Cazadores y agricultores cuestionan el plan de la Xunta para controlar a los jabalíes

O Salnés y Ullán quedan fuera de las comarcas donde se ha declarado la emergencia cinegética

Manuel Martínez está convencido de que la medida será infructuosa

El presidente de los cazadores de Meaño, Rafael Otero, prepara una batida de jabalí.

El presidente de los cazadores de Meaño, Rafael Otero, prepara una batida de jabalí. / IÑAKI ABELLA

El plan de la Xunta de Galicia para contener el crecimiento de las poblaciones de jabalí genera mucho escepticismo en O Salnés. La comarca arousana, y los municipios del Ullán han quedado al margen de las zonas de emergencia cinegética, lo que ha disgustado especialmente a los agricultores, que son quienes más padecen a los jabalíes en forma de daños en los cultivos. Los cazadores, por su parte, consideran que la declaración de la emergencia cinegética es más una medida de maquillaje que una posible solución al problema de fondo.

“Esto mismo ya se hizo hace tres o cuatro años, y el resultado obtenido fue nulo”, manifiesta Manuel Martínez, presidente de la sociedad cinegética de Portas y de la Mesa Galega pola Caza. En su opinión, que la Xunta autorice la captura de jabalíes todos los días de la semana -actualmente solo se puede acudir los fines de semana y los jueves- no va a resolver nada, “porque ya trabajo nos cuesta juntar el mínimo de ocho personas que se necesitan para organizar una cuadrilla. Los sábados y los domingos aún se pueden conseguir, pero en días laborables eso es inviable. ¿Quién va a dejar su puesto de trabajo un lunes o un martes para ir a cazar?", se pregunta Manuel Martínez.

A mayores, plantea que la posibilidad de abatir ejemplares sin límites tampoco arregla la situación, porque ya en la actualidad los cazadores realizan el mayor esfuerzo cinegético posible, o al que son capaces de llegar con sus medios.

La Xunta declaró la emergencia en las zonas donde se comunicaron más daños

Por ese motivo, él no da mucha importancia al hecho de que O Salnés haya quedado al margen de la declaración de emergencia cinegética. Sobre esto, explica que la Xunta de Galicia activará este plan en las comarcas con más avisos de daños. “La resolución está basada en el número de comunicaciones de avisos de daños que llegan a la administración. Si los daños no se comunican, no constan a efectos administrativos, aunque existan”.

Sin embargo, la exclusión de los municipios arousanos sí preocupa a Manuel Ángel Dopazo, secretario general de Unións Agrarias en O Salnés. “Es grave, porque el jabalí está haciendo daño en las fincas, tanto en las de maíz como en la tierra de los viñedos”. Además, advierte de que la población del jabalí, presuntamente, está creciendo, por lo que es previsible que también aumenten los destrozos en los cultivos. “Los propios cazadores nos transmiten que cada vez hay más jabalíes”. Dopazo opina que esta situación genera un bucle pernicioso: a más ataques de jabalí, menos cultivos; y a menos cultivos, más abandono de la superficie rural; esto, a su vez, facilita el crecimiento de las poblaciones de jabalí, lo cual se traduce, en último extremo, en más incidencia sobre la agricultura. En algunas parroquias, los productores no solo tienen que preocuparse del jabalí, sino también de los ataques de los cuervos, como sucede en Lores (Meaño).

Compensaciones económicas

Manuel Martínez cree que la Xunta no ha puesto de verdad el cascabel al gato a la hora de abordar la problemática del jabalí. Insiste en que se trata de un animal que juega un papel importante en el mantenimiento de los ecosistemas naturales y de la actividad cinegética, y que por lo tanto hay que conseguir “un equilibrio entre la existencia de este animal y la agricultura”.

Los pasos para la fauna y unos buenos vallados harían las carreteras más seguras

El presidente de la Mesa Galega pola Caza recuerda que, “mientras haya un jabalí, habrá daños en la agricultura, y como que nosotros sepamos nadie quiere exterminarlos seguirán produciéndose daños en el campo. Por lo tanto, lo que hay que hacer es compensar económicamente a quien sufre esos daños”.

Martínez pide a la Xunta que cree una línea de indemnizaciones económicas para quienes sufren el ataque del animal, al igual que se hace con los afectados por el lobo. Otro de los argumentos que se emplean a la hora de justificar la necesidad de más batidas es que el jabalí es un riesgo en las carreteras. Manuel Martínez reconoce que eso es cierto, pero también señala que se podrían hacer viales más seguros, con buenos vallados laterales y pasos subterráneos para la fauna, “como se hacen en toda Europa”.

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