Con preocupación asisten los vecinos a un nuevo vertido en el río Catoira, un afluente del Ulla que atraviesa la localidad vikinga que le da nombre.

En el gobierno local, dirigido por el nacionalista Xoán Xosé Castaño Conde, han confirmado este nuevo atentado medioambiental, después de que el propio regidor visitara la zona para tratar de determinar qué ha sucedido.

Denuncia

En cualquier caso, serán los integrantes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil los que instruyan las diligencias oportunas, después de que el primer edil pusiera los hechos en su conocimiento.

El vertido en cuestión, que ha teñido el agua de un tono grisáceo, se localiza a la altura del espacio natural y de ocio conocido como Fonte Gaiteira, justo detrás del edificio multiusos municipal.

Aspecto que presentaba el río Catoira a consecuencia del vertido que denunció el Bloque en marzo. FdV

Precedentes

No es la primera vez que el río Catoira se ve afectado por este tipo de situaciones.

El pasado mes de marzo el propio BNG de Castaño, por aquel entonces en la oposición, alertaba de un vertido líquido que deja el agua “casi totalmente opaca” y la tiñe de un tono entre grisáceo y blanquecino, también visto hace unos meses en el río Con a su paso por Vilagarcía.

Los nacionalistas alertaban así de “un importante vertido producido río arriba” e instan al gobierno local a adoptar medidas urgentes para detectar el origen de este foco, que podría ser contaminante, y actuar en consecuencia.

El vertido denunciado en marzo por el BNG. FdV

No es la primera vez que se producen vertidos similares en O Salnés y Ullán que acaban afectando a la ría arousana.

También desde Catoira, donde en julio de 2021 se daba cuenta de otro vertido industrial localizado a la altura del Concello de Catoira, cuyo origen parecía estar perfectamente localizado, concretamente en una conocida empresa de la localidad vikinga.

Zona en la que hace meses se registró un vertido de origen industrial que afectaba al río Ulla. M. Méndez

Las reiteradas denuncias formuladas por los ciudadanos daban la voz de alarma y propiciaban la intervención del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

Sobre todo a raíz de las quejas planteadas desde el colectivo Ecoloxistas de Catoira, donde condenaban enérgicamente este episodio y alertaban del deterioro medioambiental que se estaba produciendo en el lugar.