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Sabela Fole insta al Ayuntamiento de Cambados a comprar el pazo de Montesacro

El PP propone un consenso político sin fisuras que faculte al alcalde para negociar con las Hermanitas de los Ancianos Desamparados

Sabela Fole, en primer término, junto a sus compañeros del PP de Cambados. INAKI ABELLA DIEGUEZ

El Partido Popular de Cambados emitió a media tarde de ayer un comunicado en el que dejan muy clara su postura. Ellos consideran que el Ayuntamiento debe comprar el pazo de Montesacro, pero a un precio inferior a los tres millones de euros que pide la congregación religiosa. La formación que dirige Sabela Fole opina que lo más urgente ahora es llegar a un consenso claro entre todos los partidos políticos de Cambados, y facultar al alcalde para que negocie con las Hermanitas un precio más justo del edificio.

En este sentido, el PP recuerda que el convento de Santa Clara costó tres millones de euros, siendo un edificio más grande y antiguo que el actual asilo cambadés. En consecuencia, está convencida de que la congregación religiosa debería rebajar sus pretensiones económicas. Sabela Fole sostiene que si la situación económica de Cambados es tan buena como presume la izquierda, podría pedirse un préstamo sin que esto significase un gran quebranto económico para el Ayuntamiento. Pues está convencida de que Cambados está ante una “oportunidad histórica” de evitar que un edificio tan carismático pase a manos privadas.

En este sentido, anima a realizar un esfuerzo, como hicieron Vilanova con Vista Real, Pontevedra con Santa Clara; o Lalín y Sanxenxo con los pazos de Liñares y Quintáns, respectivamente. En cuanto a la posibilidad de mantener el uso de asilo, el PP considera que es un asunto que hay que abordar a posteriori, y que en ese caso sí será necesario negociarlo con la Xunta de Galicia.

Las monjas ya abandonaron antes O Grove, A Illa y Pontevedra por falta de vocaciones

La noticia de que las Hermanitas de los Ancianos Desamparados quieren abandonar Cambados debido a la falta de vocaciones religiosas y el insostenible coste económico que supone el mantenimiento del asilo para la congregación ha dejado helada a la sociedad cambadesa. Y, sin embargo, se trata de un problema que no es nuevo en absoluto, y que ya ha afectado antes a otras localidades.

En Pontevedra, sin ir más lejos, ya asistieron en 2012 al traumático cierre de su asilo, que gestionaban también las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Los internos fueron derivados a otros centros de Galicia. Pocos años después, en 2017, cerró el convento de Santa Clara. En ese momento solo residían en él dos monjas, de avanzada edad. Significó el adiós de la Orden de la Clarisas a Pontevedra, a donde habían llegado 750 años antes.

Diferentes congregaciones religiosas se instalaron en O Salnés a lo largo del siglo XX. En la mayoría de los casos, fundaron residencias de ancianos, guarderías y colegios. Estos últimos son en la actualidad centros concertados, y gozan de buena salud. Pero ocurre todo lo contrario con las demás actividades. Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl abrieron sendas escuelas infantiles en O Grove y A Illa.

La primera de ellas cerró en 2019, pero el edificio sería adquirido por el Concello de O Grove. El alcalde, José Cacabelos, negoció pacientemente con la orden religiosa la adquisición del inmueble, y dos años después esas conversaciones dieron su fruto. El Ayuntamiento se hizo con el Colexio das Monxas por un millón de euros, con el objetivo de destinarlo a un gran centro de servicios sociales.

El recinto es de 2.000 metros cuadrados, y además de la edificación en sí, cuenta con huerto, cocina, comedor y zona de residencia. La administración local destinó a la compra parte de los fondos que le correspondían del Plan Concellos, así como una partida que había reservado para el centro de día.

En A Illa, el anuncio del cierre de la legendaria escuela Sonrisas y Lágrimas generó también un disgusto social enorme, pues se trata de un centro por el que pasaron numerosas generaciones de isleños.

Finalmente, sin embargo, el centro no llegó a cerrar gracias a la implicación de la parroquia de San Xulián y del Arzobispado de Santiago. Estos últimos asumieron la titularidad del inmueble, y la parroquia va a tratar de mantener la actividad.

En Pontevedra, la falta de vocaciones religiosas y el envejecimiento de las comunidades de monjas provocó dos cierres en una década. Primero fue el del asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, que daban refugio a 160 personas. Y, posteriormente, cerró el convento de Santa Clara.

Este inmueble y su enorme finca fueron adquiridos por el Ayuntamiento de Pontevedra en 2021 por 3,2 millones de euros. Posteriormente, el inmueble (con 5.500 metros cuadrados edificados) y el jardín abrieron al público, convirtiéndose en uno de los mayores parques de la ciudad, y cedidos a la Diputación de Pontevedra para que los integren en el Museo Provincial. ¿Podría suceder lo mismo en Cambados? Ahí radica ahora el debate.

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