Paseando entre patos y viñedos

Estas son algunas de las rutas propuestas por la DO Rías Baixas

Un paseo entre viñedos en otoño.

Un paseo entre viñedos en otoño. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

En tiempos prenavideños y prevacacionales el enoturismo es un valor en alza en la Denominación de Origen Rías Baixas. Y no solo, como se explicaba ayer, por ofrecer la posibilidad de conocer de cerca el funcionamiento de las bodegas, sino también porque abre la puerta a una atractiva paleta de colores dominada por el ahora marrón madera de los viñedos y el ocre de sus hojas, caídas o por caer.

Es por ello que el Consello Regulador y la Ruta do Viño Rías Baixas animan a los ciudadanos a disfrutar del “senderismo entre bosques y viñedos” a lo largo y ancho de este territorio.

El terruño

Lo hacen así porque “si hay algo característico de esta DO es su terroir, su terruño o, como nos gusta llamarlo, nuestro paraíso natural y lo que aportan a nuestros vinos la diversidad del paisaje, el clima, la geografía, los suelos, el océano y los ríos”.

Todo ello conforma “un espectáculo de la naturaleza de una belleza difícil de superar, pero muy fácil de conocer”.

Basta con seguir alguna de las propuestas de Rías Baixas, como la conocida ruta enoturística a pedales, para descubrir que se trata de “un escenario perfecto para aunar enoturismo, ejercicio físico, relajación y el desarrollo de una actividad sostenible y respetuosa con el medio ambiente”.

Es aquí cuando entra en juego la recomendación de practicar senderismo entre viñedos, desde el convencimiento de que “no hay nada como caminar para descubrir nuestro paraíso”, explican en la DO.

Donde hacen hincapié en rutas posibles en las cinco subzonas productoras que la integran, y que en el caso de la más importante, Val do Salnés,se centran en el río Umia y los patos.

O Salnés

“Es la subzona más importante en producción de uva y vino, la de mayor concentración de viticultores y bodegas, y donde la influencia del Atlántico se deja notar más en los vinos”, explican en la DO.

Para añadir que “O Salnés es una zona de inmensa riqueza paisajística, gastronómica y enológica, en la que es posible encontrar numerosas sendas que recorrer”.

La propuesta en este caso es la “Ruta dos Alavancos”, con punto de partida en Castrelo (Cambados) y trazado circular sobre una distancia de 3,5 kilómetros.

Una ruta anterior entre viñedos por Castrelo.

Una ruta anterior entre viñedos por Castrelo. / Iñaki Abella

Se localiza en el entorno de la desembocadura el río Umia, en el Complejo Intermareal Umia-O Grove, donde abundan patos como el ánade real y “multitud de parcelas de viñedos con sus características parras”.

La ruta en cuestión arranca en el lugar de O Facho para avanzar entre las citadas viñas hacia Correlo, con la ensenada da O Grove y A Toxa como testigo de un recorrido en el que deleitarse con las marismas, antes de regresar por una zona verde arbolada de pinos flanqueada por más zonas de viñedo.

Ribeira do Ulla

Junto a esta propuesta de senderismo para otoño, Rías Baixas cita la de Ribeira do Ulla, la subzona productora situada más al Norte y “la única que incluye algunos municipios de A Coruña, como Padrón, Boqueixón, Teo y Touro, además de los de A Estrada, Silleda y Vila de Cruces, en la provincia de Pontevedra”.

Si en O Salnés el protagonista es el Umia, en este caso la ruta de senderismo propuesta se centra en el río UIla, con el Concello de Touro como referente.

Es una de las rutas más largas (11,6 kilómetros), partiendo de Ponte Basebe para avanzar hacia la Fervenza do Inferniño, y el Pozo do Pego, un remanso del río que le da nombre rodeado de vegetación.

Otro de los itinerarios destacados es el del valle de O Rosal, en el margen derecho de la desembocadura del río Miño. Un territorio “con un microclima especial que explica por qué produce hortalizas y frutas de altísima calidad, además de unos vinos espectaculares”.

La propuesta aquí es el sendero de pescadores Miño-Tamuxe, con punto de partida en la playa fluvial de As Eiras y una distancia de 14 kilómetros .

Dicen que es “la ruta perfecta para los amantes de la naturaleza y las aves, aunque apta para todos los públicos y perfectamente señalizada”.

Discurre por una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), bosques de ribera y el área recreativa del río Tamuxe, para concluir en el área natural del Molino de As Aceñas.

La de Condado do Tea, por su parte, “ofrece amaneceres y anocheceres de ensueño” gracias a una senda que parte del Parque de A Canuda y recorre 15 kilómetros a lo largo del río Tea desde su desembocadura en el Miño.

Una ruta “marcada por los bosques de ribera y la naturaleza de su paisaje fluvial” protegido por la Red Natura 2000. “Incluye tres puentes espectaculares, como el Ponte de Fillaboa, en Salvaterra de Miño, de origen romano y restaurado en el siglo XVI; y en Ponteareas, la Ponte das Partidas, un conjunto medieval de origen romano cargado de historia y tradición y la Ponte dos Remedios, del siglo XIII y también de origen romano”.

Con estas y la ruta de Soutomaior “seguro que encontrarás un buen lugar en el que brindar con los vinos de Rías Baixas y si no, siempre es posible completar este plan con una visita a una de nuestras bodegas”, sentencian en la DO.

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