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El sector se preocupa por el pulpo

Desde que en julio comenzó la campaña se vendieron 600 toneladas en Galicia

Son 218 menos que en el mismo periodo de 2022

Las lonjas ingresaron casi 6 millones de euros, frente a los 7,4 del año pasado

La plaza de abastos de Vilagarcía, ayer. Noé Parga

La escasez de pulpo en Galicia no deja de preocupar al sector, que insiste en la necesidad de buscar fórmulas que ayuden a recuperar este recurso, siendo el cambio de fechas de veda una de las opciones que están sobre la mesa desde hace meses.

Se plantea nuevamente esta idea tras confirmarse los pobres resultados de este año, muy por debajo de los logrados en 2022, cuando este cefalópodo generó casi 21 millones de euros; el mejor registro desde que en 2001 empezó a quedar constancia oficial de las operaciones de primera venta en la plataforma Pesca de Galicia.

Como se indicó en su momento, aquellos 21 millones de euros eran fruto de la comercialización de 2.261 toneladas de dicho cefalópodo; volumen solo superado por las más de 3.000 toneladas de los años 2016, 2011, 2008 y 2004, y las 4.205 toneladas descargadas en Galicia en 2010.

Pero este año solo se han vendido 1.600 toneladas (15 millones de euros), por lo que parece difícil de alcanzar el volumen del anterior.

Julio-Octubre

Sobre todo si se toman como referencia la ventas entre el 3 de julio, cuando se levantó la veda, y el pasado 31 de octubre.

En esos cuatro meses de actividad, marcada por la existencia de pulpo aún demasiado pequeño y ovado, la sucesión de temporales y otros condicionantes, únicamente se subastaron –en una treintena de lonjas gallegas– 600 toneladas (casi 6 millones de euros), frente a las 818 toneladas (7,4 millones de euros) del mismo periodo de 2022.

Lonja a lonja

Analizando la situación lonja a lonja se constata un descenso generalizado. La de Ribeira, por ejemplo, sigue siendo la más importante, pero con “solo” 120 toneladas de pulpo (1,3 millones de euros), es decir, 55 toneladas menos que hace un año.

Descenso que también se aprecia en Vigo, que pasó de 94 a 77 toneladas, en el mismo periodo; y en A Coruña, que de vender 102 toneladas entre julio y octubre de 2022 bajó este año a 88.

Razón por la cual la “rula viguesa” se queda, de momento, en unos 800.000 euros –200.000 menos que el año pasado– y la coruñesa se deja por el camino 135.000, conformándose ahora con 740.000 euros.

Otras lonja importante, la de Bueu, nota igualmente la aparente decadencia del pulpo, en este caso pasando de 59 a 45 toneladas en el periodo aludido y manteniéndose en torno a los 500.000 euros.

Rebasar de Ons y Sálvora es arriesgado

Con unas condiciones meteorológicas propicias la flota del pulpo que opera en las rías sale de ellas para, una vez superadas islas como Ons o Sálvora, largar los aparejos en los principales caladeros de esta especie.

Pero con el mar embravecido de las últimas semanas resulta realmente peligroso, sobre todo para los barcos de menor porte.

De ahí que solo los barcos más potentes y de mayor eslora se arriesguen a salir a mar abierto.

Esto hace que el grueso de la actividad se concentre en el interior de las rías, donde hay menos pulpo aún y las embarcaciones están agolpadas en zonas resguardadas muy concretas. Circunstancia ésta que también ayuda a entender el descenso de las capturas, tal y como confirma el patrón mayor de Ribeira.

Otra de las causas es que, “borrasca tras borrasca, es imposible centrarse en la campaña, por eso cada vez son menos los barcos que se dedican a este recurso” y prefieren cambiar de artes para dedicarse a especies como el centollo.

Tanto es así que en Ribeira hay un centenar de naves autorizadas para nasas de pulpo –1.184 en Galicia– y apenas una docena se dedica ahora a este cefalópodo.

Mientas tanto, Cangas sufre un retroceso menor tras subastar 22 toneladas (229.000 euros), situándose niveles de lonjas como Corcubión y Malpica, que han perdido más y colocaron en el mercado 25 y 24 toneladas, respectivamente.

Una vendedora sostiene un pulpo en Vilagarcía. M. Méndez

También es conocido por el pulpo el puerto de Muros, con 33 toneladas en julio-octubre, es decir, 25 menos que un año antes.

Un porcentaje que habla de un bajón tan importante como el de Portonovo, que pasó de 30 a 17 toneladas; Fisterra, que bajó de 25 a 11 toneladas; y Porto de Son, con una caída casi idéntica.

O Grove

Más suave, de “solo” una, fue la experimentada en Aldán-Hío, que se queda en 12 toneladas de pulpo; mientras que O Grove pasa de casi 15 a 11 toneladas de dicho cefalópodo y Cambados despacha 13, casi tres menos que el año anterior.

Ni que decir tiene que esta escasez se hace notar en las plazas de abastos, donde el pulpo brilla por su ausencia desde hace tiempo. Ayer resultaba prácticamente imposible encontrarlo en las plazas de Vilagarcía y Vilanova, por ejemplo.

¿Consecuencia de la temperatura del agua?

Como pescador de pulpo, patrón mayor en Ribeira –el puerto más importante para esta especie– y presidente de la Federación Gallega de Cofradías, José Antonio Pérez Sieira es un buen conocedor del sector y de los hábitos del popular cefalópodo. Y aún así confiesa estar desconcertado, como lo está prácticamente toda la flota.

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El pulpo regresa al ralentí

Tanto es así que tanto él como otros miembros del sector llegan a decir que “la escasez puede deberse a un cambio de hábitos de la especie”, y de ser así habría que saber por qué.

“Quizás sea consecuencia del cambio climático y la subida de la temperatura del agua”, barruntan los pescadores para tratar de entender las posibles alteraciones en el ciclo de desove de la especie, como sucedió también este año a otras como el mejillón.

Frente a esto, “tenemos que sentarnos a negociar con la Consellería y los técnicos para estudiar un posible cambio de vedas”, explica el patrón mayor arousano.

Ovado

La de este año se desarrolló desde mediados de mayo hasta principios de julio, y cuando abrió muchos pescadores se toparon pulpo todavía ovado.

Y como cualquiera se puede imaginar, si esos ejemplares en vías de reproducción se capturan este año, el que viene habrá todavía menos pulpo que pescar.

“También hemos visto mucho pulpo pequeño, y sigue apareciendo aún en la actualidad, de ahí que pueda haber desovado más tarde”, reflexiona el presidente de la Gallega.

¿Marzo y abril?

¿Como se hace frente a esto? Pues, quizás, adelantando la veda y haciéndola en marzo y abril, para que después el cefalópodo pueda afrontar tranquilo su ciclo reproductivo.

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El pulpo gallego se despide de las lonjas hasta julio

Pero, hay que insistir, es solo una teoría, y cualquier otra opción tiene cabida en estos momentos de reflexión y debate en el seno del sector, ya que el objetivo de todos es “encontrar soluciones para recuperar la pesquería”, como apunta Pérez Sieira.

Lo que quiere decir es que “quizás estamos haciendo algo mal desde el propio sector, por eso debemos sentarnos a debatir con Mar y los biólogos, para tomar medidas con las que tratar de frenar el declive de la especie, tanto si es producto del cambio climático como si se debe a cualquier otra circunstancia”.

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