Castroagudín recupera su reloj

Se incorporó a la fuente de la aldea en 1991 siendo alcalde Rivera Mallo, pero dejó de funcionar hace años y el Concello acaba de renovar la maquinaria a petición vecinal

Flora, vecina de Castroagudín, recoge agua en la imponente fuente de la aldea.   | // IÑAKI ABELLA

Flora, vecina de Castroagudín, recoge agua en la imponente fuente de la aldea. | // IÑAKI ABELLA

María López

María López

Corría el año 1991 con José Luis Rivera Mallo en la Alcaldía de Vilagarcía cuando la fuente de Castroagudín por fin pudo estrenar su ansiado reloj. Le costó a las arcas públicas 450.000 pesetas, aunque el proyecto adjudicado a Secundino Batalla Portela incluía otras actuaciones (como por ejemplo la iluminación de la fuente) que elevaron el presupuesto a 1.368.768 pesetas, si bien finalmente el contrato se otorgó por 1.279.285 (con una baja del 6%), según recoge la documentación del Archivo Municipal.

El reloj funciona, desde hace un par de semanas pero con dos horas de retraso porque hay que cambiar el motor que mueve las agujas.  | // IA

El reloj funciona, desde hace un par de semanas pero con dos horas de retraso porque hay que cambiar el motor que mueve las agujas. | // IA

El reloj comenzó a funcionar en los años noventa pero no tardó en averiarse debido a su exposición permanente a la humedad. Lo mismo ocurría con el carillón. “No ganábamos para averías y decidimos trasladarlo a la casa de cultura”, explica el presidente de la comunidad de montes, Julián Abuín. A día de hoy el carillón sigue sonando en la aldea cada cuarto de hora, si bien alejado del reloj.

Documento municipal sobre el proyecto del reloj.   | // FDV

Documento municipal sobre el proyecto del reloj. | // FDV

Abuín, muy implicado en la recuperación del reloj, recuerda que la parte superior de la fuente fue construida por una cofradía “de gente de aquí” que emigró a Buenos Aires”. “Era para colocar el reloj pero la cofradía se deshizo y nunca llegó a instalarse nada”, relata el comunero.

Dos horas de retraso

A partir de ahí los vecinos se pusieron manos a la obra y consiguieron que el conservador Rivera Mallo dotase a la fuente del deseado reloj. Treinta y tres años después han tenido que volver a recurrir al Concello de Vilagarcía, en esta ocasión para repararlo y ponerlo en marcha. “Llevaba unos tres años parado y se colocó una nueva maquinaria hace un par de semanas. Yo mismo pedí el presupuesto a Elemar de Coruña y el Ayuntamiento lo aceptó”, agradece Julián Abuín. El desembolso realizado por la administración municipal asciende a 2.205,42 euros (IVA incluido).

Así las cosas, el reloj está actualmente en funcionamiento pero con dos horas de retraso. “El motor que mueve las aguas quedó el antiguo y hay que renovarlo; estamos a la espera”, explica el vecino.

BIC del siglo XVIII

El reloj está insertado en la imponente fuente de Castroagudín, un Bien de Interés Cultural (BIC) que se construyó en varias fases (probablemente tres). La fecha más antigua que figura inscrita en el conjunto es de 1797. Según dicha inscripción, la mandaron levantar Alverto (sic) Pérez y Mari Ana Vidal, vecinos de la aldea. El maestro de obra fue el cantero Jacinto Gómez.

Esta fuente es muy apreciada en Vilagarcía, tanto por la calidad del agua que mana de las bocas de los tres angelotes como por sus características artísticas e históricas. El conjunto se encuadra en el barroco popular gallego y presenta una enorme riqueza decorativa, con pequeñas columnas pareadas, pináculos sobre la cornisa y un templete rematado con un cruceiro. También llama la atención el citado reloj y la balaustrada que protege la zona de los surtidores, con 9,70 metros de altura.

El gobierno de Varela encargó el año pasado la limpieza y restauración de la fuente por importe de 8.300 euros. De los trabajos se encargó Iria López, que ya había actuado en los leones de Ravella y en la retirada de la cruz franquista de la Parroquial.

Agua que bebió Pedro Sánchez y que atrae a vecinos hasta de Cambados

A la fuente de Castroagudín acude gente de toda Vilagarcía a coger agua, pero también de vecinos de otros pueblos de la comarca como Vilanova o Cambados. Así lo asegura Flora, una vecina del lugar que destaca la gran calidad del agua que emana de este conjunto artístico y patrimonial. “Si vienes una vez, repites seguro. En verano hasta hay colas”, comenta la propietaria del bar de la aldea. Tiene 64 años y no recuerda que esta fuente se secara nunca. “Tampoco mi abuela, que tenía más de 90 años”, apostilla. Ahora mismo los tres caños registran un enorme caudal de agua. No es algo que ocurra solo en otoño e invierno. “En verano está igual”, afirma la lugareña. “Y eso que hay un cuarto caño que va al lavadero”, añade. Nadie pone en duda que la fuente de Castroagudín es muy apreciada en toda la comarca, pero su mayor hito se registró en 2016 cuando el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, bebió de su agua en una visita a la aldea vilagarciana dentro de la campaña electoral.

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