La batea de O Bohído "se hunde" con el libre marisqueo

Los resultados de la primera semana de actividad confirman el estrepitoso fracaso de la campaña

El viento y el oleaje dieron la puntilla a la maltrecha plataforma de vigilancia

La Consellería do Mar ordena que guardapescas y mariscadores dejen de operar en ella

Guardapescas y mariscadores han tenido que abandonar la batea de control.

Guardapescas y mariscadores han tenido que abandonar la batea de control. / FdV

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Arousa

Lo sucedido en los últimos días ha servido para comprobar, por si alguien tenía alguna duda, que el libre marisqueo es una actividad muerta en la ría de Arousa.

Por un lado, los resultados de capturas de las primeras jornadas confirman que esta actividad no tiene futuro : al menos no con este modelo.

Por otra parte, los vientos y el intenso oleaje se han encargado de destrozar por completo la ya maltrecha batea de inspección y control fondeada en O Bohído, siendo su imagen el vivo retrato de una labor, la de los rañeiros, que se va a pique y hace aguas por todas partes.

Empezando por esto último, baste recordar que FARO DE VIGO ya advirtió el martes sobre el deplorable estado de conservación de la batea.

Las quejas

Se explicaba, en base a las quejas de los mariscadores de a flote y los guardapescas de diferentes cofradías, que la plataforma flotante presentaba un suelo resbaladizo que, junto a los agujeros en el piso, la acumulación de residuos y otros factores, la hacían casi impracticable.

Desde luego, sus condiciones no parecían las más propicias para un punto de control de productos alimenticios.

Lo que ha sucedido es que los restos del huracán Kirk le dieron la puntilla. Por eso cuando ayer los guardapescas y rañeiros acudieron a esa batea de control en la que se pesan las capturas de cada mariscador se la encontraron completamente destrozada, parcialmente hundida, con peligrosos clavos asomando, tablones sueltos, más agujeros en el piso y un largo etcétera de deficiencias.

Piden que se cambie

Ni que decir tiene que esto ha aumentado el enfado de los mariscadores y los vigilantes, que a estas alturas ya no tienen duda alguna de que este artefacto flotante debe ser reemplazado por otro que garantice unas mínimas condiciones de seguridad.

La plataforma está destrozada.

La plataforma está destrozada. / FdV

Algo en lo que parece coincidir la Consellería do Mar, desde donde ayer mismo dieron orden de que se abandonara esa batea, precisamente para evitar accidentes.

Ya no les dejan ir

La Administración autonómica pidió a los guardapescas y a los mariscadores que empezaran a realizar los controles de capturas en las propias lanchas de vigilancia desplazadas a los bancos o bien en los puertos de descarga.

En cierto modo, y volviendo al principio, el deplorable estado de esta plataforma representa la decadencia del libre marisqueo, que en su primera semana de actividad apenas reportó al sector más de 9 toneladas de bivalvos.

Alguien puede decir que este volumen mejora los registros del año pasado. Y no le faltará razón, ya que entonces la media semanal durante el primer mes de libre marisqueo se situó en alrededor de 5 toneladas de bivalvos.

Una lancha de vigilancia al lado de la batea.

Una lancha de vigilancia al lado de la batea. / FdV

Pero aún logrando ahora casi el doble, no deja de ser un mal consuelo, sobre todo teniendo en cuenta que esta actividad marisquera en las zonas comunes de la ría generaba en 2010, antes de que comenzaran todos los problemas, una media de 53 toneladas semanales.

Quedándose con los registros actuales, hay que decir, en base a los datos –aún provisionales– aportados por las cofradías a la Consellería do Mar, que en la primera semana se extrajeron apenas 10 kilos de almeja en Os Lombos do Ulla.

No se trata de un error. Ese es el pobre resultado que ahora ofrece el otrora productivo río, que pasó de ser la zona más importante de Galicia para el libre marisqueo a convertirse en un banco residual.

Sobreexplotación

Tras el declive de este lugar, la zona productora más importante pasó a ser la de O Bohído, que desde hace unos años ya está pagando las consecuencias de su sobreexplotación, precisamente derivada del declive de Os Lombos.

El recinto cubierto de la batea tampoco sirve.

El recinto cubierto de la batea tampoco sirve. / FdV

Ese sobreesfuerzo pesquero, unido a la pérdida de productividad generalizada que arrastra la ría de Arousa, hace que en la primera semana apenas se recogieran allí 3 toneladas de almeja y carneiro, siendo la babosa, con 2,6 toneladas, la especie dominante.

Cabío

La tercera de las zonas libres por excelencia en la ría es la de Cabío, que en este arranque de temporada no llega a 2 toneladas de bivalvos, en su caso con el carneiro y sus 677 kilos como especie protagonista.

Los destrozos en la batea de control son más que evidentes.

Los destrozos en la batea de control son más que evidentes. / FdV

Y después están las llamadas «otras zonas» de libre marisqueo, que son un conglomerado de pequeños bancos que, a la postre, son los que mejor resultado están dando actualmente, ya que de ellos se extrajeron 4,5 toneladas de bivalvos, de las cuales 1,4 toneladas corresponden a la almeja babosa y 1,6 toneladas, a la rubia.

Para que el lector se haga una idea del declive que padece el libre marisqueo en Arousa, para desesperación de los rañeiros, hay que resaltar que en la primera semana las cofradías de pescadores dieron cuenta de la captura de únicamente 179 kilos de almeja fina, 1.600 de japónica, apenas 3.700 de babosa, 1.700 de rubia y unos ridículos 670 kilos de berberecho, totalmente desaparecido en Os Lombos, O Bohído y Cabío.

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