Almeja y berberecho en Arousa: menos de la mitad del año pasado

Las lonjas subastaron en ocho meses unas 606 toneladas (10 millones de euros)

Pierden 779 toneladas y dejan de ingresar 11 millones de euros respecto a 2023

Un parquista clasifica los bivalvos en los viveros de Carril, ayer.

Un parquista clasifica los bivalvos en los viveros de Carril, ayer. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

El furtivismo, la captura ilegal practicada por miembros del propio sector extractivo, contaminación, subida de la temperatura del agua, aumento de depredadores, pérdida de nutrientes, los temporales y sus riadas, la mala gestión y otros factores por todos conocidos, tanto por sí solos como combinados entre ellos, hacen que las rías gallegas arrastren una creciente caída de la productividad marisquera, tal y como se ha repetido hasta la saciedad en los últimos meses e incluso años.

Una caída progresiva de recursos e ingresos especialmente notable en la más rica de todas ellas, la de Arousa, donde en lo que va de año se subastó menos de la mitad de almeja y berberecho que en el mismo periodo de 2023, cuando la facturación también duplicó a la actual.

La subasta de bivalvos en la lonja de Cambados, ayer.

La subasta de bivalvos en la lonja de Cambados, ayer. / Iñaki Abella

Con buena parte del sector marisquero inmersa en paros biológicos, ceses temporales de actividad, bajas laborales y todo tipo de expedientes que limitan considerablemente la capacidad de extracción de bivalvos, hasta el pasado 31 de agosto se extrajeron –datos provisionales que poco van a aumentar cuando se eleven a definitivos– 606 toneladas de berberecho y de los diferentes tipos de almeja, generando unos ingresos en primera venta de 10 millones de euros.

Nada que ver con las 1.375 toneladas de estas dos especies que las lonjas arousanas colocaron en el mercado durante el mismo periodo de 2023, por valor de casi 21 millones de euros.

Dicho de otro modo, que en las lonjas arousanas se subastaron en lo que va de año 779 toneladas menos de almeja japónica, fina, rubia y babosa, berberecho, berberecho verde o birollo (Cerastoderma glaucum), ameixón y almeja bicuda, lo que supone que dejaron de ingresar 11 millones respecto a 2023.

Tendencia negativa que ha quedado puesta de manifiesto, más si cabe, a lo largo de este verano que ya agoniza, cuando la escasez también hizo que se elevaran considerablemente los precios de las especies más preciadas y menos abundantes.

Tomando como referencia solo los meses de julio y agosto, las lonjas de Arousa pasaron de las 470 toneladas y 7,6 millones de euros de 2023, a las 286 toneladas y 4,5 millones de euros de este ejercicio.

Cambados

Pero volviendo a los datos de todo el año, y analizando lo sucedido lonja a lonja –y especie a especie–, puede decirse que Cambados despachó desde que comenzó 2024 más de 67 toneladas de almeja japónica, lo que supone 15 toneladas menos que en los ocho primeros meses de 2023.

Un trabajador en los parques de cultivo de Carril, ayer.

Un trabajador en los parques de cultivo de Carril, ayer. / Iñaki Abella

Sin embargo, y esto explica la subida de precios antes aludida, la lonja cambadesa facturó prácticamente lo mismo, 1,5 millones de euros, tras situarse el precio medio de la japónica en 21 euros el kilo, 3 más que el año pasado.

La “rula” de Cambados también sirve de ejemplo práctico para hablar de la decadencia de una especie otrora tan preciada y abundante como el berberecho.

Y es que, según los dato oficiales entregados por la cofradía a la plataforma Pesca de Galicia, este año se subastó un solo kilo, vendido por 1,55 euros.

Algo ridículo si se compara con aquellas más de 17 toneladas (148.000 euros) que se alcanzaban entre enero y agosto de 2023.

Son este tipo de situaciones las que pulverizan todas estadísticas y dejan patente que algo extraño pasa en la ría, tanto en lo referido a pérdida de productividad como a cese de actividad.

Lo cual queda igualmente de manifiesto al ver que esta lonja, en el puerto de Tragove, se limitó en los ocho primeros meses del año a 306 kilos de almeja fina, los que supone 9.000 menos que en 2023; 856 de babosa, frente a los 6.671 kilos del año anterior; y 1.084 kilos de rubia, es decir, la mitad que hace un año.

Carril

Ni que decir tiene que esta tendencia a la baja también se hace notar en el templo del marisqueo arousano, como es Carril, donde la actividad de la Organización de Productores Pesqueros (OPP-89) de los parquistas ha hecho durante décadas que esta lonja vilagarciana fuera una de las más importantes de Galicia.

Pero aunque sigue siendo la referencia de la ría, ni siquiera aquí se libran de la pérdida de productividad que ésta arrastra, como lo demuestra el hecho de que en la lonja carrilexa pasaran de vender 531 toneladas de almeja japónica entre enero y agosto de 2023, a despachar 296 toneladas en el mismo periodo de este año, situándose los ingresos, respectivamente, por encima de los 6 millones y en apenas 4 millones de euros.

Una mariscadora y sus hijos, en plena faena.

Una mariscadora y sus hijos, en plena faena. / Iñaki Abella

Con la actividad del marisqueo a pie inutilizada, la OPP-89 Parquistas de Carril también consiguió vender este año casi 10 toneladas de un berberecho desaparecido en otros muchos puertos, ingresando por ello 72.000 euros.

Unas cifras realmente llamativas, aunque muy alejadas de las 30 toneladas y los 341.000 euros del mismo periodo de 2023.

En Carril, que sigue siendo la clara referencia arousana para los bivalvos, los parquistas también han conseguido extraer casi 5 toneladas de almeja fina (231.000 euros), lo que supone 9 toneladas menos que un año antes.

En lo que va de ejercicio, de este puerto salieron también 780 kilos de almeja babosa, lo cual deja patente la brusca caída experimentada, ya que en los ocho primeros meses de 2023 habían sido más de 5.600 kilogramos.

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Los servicios de inspección siguen la pista de mariscadores que cometen algo que pasa de la picaresca al fraude.

Son personas sujetas a ceses de actividad que siguen trabajando y otras que sin ir al mar tienen a alguien que apunta cupos de captura a su nombre, como si trabajara, para después pedir ayudas.

A Illa

La comparación de las operaciones de venta de bivalvos resultan tanto o más llamativas en el caso de A Illa, que pasó de 38 toneladas de japónica (508.000 euros) a poco más de 10 toneladas (166.000 euros), y de 2 toneladas de berberecho a 238 kilos.

También se nota la caída en la almeja fina, con casi 11 toneladas el año pasado y 349 kilos en el actual, mientras que las casi 17 toneladas de babosa del periodo enero-agosto de 2023 se quedan en 1,5 toneladas ahora.

La almeja rubia, otra de las especies importantes en la lonja isleña, es, quizás, la que mejor salva los muebles, ya que en los últimos ocho meses se subastaron 32 toneladas, es decir, apenas 5 toneladas por debajo del anterior registro.

O Grove

La lonja de O Grove tampoco se salva de la quema después de despachar este año 92 toneladas de japónica, 2 toneladas de berberecho y 3 toneladas de fina, frente a las 106, 17 y 15 toneladas del año pasado, respectivamente.

Clasificación de bivalvos en la lonja de O Grove.

Clasificación de bivalvos en la lonja de O Grove. / M. Méndez

La buena noticia es que con l a japónica la “rula” meca facturó prácticamente lo mismo (1,4 millones de euros), aunque los ingresos se desplomaron tanto con el berberecho como con la fina, que el miércoles pasado cotizaba a un máximo de 109 euros el kilo.

Del puerto grovense también salieron hasta el pasado 31 de agosto 713 kilos de babosa, frente a los 5.305 kilos del año anterior, y unos testimoniales 22 kilos de almeja rubia, que viene a ser lo mismo que entonces.

Vilanova

El de Vilanova, otrora un puerto nutrido por una cofradía potente, es uno de los casos sangrantes de la ría. Tras años pésimos debe conformarse en el actual con 772 kilos de japónica, 69 de berberecho, 25 de fina y 49 kilos de almeja babosa.

Son cifras que la relegan a la última posición del ranking de puntos de primera venta, incluso superada por la Cooperativa Ría de Arousa, que opera en Abanqueiro (Boiro).

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Y lo sucedido este año no es nada nuevo, puesto que en los ocho primeros meses de 2023 la “rula” vilanovesa ya había puesto de manifiesto su agonizante situación.

Si bien entonces los resultados eran menos escandalosos que los que maneja ahora, aunque sean provisionales, ya que llegó a las 89 toneladas de almeja japónica, 11 toneladas de berberecho, 5 de almeja fina y 4 toneladas de babosa.

Vilaxoán

Con la lonja vilaxoanesa ocurre algo similar, pero al menos maquilla lo resultados, con 24 toneladas (420.000 euros) de almeja japónica, que son once toneladas menos que un año antes.

En este puerto vilagarciano también se subastaron 647 kilos de berberecho, 500 de almeja fina y 5 kilos de babosa, frente a los 2.032, 1.950 y 74 kilos, respectivamente, del año anterior.

El precio del marisco se ha encarecido notablemente, de ahí precios máximos marcados en lonja entre enero y agosto tan significativos como los 129,10 euros de la almeja fina. El tope de la japónica se situó en los 36 euros, la rubia rozó los 26, el berberecho se acercó a 28 euros el kilo y la babosa salió a más de 47.

Carril, O Grove y Cambados llevan el timón

Dicho todo esto, queda claro que el timón del marisqueo arousano está en manos de Carril, O Grove y Cambados, las tres lonjas que, aún sufriendo la pérdida de productividad generalizada, encabezan la venta de almeja y berberecho en la ría.

La carrilexa domina el ranking con 311 toneladas de estos bivalvos en los ocho primeros meses del año, lo cual le permitió ingresar 4,3 millones de euros, frente a las 580 toneladas y los 7 millones de euros obtenidos en el mismo periodo del año pasado.

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Manuel Méndez

En cuanto a la lonja meca, con el berberecho y la almeja fina, babosa, rubia y japonesa ha superado desde el pasado 1 de enero las 98 toneladas (1,6 millones de euros), mientras que en enero-agosto de 2023 había rebasado las 144 toneladas y los 2,3 millones de euros.

Cambados se aúpa a la tercera posición del ranking, adelantando a Cabo de Cruz, con casi 70 toneladas subastadas (1,5 millones de euros), lo que supone 50 toneladas y un millón de euros menos que hace un año.

Una mujer fotografía desde tierra el trabajo de los mariscadores.

Una mujer fotografía desde tierra el trabajo de los mariscadores. / Iñaki Abella

A Illa, que a pesar de perder 61 toneladas respecto a 2023 adelanta tanto a la lonja boirense de Cabo de Cuz como a la de Vilanova, va por las 44 toneladas de las especies de bivalvos antes citadas (721.000 euros).

68.000 toneladas y 678 millones de euros

Para entender mejor el importante papel que desempeñan la almeja y el berberecho en la economía de la ría de Arousa, quizás baste decir que en sus lonjas se facturaron 678 millones de euros durante las dos últimas décadas por la venta de 68.000 toneladas de estas especies.

Es decir, más de 68 millones de kilos de unos bivalvos que son seña de identidad de la ría y que últimamente no hacen más que perder peso, y nunca mejor dicho.

Prueba de ello es que 2023 fue el peor año de la serie histórica, con menos de 2 millones de kilogramos de almeja y berberecho.

Para quien no acierte a entender si es mucha o poca cantidad, decir que el mejor ejercicio fue 2008, con casi 6 millones de kilos de las mismas especies, seguido de 2007, con 5 millones, 2009, con una cantidad similar, y 2010, con 4,3 millones de kilogramos.

Es precisamente a partir de ese año cuando el volumen recogido deja de acercarse a los 4 millones de kilos.

Los rozó en 2011, 2019 y 2017, pero las capturas ya se quedaron entre los 3 y los 3,5 millones en 2016, 2005, 2018 y 2004.

En los demás ejercicios se bajó de los 3 millones de kilos, hasta caer a 2,5 en 2006 y 2014, quedarse en 2,3 millones en 2021y tocar fondo el año pasado, con 1,9 millones.

Lo más preocupante es que los 606.000 kilos subastados en lo que va de 2024 hacen temer lo peor.

La japónica se mantiene al frente

Transcurridos los ocho primeros meses del año, y una vez analizadas las ventas en las lonjas arousanas, es de destacar que la almeja japónica sigue siendo el primero de los bivalvos.

Lo que sucede es que se limita en toda la ría a 514 toneladas, cuando en el mismo periodo del año anterior se habían superado las mil.

No solo se quedó por el camino la mitad del volumen de esta especie obtenido por el marisqueo, sino que los ingresos del sector cayeron desde los más de 13 millones a los 8 milles de euros.

Tal es el declive de las demás especies que la almeja rubia se aúpa al segundo lugar de este peculiar ranking, con algo más de 53 toneladas y 831.000 euros.

Es una de las especies que menos ha descendido, ya que el año anterior se había situado en 69 toneladas y un millón de euros.

Desplaza tanto al berberecho como a la almeja fina, el primero limitándose en los últimos ocho meses a poco más de 18 toneladas y 161.000 euros, frente a las 132 toneladas y 1,5 millones de euros de 2023.

La fina cae desde las 76 toneladas y los 3,2 millones de euros a menos de 11 toneladas y 556.000 euros.

Completan la relación la almeja babosa, este año con casi 9 toneladas –frente a las más de 62 toneladas del anterior–, el ameixón, con 1.255 kilos, el birollo, con 19, y 3 testimoniales kilos de almeja bicuda.

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