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Vecinos de O Grove, cansados de los Conciertos del Marisco, dicen “basta”

Consideran que el excesivo volumen es una amenaza para la salud pública y exigen que se minimicen los ruidos y se controlen los horarios

Representantes de las comunidades de vecinos que esta misma mañana presentaron un escrito denunciando los perjuicios que sufren a causa de los conciertos en O Corgo.

Representantes de las comunidades de vecinos que esta misma mañana presentaron un escrito denunciando los perjuicios que sufren a causa de los conciertos en O Corgo. / FdV

Manuel Méndez

Manuel Méndez

O Grove

Los residentes en el entorno de la grovense plaza de O Corgo han dicho “basta”. Cansados de soportar todo tipo de celebraciones a las puertas de sus casas, ahora ponen el grito en el cielo con los Conciertos del Marisco, cuyo escenario está más próximo que nunca a la primera línea de edificios de Beiramar.

La nueva ubicación de la carpa en la que se ofrecen esos conciertos durante la Festa do Marisco parece haber sido la gota que colmó el vaso, de ahí que los vecinos decidieran presentar escritos con los que denunciar los hechos y abundar en las quejas verbales que ya han dado en repetidas ocasiones.

Hasta las 5 de la madrugada

Los residentes en las inmediaciones de O Corgo consideran que el ruido que sale del “comedor de Galicia” se ha vuelto “insoportable”. No solo el de los conciertos citados, sino también el que proviene de la carpa habilitada en el propio recinto festivo a modo de cafetería y/o local de copas.

“Soportamos los conciertos a todo volumen y pegados a las ventanas de casa hasta medianoche, y después resulta que también debemos soportar el intenso ruido que sale de la carpa cafetería, en ocasiones abierta hasta las cuatro o cinco de la madrugada”, aseguran.

“Tenemos niños pequeños que no pueden conciliar el sueño”, dicen algunos. “Nosotros no podemos dormir lo suficiente antes de ir a trabajar”, apostillan otros.

No faltan los que denuncian que “el volumen es tan fuerte que se mueven los cristales”, ni los que sentencian que “lo que está sucediendo atenta contra los derechos de las personas y es una amenaza para la salud pública”.

Falta de civismo

Otros sostienen que “al ruido de los conciertos se suman las voces, gritos y cantos, a veces con importantes grupos de personas que pasan o incluso se quedan bajo nuestras ventanas bebiendo y vociferando”.

Los vecinos de O Corgo y sus alrededores estamos siendo privados, de manera sistemática, de nuestro derecho fundamental al descanso

Es consecuencia, aseveran los residentes, de “actividades musicales organizadas por el propio Ayuntamiento que no cumplen con los horarios ni establecen ningún tipo de control del volumen y del nivel graves/vibración de las actuaciones”.

Lo cual se traduce en “perjuicios y problemas para los vecinos, sobre todo niños, personas mayores y trabajadores, además de provocar daños en las viviendas”.

La carpa de conciertos vista desde una de las viviendas.

La carpa de conciertos vista desde una de las viviendas. / FdV

No es la primera vez que lo exponen así. De hecho, en ocasiones anteriores en las que se quejaron por el “insoportable volumen” y las “vibraciones emitidas en determinados conciertos”, parece que desde el Concello se les dijo que se habían incumplido las instrucciones que había dado el gobierno local para evitar tales perjuicios.

Comunidades de propietarios

Por ello, los representantes de diferentes comunidades de propietarios que agrupan a decenas de ciudadanos mecos, acudieron ayer al edificio administrativo de la localidad para hacer constar su enfado y sus exigencias.

Lo hicieron presentando sus quejas en el Registro Municipal y reclamando que “se vele por la convivencia entre eventos y vecinos, garantizando un mínimo descanso y protección a través del control del volumen, la reducción de horarios y la seguridad”.

Es por este motivo que solicitan “la colocación de un limitador de decibelios” de acuerdo con la ordenanza municipal de contaminación acústica, la cual “ya considera la instalación de sonógrafos con registro de hora de inicio, fin y los correspondientes niveles de emisión de ruidos en locales de ocio”.

"Riesgo para la salud"

Se trata así de “garantizar el cumplimiento de horarios y decibelios, evitando superar los límites que supongan un riesgo para la salud”, argumentan los damnificados.

En este sentido, la citada ordenanza recoge que “la exposición prolongada a los niveles superiores a 90dB en interior de locales pueden provocar lesiones permanentes en el oído”, aducen los vecinos.

La carpa en la que se celebran los Conciertos del Marisco.

La carpa en la que se celebran los Conciertos del Marisco. / FdV

Quienes, de acuerdo con ese mismo reglamento, remarcan que una de las causas para la reducción o limitación del horario de los espectáculos públicos es su localización en zonas que se encuentren calificadas como residenciales, cuando la actividad de dichos eventos “impida el derecho al descanso de los vecinos”.

Que es, aseguran, lo que está sucediendo en la actual Festa do Marisco, para desesperación de muchos de los ciudadanos mecos residentes en el centro urbano.

Cuestión de comodidad

Los mismos que tienen claro, y así lo marca la citada ordenanza, que para ubicar este tipo de espectáculos “debe primar la elección del lugar en el que menos perjuicio causen, y no elegir aquel donde sea más cómodo o económico”.

La posibilidad de rotar los lugares de celebración de este tipo de conciertos, alejarlos de las zonas de viviendas, controlar el aforo y el cumplimiento de la normativa sobre consumo de alcohol en la vía pública, garantizar el desalojo del recinto a la finalización del evento y hacer que se cumplan las medidas de seguridad y emergencias son otros requisitos que ahora los vecinos ponen sobre la mesa, para que el gobierno local actúe en consecuencia.

Hay que tener en cuenta, argumentan, que “la zona de O Corgo registra una alta concentración de espectáculos y actividades recreativas, a la vez que es una zona residencial que debería ser especialmente protegida”.

Sin embargo, “los vecinos de O Corgo y sus alrededores estamos siendo privados, de manera sistemática, de nuestro derecho fundamental al descanso”, proclaman.

Para añadir que “la única justificación esgrimida tras la ubicación de los escenarios a escasos metros de los domicilios es económica, sin considerar los perjuicios a los que se somete al vecindario, desoyendo las repetidas quejas y atentando contra derechos fundamentales recogidos y protegidos en la legislación”, insisten.

Uno de los conciertos.

Uno de los conciertos. / Festa do Marisco

Un “grave problema” al que se suma la “situación de insalubridad en la zona de las carpas de conciertos, con insoportables olores, fundamentalmente a orina y alcohol, suciedad e incluso cristales, con el correspondiente riesgo que supone”.

Pintadas y destrozos

Eso sin olvidar que “la cercanía de los conciertos a nuestros hogares hace que suframos múltiples conductas incívicas y vandálicas, pues algunos orinan o vomitan en nuestros garajes y puertas y otros vuelcan jardineras, hacen pintadas y causan desperfectos varios”.

Por último, los denunciantes hablan también de “problemas de seguridad” derivados de la masificación del entorno, pues los “grupos de personas deambulando por la zona” entorpecen la circulación “por la única carretera con la que contamos los vecinos en caso de alguna emergencia médica o tener que ir al trabajo”.

Para que no quede ninguna duda sobre su postura, los vecinos concluyen: "Entendemos y compartimos la necesidad de la celebración de fiestas, conciertos y eventos varios en O Corgo, pero en los últimos tiempos hemos visto como el número de días, de eventos y el nivel de decibelios han ido aumentando exponencialmente sin control, lo cual impide cualquier posibilidad de descanso durante días".

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