El aguacate pide paso en la cuna del albariño

Vilagarcía y Meis se disponen a cultivar el fruto tropical de modo intensivo

La plantación de aguacates hecha realidad en Vilagarcía desde mayo.

La plantación de aguacates hecha realidad en Vilagarcía desde mayo. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

O Salnés

La comarca de O Salnés es tierra de viñedos y, gracias a entidades como la cooperativa Horsal, entre otras firmas, también de pimientos, kiwis y otros cultivos hortofrutícolas emergentes.

Pero se cree que este territorio da para más, de ahí que, aprovechando sus especiales condiciones meteorológicas y, por qué no decirlo, los efectos del cambio climático, se adentre ahora en el aún desconocido mundo de la producción industrial de aguacate.

Autoconsumo

Una especie que puede tener recorrido en estas latitudes, a tenor de la experiencia individual de no pocos arousanos que lo cultivan desde hace tiempo para autoconsumo, sacando partido a las suaves condiciones meteorológicas de la comarca, sin grandes ni prolongadas heladas y también sin alcanzar temperaturas extremadamente altas.

La plantación de aguacate de Vilagarcía, situada entre Trabanca Badiña y Castroagudín. En el recuadro, un fruto de la variedad “Hass”.   | //  FDV

Imagen de archivo de la plantación de aguacate en Tomiño. / FdV

De ahí que empiecen a aflorar plantaciones como la situada en la calle Os Carballos, entre Trabanca Badiña y Castroagudín (Vilagarcía), y se proyecten otras en lugares como Meis.

La primera de ellas, hecha realidad en los tres últimos meses, de unas 4 hectáreas de superficie, y la segunda, que se desarrollará el año que viene, con aproximadamente 9,9 hectáreas.

1.800 árboles ya plantados

En la finca vilagarciana se han utilizado alrededor de 1.800 plantas, separadas entre sí 3,5 metros y colocadas formando hileras, con un pasillo de separación entre ellas de seis metros de ancho.

Así lo explica uno de sus promotores, Roberto Piñeiro Villanueva, visiblemente ilusionado con esta iniciativa y convencido de que la producción industrial de aguacate podrá consolidarse en este terreno a partir de 2030, aunque los frutos empezarás a verse mucho antes.

Sostiene que el terreno elegido entre Trabanca Badiña y Castroagudín “es idóneo”, de ahí que asuma el reto “con esperanza”, siendo sabedor de las dificultades que puede entrañar un cultivo prácticamente desconocido en esta comunidad autónoma.

Cultivos Riveira do Umia

Ilusión como la que tiene puesta en su proyecto la empresa Cultivos Riveira do Umia, responsable de las casi 10 hectáreas de terreno otrora de monte comunal que va a convertir en monocultivo de aguacate en el municipio de Meis.

Es necesario dar los pasos con cautela, viendo muy poco a poco cómo avanza este cultivo nuevo para nosotros

Fernando Veiga Fernández

— Gerente de la cooperativa Horsal

Una actuación que requiere de una profunda transformación del bosque existente en la actualidad para dedicarlo con garantías al cultivo frutícola de esta especie.

Eso sí, ese cambio de cultivo se hará de acuerdo con la evaluación ambiental presentada para desarrollar el proyecto, en la cual se contempla una “mínima intervención sobre la parcela”.

Lo que se busca es “la menor alteración posible sobre los suelos, evitando la generación de emisiones de partículas a la atmósfera, la erosión del terreno y/o la movilización de sedimentos por escorrentías”.

El mismo informe concluye que “el proyecto permitirá aprovechar la potencialidad de los terrenos de la comunidad de montes de San Salvador de Meis, contribuyendo a una mejora económica para la comarca y siendo compatible desde el punto de vista medioambiental”.

Primeras incursiones a gran escala

En definitiva, que las citadas de Vilagarcía y Meis son las primeras “incursiones” del cultivo industrial de aguacate en la comarca, al menos a gran escala.

“De ahí que sea necesario dar los pasos con cautela, viendo muy poco a poco cómo avanza este cultivo nuevo para nosotros”, explica Fernando Veiga Fernández, gerente de la cooperativa Horsal, a la que pertenecen los socios responsables de las dos plantaciones citadas.

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Cultivos Riveira do Umia, con sede en Cambados, es una firma perteneciente a la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias. La misma empresa que se dispone a explotar casi 10 hectáreas de plantación de aguacate en el Ayuntamiento de Meis.

Se trata de una superficie antiguamente de uso forestal y perteneciente a la comunidad de montes vecinales en mano común de San Salvador que va a ser adaptada para este tipo de industria hortofrutícola de acuerdo con un ambicioso proyecto en el que se contempla un periodo de explotación inicial de 30 años.

Va a desplegarse en la zona conocida como Chan do Monte que linda con la de Chan do Fento, donde se ubica el campo de golf de Meis.

Más concretamente, los aguacates van a ocupar un terreno con presencia irregular de pinos y eucaliptos cuyo sotobosque está dominado por helechos, tojos, arbustos y brotes de robles y castaños, siendo aprovechado “para cama de ganado en las explotaciones familiares de los vecinos del lugar”, según se hace constar en el informe de evaluación ambiental del proyecto.

“Es un cultivo atractivo y en creciente expansión, de ahí que queramos adentrarnos en este mercado con este tipo de proyectos, los cuales nos permitirán ir explorando el territorio antes de determinar el alcance que puede tener”, sentencian en la cooperativa.

Desde 1985

Horsal, fundada en 1985 por 16 agricultores dispuestos a “dignificar la horticultura como medio de vida”, así como a sacar partido al cooperativismo –decía entonces que “para desarrollar económica y socialmente la comarca de O Salnés”–, nació, precisamente, con la pretensión de ir incorporando “nuevos cultivos y nuevas técnicas, acometiendo importantes inversiones en instalaciones y equipos”.

Roberto Piñeiro Villanueva, en su finca familiar de Vilanova.

Roberto Piñeiro Villanueva, en su finca familiar de Vilanova. / M.M.

Eso es lo que hacen ahora esos socios y otros agricultores individuales que “experimentan” con el aguacate en O Salnés.

Al igual que hacen desde 1984 los técnicos de la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA), donde se demostraba ya que la tierra gallega podría ser apta para cultivar también esta especie subtropical.

Baixo Miño

Como se explicó en su momento en FARO, cuarenta años después de aquellos primeros experimentos, Galicia ya comercializa sus propios aguacates, sobre todo producidos en el Baixo Miño, donde hay diferentes empresas especializadas en este cultivo.

Puede citarse como ejemplo a la firma agrícola “Cultivos Miñotos”, creada en 2015 y considerada pionera en Galicia en esto de la explotación industrial de aguacates.

La plantación de Trabanca.

La plantación de Trabanca. / M. Méndez

Vinculada al Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia, esta empresa vende “para comercio local y de cercanía en toda Galicia”, apostando en todo momento “por la sostenibilidad, el ahorro energético y el respeto al medio”.

Esos son los pasos que ahora siguen los agricultores en O Salnés, tanto adheridos a Horsal como ajenos a esta cooperativa, los primeros con especial interés, como se explicaba al principio de esta información, en localidades como Vilagarcía y Meis.

Dos municipios que suman sus nombres a otros vinculados en los últimos años a la producción “aguacatera” gallega, como pueden ser los de O Rosal, Tomiño, Tui, A Guarda, Oia o Mougás.

Tras el kiwi

Así pues, y del mismo modo que hicieron con los viñedos y el kiwi, los arousanos tendrán que ir acostumbrándose a la presencia de fincas de aguacate, “un árbol de hoja perenne cuyo fruto con forma de pera contiene en su interior una semilla redondeada de color claro y 2-4 centímetros de longitud (salvo la variedad ‘Dátil’), que aparece recubierta de una delgada capa leñosa de color marrón”.

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El Estudio de Evaluación Ambiental Simplificada para el proyecto “Cambio de cultivo de forestal a agrícola en una parte de la finca Chan do Monte” incorpora medidas con las que minimizar el consumo de agua, combinando “el riego mediante microaspersión o goteo y el control de la humada del terreno para maximizar la eficiencia del riego, evitando aportaciones de agua innecesarias y sobre-riegos”.

También se regula el uso de fertilizantes, destacando que el abonado de la plantación “se completará con abonados localizados de corrección cuya aplicación se realizará mediante el sistema de microaspersión”.

Además, “antes del inicio de la fase de explotación se establecerá un calendario base de abonado que se irá ajustando en función del ritmo de desarrollo de la plantación y de los análisis del suelo que se vayan realizando, al objeto de evitar el sobreabonado de los frutales”.

En relación con esto se garantiza que “la correcta gestión de la aplicación de los abonados es una de las estrategias básicas de la plantación, ya que permitirá minimizar la cantidad de producto aplicada”.

Así presenta el Ministerio de Agricultura este árbol y el fruto del mismo nombre originario de México, Colombia y Venezuela que “los antiguos aztecas consideraban afrodisíaco” y que “los primeros españoles que llegaron a América bautizaron con el nombre de ‘pera de las Indias”.

Diferentes variedades

En España, las variedades más comercializadas son la “Hass”, que es la más conocida y tiene pequeño tamaño, de pulpa amarilla y con una piel rugosa y oscura; y la “Bacon”, que es la más temprana, de color verde brillante y abundante en el país.

Precisamente, la “Hass” representa el 90% de la plantación desarrollada en la vilagarciana Rúa dos Carballos, limitándose el 10% restante a la “Bacon”.

Aunque los consumidores pueden encontrar en el mercado otros tipos de aguacate, como el “Cocktail” o “Dátil”, que corresponde a un fruto alargado y sin hueso central, de sabor fino y delicado, que se comercializa mayormente en Francia.

También puede citarse la variedad “Fuerte”, con “forma de pera sin brillo y de piel fina, áspera y sabor exquisito”; y, por último, la “Pinkerton”, que es un aguacate “alargado y con forma de pera, de piel rugosa y sabor agradable, que se cultiva en Israel”.

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Roberto Piñeiro Villanueva, vecino de Tremoedo (Vilanova) de 47 años, es uno de los empresarios que han decidido arriesgar patrimonio e invertir tiempo y dinero para lanzarse a la aventura en un cultivo aún tan “verde” en Galicia como el del aguacate.

Es uno de los impulsores de la plantación de Trabanca Badiña (Vilagarcía), la cual se decidió a impulsar después de ver que los aguacates que tenía en casa, para autoconsumo, se desarrollaban con relativa facilidad.

“Decidimos plantar alguno más y como no teníamos ni idea de cómo cuidarlas, murieron muchas plantas, pero poco a poco fuimos perfeccionado el cultivo y encarrilándolo hasta que vimos que había posibilidad de ampliarlo y hacer negocio, de ahí que realizáramos esta plantación”, explica el empresario arousano.

Fue a mediados de mayo cuando empezaron a trabajar la finca vilagarciana, “y lo cierto es que el asesoramiento que hemos recibido por parte de los técnicos de Horsal nos ha sido de gran ayuda; al igual que lo ha sido el apoyo que nos prestaron en las fincas de aguacate ya en marcha que fuimos a visitar en Baixo Miño, donde nos trataron muy bien y nos dieron todo tipo de explicaciones”.

Agradecido por todo ello, Roberto Piñeiro Villanueva cree que la ayuda recibida y la idoneidad del terreno elegido han hecho que las plantas enterradas hace apenas dos meses estén ya “muy bonitas” y vigorosas, lo cual alimenta su optimismo y las esperanzas que ha depositado en este proyecto.

Una experiencia tan arriesgada como desconocida que puede empezar a dar fruto el año que viene, aunque sea de forma testimonial, ya que los aguacates no empezarán a asomar con cierta solvencia hasta el tercer año.

A partir de ahí “la producción irá aumentando poco a poco, de forma que será a partir del séptimo u octavo año cuando podamos decir si de verdad ha funcionado, ya que será entonces cuando los árboles estén a pleno rendimiento”.

Hasta entonces “hay mucho que trabajar y podar, pero iremos aprendiendo sobre la marcha de nuestra propia experiencia, ya que en Galicia todavía hay poco recorrido con este cultivo”, sentencia este socio vilanovés de Horsal que se ha introducido en Vilagarcía “porque fue donde tuvimos la enorme suerte de encontrar una finca que realmente se ajustaba a lo que estábamos buscando”.

Una búsqueda que resultó ciertamente compleja, ya que “no es fácil encontrar un terreno apropiado en una finca grande cuando estamos en una región caracterizada por el minifundismo donde las parcelas de mayor tamaño son ocupadas por los viñedos de albariño”.

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