El temporal ayuda a esparcir las biotoxinas marinas

Están cerrados 16 de los 51 polígonos mejilloneros de Galicia

El aumento de células es notable en las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa

El laboratorio del Intecmar.

El laboratorio del Intecmar. / Noé Parga

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Arousa

Los fuertes vientos y las no menos intensas corrientes que en las últimas semanas han propiciado la llegada masiva de algas a la costa, también se ocupan de expandir los nutrientes por el conjunto de las Rías Baixas.

Y con ese alimento, que convierte a este espacio natural de la costa atlántica gallega en una de las principales reservas mundiales de fitoplancton, también llegan las biotoxinas marinas.

Este proceso, indispensable para mantener la productividad de las rías gallegas y totalmente controlado que no debe alarmar al consumidor, ya que el producto que llega al mercado lo hace con garantías sanitarias plenas, se caracteriza en esta ocasión por la notable proliferación de dinoflagelados del género “Dinophysis”, conociéndose más de doscientas especies y siendo la más frecuente en aguas gallegas la “Dinophysis acuminata”.

Son las que generan ácido okadaico que puede causar la intoxicación diarreica por moluscos en humanos, afectando de manera especialmente significativa a la producción de mejillón.

Así pues, el episodio tóxico actual, popularmente conocido como “marea roja”, se debe al regreso de las toxinas lipofílicas, responsables de procesos patológicos que afectan al tracto digestivo del ser humano en caso de ingesta de grandes cantidades de producto contaminado.

Trastornos

De ahí que puedan causar diarreas, náuseas, vómitos, dolores abdominales y escalofríos, detectándose los síntomas casi de inmediato tras ingerir los moluscos y pudiendo durar hasta tres días.

Así están evolucionando las toxinas lipofílicas.

Así están evolucionando las toxinas lipofílicas. / Intecmar

La Diarrhetic Shellfish Poison (DSP) o toxina diarreica es la más frecuente y abundante de esas toxinas lipofílicas, y también la menos peligrosa y la que antes son capaces de eliminar los moluscos afectados.

La “Dinophysis” que la causa ha sido detectada en niveles significativos en una veintena de estaciones de control repartidas por prácticamente todas las rías, salvo la de Muros-Noia.

Ría de Vigo

En la de Vigo, por ejemplo, fue confirmado su avance en las estaciones oceanográficas de Liméns, Moaña, Samil y Baiona. Así como en su estación fija y en la conocida como Boca Sur y Boca Norte.

Así se desprende de los análisis efectuados por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia (Intecmar), pieza clave para garantizar la salubridad de productos como el mejillón y donde también se detectaron incrementos de “Dinophysis” en estaciones de la ría de Pontevedra como las de Aldán, Bueu, Raxó, Boca Sur, Boca Norte, Aldán Interior, Cabalo de Bueu y Ons.

Del mismo “Informe técnico sobre identificación y cuantificación de fitoplancton tóxico en agua de mar” se desprende el avance de la toxina diarreica por Arousa, en este caso con incrementos significativos de microcélulas en las estaciones oceanográfica Boca da Ría, Cabío, Cabo de Cruz, Rianxo, Xidoiros, O Grove y Meloxo.

Completándose el listado con el aumento de la toxicidad apreciado por el Intecmar en dos de las cuatro estaciones de control de la ría de Ares-Betanzos.

En base a estos resultados y otros muchos análisis llevados a cabo por el centro analítico asentado en Vilagarcía, dirigido por Covadonga Salgado, a las tres de la tarde de ayer había dieciséis polígonos mejilloneros cerrados.

Pendientes de los daños causados por el oleaje en los viveros

Los bateeiros trabajaron ayer con relativa normalidad, aunque muy pendientes de los daños que pudieron haber causado los últimos vientos y el intenso oleaje en las plataformas flotantes. Ante la llegada de un nuevo temporal, muchos se afanaron en asegurar al máximo los emparrillados y cuerdas, para evitar que algunos parques se vayan a la deriva y minimizar, en la medida de lo posible, el riesgo de desprendimientos. / FdV

Se trataba de los ocho existentes en la ría de Pontevedra, que es siempre la más castigada por estos episodios tóxicos naturales. Junto a sus dos polígonos de Cangas, los tres de Bueu y los tres de Portonovo estaban cerrados otros seis en la ría viguesa.

Se trataba del polígono bateeiro Vigo A y de los Cangas F, G, H, C y D, permaneciendo autorizados para la extracción los Cangas E, Redondela A, Redondela B, Redondela C, Redondela D y Redondela E.

Para completar la relación de polígonos cerrados hay que aludir al Baiona A y al Camariñas A, permaneciendo abiertos de momento los 35 restantes, a pesar del aumento de células también en sus aguas.

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