Vilanova adquiere una antigua salazón para crear un espacio museístico
Formará parte del complejo que integran los molinos de Currás en la zona de O Esteiro

Antigua salazonera adquirida por el Concello de Vilanova. / Iñaki Abella
El Concello de Vilanova ha adquirido una parte de su pasado industrial que se encontraba abandonado en la zona de Currás. Se trata de una antigua salazonera, de dimensiones pequeñas que se va a rehabilitar y pasará a formar parte del complejo etnográfico que conforman los molinos de agua de Currás, que se encuentran en las inmediaciones. Para adquirir estas instalaciones, el Concello ha tenido que abonar 30.000 euros a sus propietarios, a lo que habrá que sumar las obras de rehabilitación que comenzarán lo antes posible a fin de recuperar una parte del pasado industrial del municipio.
El alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, aseguraba ayer que “esta es la última salazón que funcionó en Vilanova de Arousa y, a pesar de que era de dimensiones bastante pequeñas, la intención del Concello es recuperarla, creando un centro de interpretación o espacio museístico al que se le dotará de contenido para dar a conocer, sobre todo a los colegios, una parte muy importante del pasado de este municipio”.
Durán recordó que este tipo de instalaciones comenzaron a surgir en la costa de Vilanova allá por el siglo XVIII, cuando “una serie de empresarios foráneos comenzaron a montar salazoneras, lugares donde se salaban los arenques y las sardinas, porque esa era la única forma de transportar el pescado sin que se acabase perdiendo”. Fueron precursoras de las conserveras, un sector muy importante en la economía de Vilanova, tanto en el pasado como en la actualidad, y Durán aseguraba que “queremos que los colegios de Vilanova colaboren en darle contenido a este espacio que comparte ubicación con los molinos de agua, recuperados en su día por la Mancomunidade de O Salnés. En el exterior, el Concello ha estado trabajando en un pequeño parque que permite contemplar la desembocadura del río Currás en la ensenada de O Esteiro y al que se llega a través de una ruta peatonal que arranca en las inmediaciones del Auditorio y que, en el futuro, llegará hasta el mirador de Lobeira.
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