El cuerpo del capitán Javier Babé descansa en el fondo del Atlántico

El mar de Arousa llora la pérdida de uno de sus grandes navegantes, fallecido a bordo de “La Peregrina” en plena travesía

Javier Babé muestra un astrolabio en A Illa.

Javier Babé muestra un astrolabio en A Illa. / Iñaki Abella

A. G.

Arousa

Culturmar, Escola de Navegación Tradicional, A Dorna Meca... El mundo de la navegación tradicional y del mar de Arousa continúa encajando todavía lo ocurrido el pasado viernes a 420 millas de Isla Guadalupe, en el Caribe, lugar en el que fallecía el capitán Javier Babé mientras lideraba el Reto Astrolabio, una aventura consistente en atravesar el Atlántico con instrumentos del siglo XVII. La jornada de ayer fue de luto en las redes sociales, donde todos estos colectivos y personas a título individual mostraron su pesar por la pérdida de un navegante de los de antes, curtido en cientos de travesías, entre ellas, 35 en “La Peregrina” a través del Atlántico, pero también participando en la primera expedición española a la Antártida o recorriendo cientos de lugares del mundo en embarcaciones a vela. Pese a esos viajes, el marinero había establecido como uno de sus puertos base el de O Grove, en la ría de Arousa.

La tripulación de “La Peregrina”, cumplió ayer con los deseos que había expresado el propio Babé, el de descansar en el mar que tanto había amado y disfrutado. Así, arrojaron su cuerpo a las aguas del Caribe, a unas 260 millas de la isla francesa de Guadalupe. El cerpo fue lastrado con el Ancla Almirantazgo, fondeo de respeto habitualmente estivado en la cubierta de proa de “La Peregrina”. Durante la ceremonia de despedida se pronunciaron palabras de recuerdo de su figura y se rememoraron muchos de los momentos vividos a bordo de “La Peregrina” en sus navegaciones por el Atlántico.

La mujer de Javier Babé, Cristina Gómez, ha delegado el mando del barco en Antonio Grandío, médico y amigo íntimo del capitán del Reto Astrolabio. La embarcación se dirige ahora hacia la isla de Culebra, una pequeña isla perteneciente a Puerto Rico y que era uno de los destinos habituales de Babé y su espora durante las múltiples travesías atlánticas que realizaron.

Babé lideraba desde el pasado mes de febrero, una nueva aventura, la de atravesar el Atlántico en un barco a vela guiado tan solo por instrumentos del siglo XVII. Ese fue el motivo de que este desafío tomase el nombre de Reto Astrolabio, el método más utilizado para cruzar el océano en aquella época. A esa aventura se sumaron otras siete personas como tripulación de “La Peregrina”, que a finales del mes de febrero, partía de A Illa rumbo a La Gomera. El día 12 de este mes, el barco salía del puerto de San Sebastián de La Gomera con rumbo a la isla de La Deseada en el Mar Caribe. Su singladura podía seguirse por la web del reto, donde se señalaba la deriva real, fijada por un GPS al que no tenían acceso los tripulantes, y la estimada a través del astrolabio que manejaba Babé. Hasta el Viernes Santo, todo transcurrió con normalidad, sorteando temporales y siguiendo un rumbo que apenas se escapó dos millas al sur y 28 al este del real, mientras el escritor Alfredo Conde narraba desde tierra la singladura.

Sin embargo, a tan solo 420 millas de su destino, Babé sufrió una insuficiencia cardíaca congestiva. Eran las 4.00 horas (hora local) y uno de los tripulantes, el médico cardiólogo Antonio Grandío, consiguió estabilizarlo. Babé llegó a recuperar la consciencia, al tiempo que se decidió su evacuación del barco. Poco más tarde, se produjo una llamada de un crucero americano, para establecer un punto de encuentro y establecer la evacuación del capitán de “La Peregrina”. Sin embargo, este no pudo llevarse a cabo ya que, sobre las 14.00 horas, se registraba el fallecimiento de Javier Babé. El Reto Astrolabio quedó también suspendido de forma automática en la madrugada del Viernes Santo, cuando se decidió alertar por teléfono satelital a Salvamento Marítimo de lo que estaba ocurriendo en “La Peregrina”.

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