a cerrar temporalmente diferentes polígonos y bancos marisqueros.

Pero la toxina remitirá más pronto que tarde, y los nutrientes se quedarán en las rías alimentando a los moluscos bivalvos, lo cual permite concluir que esta segunda mitad del año puede ayudar al sector a recuperar el tiempo y dinero perdidos.

Kirk y otros temporales

De ahí que con el mejillón «en carne» desde julio o agosto, la evolución del cultivo esté siendo positiva, viéndose interrumpida únicamente, que no es poco, por la acción de temporales como Kirk, que de nuevo causaron daños en numerosos viveros y provocaron una sensible pérdida de producción en algunos de ellos.

El Departamento de I+D+i de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Mexillón de Galicia coincide al señalar que lo peor parece haber pasado después de un 2023 «horroroso», con «un débil afloramiento» y, en consecuencia, «un pobre crecimiento de fitoplancton», como lo atestiguan los informes sobre los «bajos registros de clorofila» detectados.

Razón por la cual, según detallan en el departamento que dirige Ángeles Lonja, «el mejillón dispuso en 2023 de poco alimento para crecer, engordar y mantenerse agarrado a las cuerdas».

Y 2024 arrancó «en la misma senda», con «condiciones ambientales que continuaron siendo negativas: falta de afloramiento, falta de alimento y temperaturas más altas de lo habitual».

De ahí que «productores de todas las localidades reportaran importantes desprendimientos de su mejillón», incluso en las cuerdas de cría y en las de desdoble.

Mortandades significativas

En el Consello Regulador de la DOP abundan en ello explicando que «se observaron mortandades significativas en mejillón de todos los tamaños e edades».

Al menos hasta que, como se indicaba anteriormente, desde junio «se recuperó el afloramiento, las temperaturas del agua se normalizaron y, sobre todo, se registraron valores elevados de clorofila (alimento)», confirman los investigadores de Mejillón de Galicia.

Quienes concluyen que gracias a eso, y aún siendo conscientes de que se perdió parte de la producción entre enero y mayo, «la situación del mejillón ha mejorado, por lo que está más gordo y mejor agarrado a las cuerdas».

Para mejorar el cultivo

Dicho lo cual, en el Consello Regulador aprovechan para insistir en que la información sobre el estado del mar y del recurso que pueden aportar puntualmente y en tiempo real los propios bateeiros, es fundamental para ampliar las investigaciones que se llevan a cabo y así adoptar decisiones y acciones que puedan contribuir a la mejora del cultivo.

El mejillón está tan flojo que su comercialización se limita casi en exclusiva al "lacasito"

Manuel Méndez

«Si queremos fortalecerlo debemos disponer de información rigurosa y acumular conocimientos sobre las incidencias que le afectan», sostienen en la DOP.

Es su forma de defender proyectos como el de «Investigación, Desenvolvemento e Innovación dunha Rede de Observación Costeira: Ría de Arousa», conocido como Redeira y coparticipado por la propia DOP y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Con esta iniciativa se quieren conocer al detalle y al momento todo tipo de incidencias relacionadas con la mortandad, crecimiento, fauna acompañante, presencia de depredadores, desprendimientos y similares en cada una de las bateas.

Quieren que los bateeiros ayuden

En relación con esto, decir que el Consello Regulador de la DOP Mejillón de Galicia aprovecha su último boletín informativo para volver a referirse al proyecto Redeira y animar a los bateeiros a participar activamente en el mismo.

Se trata de que los productores aporten datos, audios, fotos o vídeos que serán cruzados por la comunidad científica con todo tipo de registros, tanto meteorológicos como hidrodinámicos y cualquier otro que pueda ayudar a entender cada momento del ciclo de cultivo y sus amenazas o condicionantes.

De este modo, combinando las acciones emprendidas en el medio natural y las llevadas a cabo en laboratorio, será posible «entender la verdadera importancia de cada factor de estrés que se investigue» y favorecer el desarrollo del mejillón en batea.

De ahí que la DOP y el CSIC insistan en pedir la colaboración y «un diálogo permanente» con los productores, convencidos de que la información que pueden aportar «es importantísima” para saber qué buscar y cómo actuar.

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