Cruceros do Ulla insta al alcalde a inspeccionar el nuevo tren turístico

La empresa Cruceros do Ulla Turimares, conocida por disponer de varios barcos de pasaje que operan en O Grove y otros puertos gallegos, como también por encargarse del tren turístico de la localidad meca durante las dos últimas décadas, airea «múltiples irregularidades» en la prestación de este último servicio, de las cuales responsabiliza no solo a la nueva adjudicataria, sino también al alcalde, José Cacabelos

Es al regidor a quien Gonzalo Naveiro Pérez, propietario de la naviera, remite un escrito instándolo a ordenar con urgencia las inspecciones y/o comprobaciones que determinen con detalle las condiciones en las que está operando el nuevo tren turístico.

O Grove pierde el tren

De este modo quiere demostrar que se están incumpliendo «muchas de las cláusulas» con las que la actual concesionaria se impuso en el concurso.

Abundando en las críticas ya hechas públicas hace días en esta misma dirección, a través de FARO DE VIGO, Gonzalo Naveiro y su equipo jurídico aseguran y lamentan que «por parte del Concello no se ha realizado una comprobación previa a la puesta en funcionamiento de este tren».

Algo que sucedió hace apenas unos días, y precisamente después de que se diera a conocer en el decano que O Grove carecía de tren turístico a pesar de que el concurso para adjudicarlo se desarrolló en abril.

Esas comprobaciones que demanda Naveiro tienen por objetivo, como él mismo explica, determinar si se cumplen o no «la calidad y características exigidas en el concurso», así como las mejoras ofertadas por la beneficiaria, que se habría hecho con el servicio «en base a unas cláusulas que no está cumpliendo», insiste el empresario.

La política turística de O Grove, en el disparadero

Se refiere, por ejemplo, a que la nueva concesionaria «no ha presentado un programa específico de trabajo en el que se hagan constar tanto el recorrido del tren como las paradas a realizar y los horarios».

Y eso a pesar de que se trata de «un documento obligatorio que debe ser entregado antes de formalizar el contrato, según lo dispuesto en el pliego de cláusulas administrativas particulares de aplicación en este procedimiento».

Puesta a enumerar problemas o carencias detectados, la empresa Cruceros do Ulla esgrime que «entre las mejoras de calidad y características técnicas mínimas señaladas en el contrato estaba la dotación de aire acondicionado, y con ello la empresa beneficiaria, Segmento Divertido LDA, obtuvo dos puntos, a pesar de que ahora pudimos comprobar que no lo tiene».

Sin auriculares

Asimismo, el concurso de adjudicación determinaba que, «para una mejor prestación a los usuarios y un mayor atractivo del servicio como impulsor de la oferta turística de O Grove, el tren debería estar dotado con cascos (auriculares) sin cables o hilos, para así escuchar la locución a lo largo del recorrido» explicando todo lo que pueden ver los viajeros.

El tren de O Grove funciona más que en agosto

Resulta que por este apartado la concesionaria obtuvo 4 puntos, «si bien no dispone de cascos, ni con cables ni sin ellos», denuncia Naveiro en el escrito enviado al alcalde.

Solo castellano

Para más inri, en el concurso también se pedía que, en aras de una mayor y mejor atención a los viajeros, así como en pro de un mayor atractivo del servicio y de la proyección de O Grove, en el tren deberían usarse idiomas añadidos al gallego y el español.

En este caso la nueva firma responsable del tren logró otros 4 puntos, «y ahora resulta que no hay más idioma que el castellano».

Personal adscrito

Asimismo, en lo referido a «mejora en el personal adscrito en exclusiva a la explotación del tren, esa empresa obtuvo 5 puntos por ofertar cinco personas para este servicio, si bien son solo dos las que lo hacen».

En definitiva, que «si se compara la suma de los puntos concedidos en su día y se analiza lo que en realidad está ofertando la empresa beneficiaria, queda claro que el servicio del tren turístico es totalmente deficiente, a lo que se suma el incumplimiento de las mejoras ofertadas por la propia empresa y que supusieron su mejor clasificación en el concurso y la posterior adjudicación del contrato», denuncia Gonzalo Naveiro.

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