El gasto de los concellos en luz y servicios sociales creció casi un 50% en tres años
El Ministerio de Hacienda publica los datos del coste efectivo de las distintas áreas de los Ayuntamientos

Un operario realiza obras de conexión en una farola de Cambados. | // IÑAKI ABELLA / Anxo Martínez
Tras la pandemia de coronavirus, la falta de suministros a nivel global y la guerra de Ucrania se desencadenó una subida de precios que ha dejado malheridas a muchas familias, empresas y administraciones públicas. Los Ayuntamientos han sufrido esta situación en servicios como el alumbrado público, debido al aumento del coste de la energía; o los de asistencia y apoyo social, por el incremento del número de usuarios y de los costes salariales. Tanto es así que algunos municipios gastaron en 2022 casi en 50 por ciento más en servicios sociales y alumbrado eléctrico que en 2019, el último año previo a la pandemia y todos los cambios socioeconómicos que llegaron en los meses posteriores.
El Ministerio de Hacienda ha publicado los datos del “Coste efectivo de los servicios de las entidades locales” (Cesel), correspondientes a 2022 y los años anteriores. En esa información contable, por ejemplo, se apunta que Vilagarcía destinó en 2019 a los servicios sociales 2,8 millones de euros, mientras que en 2022 esa cifra había subido hasta los 3,2 millones de euros. Ese aumento de 400.000 euros en un año supuso que los servicios sociales pasasen de ser el tercer capítulo de más gasto antes de la pandemia, a ser el de mayor cuantía (y con mucha diferencia) en 2022.
La misma situación se produce en O Grove. Antes del COVID, el servicio de más gasto para la administración local era el de “ferias” (en el que se incluye todo lo relativo a la Festa do Marisco), y en segunda posición aparecían los servicios sociales. En 2022, sin embargo, esa situación fue a la inversa, y en lo que más invirtió el municipio meco fue en asistencia social, siendo las “ferias” el segundo capítulo con mayor importe.
Subida de impuestos
O Grove destinó en 2019 un total de 761.000 euros a servicios sociales, pero esa cifra se disparó en 2022 hasta los casi 1,3 millones de euros. Esta situación de incremento de los costes ha comprometido seriamente las economías municipales, descuadrando las cuentas de más de un Concello. Varios de ellos, de hecho, tuvieron que subir algunos de sus impuestos o tasas este 2024 para obtener más ingresos y equilibrar de este modo la balanza contable.
El imparable aumento del coste de la energía eléctrica también alteró sensiblemente las previsiones económicas de los Concellos. Vilagarcía, por ejemplo, destinó hace cuatro años en torno a 950.000 euros a su alumbrado público, pero en 2022 necesitó ya 1.233.000 euros.
La subida de O Grove fue también significativa, ya que en el último Cesel, el de 2022, figuraba un gasto en alumbrado de 395.000 euros, lo que supone casi un 40 por ciento más que en 2019. En ese ejercicio, el último previo a la pandemia, el gasto en ese servicio había sido de 240.000 euros.
Pese a todo, hay Concellos que lograron reducir su factura eléctrica gracias a la instalación de equipos más modernos y de menos consumo. Un ejemplo de ello fue Vilanova, ya que según la estadística de Hacienda, logró rebajar su gasto en alumbrado de forma muy notable pese al alza de los precios. Así, Vilanova pagó de luz en calles y plazas 508.000 euros en 2019, y rebajó esa cifra a 346.000, en 2022.
De los 12 municipios de O Salnés y Ullán, solo hay datos relativos a 2022 de diez de ellos, puesto que Cambados y Ribadumia no entregaron sus informes al Ministerio de Hacienda. En el caso de Cambados, en la última década solo remitió los datos de los años 2014 y 2015. En lo que respecta a Ribadumia, el último año que proporcionó la información al Ministerio de Hacienda fue en 2014. La explotación estadística también sirve para conocer el porcentaje de servicios que gestiona de forma directa cada administración municipal. Así por ejemplo, Meaño, Meis, O Grove, Catoira, Valga y Pontecesures figuran con un cien por cien de gestión directa. Vilanova tiene un 98 por ciento, A Illa un 92, Vilagarcía un 84 y cierra la tabla Sanxenxo, con un 65 por ciento de gestión directa y el 35 restante, externalizado. Asimismo, el Cesel permite conocer la evolución del coste total de los servicios con respecto al ejercicio anterior. En Vilagarcía, por ejemplo, lograron reducir el gasto en 2022, pasando de 23,6 millones consumidos en 2021 a los 21,1 millones del ejercicio siguiente, lo que supone un descenso del 10,4 por ciento. También lograron rebajar el gasto Vilanova (un 4,29 por ciento) y Pontecesures (un 2,36 por ciento). Pero la tónica general fue distinta. En Meaño, por ejemplo, en 2022 se disparó el gasto un 56 por ciento con respecto al ejercicio anterior, pasando de 949.000 euros a 1,5 millones. Valga subió el gasto un 28 por ciento y O Grove un 25, por citar otros ejemplos. En Meis y Sanxenxo, los pagos supusieron un 23% más que el año anterior.
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