Los vikingos tocan a rebato: cacerolada por la sanidad

Los catoirenses temen quedarse sin un médico y piden mejor Pediatría

Los vikingos en una concentración anterior ante el centro de salud.

Los vikingos en una concentración anterior ante el centro de salud. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Sin tiempo para digerir aún el sorprendente resultado electoral del pasado domingo, cuando el BNG se hizo con una histórica mayoría absoluta, que convertirá a Xoán Castaño en nuevo alcalde, los vikingos se disponen a seguir dando guerra en defensa de la sanidad.

Tras reunirse ayer para debatir sobre este asunto, los catoirenses decidieron salir de nuevo a la calle, en la que ya libraron alguna que otra batalla en meses pasados, por ejemplo, cuando reivindicaron el servicio de pediatría.

Atención Primaria de calidad

Lo hacen para hacerse oír y reivindicar una Atención Primaria de calidad. Más concretamente, para quejarse “por los problemas derivados de la jubilación de uno de los dos facultativos existentes”.

La asamblea vecinal celebrada ayer.

La asamblea vecinal celebrada ayer. / FdV

Como también para reclamar mayor atención pediátrica, ya que “primero atendía tres días a la semana, después nos lo quitaron y cuando nos devolvieron este servicio, resulta que lo pusieron un solo día de consulta, los viernes".

Entienden en Catoira que "es claramente insuficiente para atender a todos los niños”, y así lo denuncian desde la plataforma vecinal formada en defensa del centro de salud de la villa vikinga.

Una de las protestas anteriores.

Una de las protestas anteriores. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

El mismo colectivo que explica, en el caso del facultativo que va a jubilarse a mediados de este mismo mes, que “no se están cubriendo los días que tiene libres ni los de vacaciones, y tampoco sabemos cuándo será cubierta su plaza”.

Parece que la misma ya salió a concurso, “pero el Sergas no está cubriendo el puesto mientras este médico coge, antes de marcharse, todos los días libres que le corresponden y tiene acumulados, de ahí que en la práctica ya estemos solo con un médico en el centro de salud”.

Es por ello que los catoirenses temen que esta situación pueda “dejarnos mucho tiempo sin uno de los médicos, lo cual supone sobrecargar de trabajo a la otra facultativa” y, por extensión, puede provocar la cancelación o un aplazamiento excesivo de las citas.

Vecinos catoirenses reclamando el servicio de pediatría, en junio de 2020.

Vecinos catoirenses reclamando el servicio de pediatría, en junio de 2020. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

Tanto es así que esa doctora “ya estuvo de baja y además de tener que cubrir su cupo de pacientes se ve obligada a hacerse cargo del que tiene asignado el otro médico, cuando éste libra, y de las urgencias”, explica la portavoz de la plataforma.

Y así tendrá que seguir hasta que se cubra la plaza del médico que se jubila, “pues aunque ya está ofertada, el contrato no se hará válido hasta el 19, y eso son suerte, ya que también puede darse el caso de que nadie coja la plaza", reflexionan en la plataforma.

De ser así, "quedaremos totalmente desamparados durante mucho tiempo”, pronostican los denunciantes de la situación.

De ahí la nueva protesta convocada por el vecindario, después de que ayer, en una asamblea “sorprendentemente concurrida”, sobre todo con notable asistencia de personas mayores, “decidiéramos ponernos en pie de guerra”, exclaman los convocantes.

Una protesta anterior en defensa de la sanidad pública, en diciembre de 2019. Estaban presentes el próximo alcalde (con sombreo), Iván Caamaño (PP)  y el regidor saliente, Alberto García (PSOE).

Una protesta anterior en defensa de la sanidad pública, en diciembre de 2019. Estaban presentes el próximo alcalde (con sombreo), Iván Caamaño (PP) y el regidor saliente, Alberto García (PSOE). / INAKI ABELLA DIEGUEZ

Esta vez la concentración ciudadana se realizará con formato de cacerolada, es decir, tratando de hacer el máximo ruido posible para que la protesta de los vikingos no caiga en saco roto.

La cita es el día 8, desde las 10.00 horas, ante el centro de salud de Catoira. Y se hará ese día porque, supuestamente, es la última jornada de trabajo de ese médico que se retira.