Reivindican la sostenibilidad del sector mejillonero

Hace días se daba a conocer que el centro tecnológico vasco AZTI y el proyecto “Biogears” desarrollan cuerdas “bio” a partir de biomateriales con potencial para sustituir a los plásticos convencionales de origen fósil en el cultivo de mejillón y algas.

De este modo apuestan por nuevas soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, tratando de dar respuesta al creciente interés por parte de la Unión Europea y las principales administraciones por el desarrollo sostenible de la acuicultura en zonas costeras.

Los gallegos se defienden

Frente a esto, las empresas gallegas que se dedican a la elaboración de redes, cuerdas de cultivo en batea y todo tipo de productos empleados en acuicultura saltan a la palestra para defender su trabajo y garantizar que eso de la sostenibilidad es algo que ya aplican desde hace mucho tiempo.

Incluso ponen como ejemplo al sector mejillonero gallego en lo que se refiere a empleo de técnicas respetuosas con el medio ambiente.

Vilanova

En Recinet Salnés, una empresa especializada en la fabricación y distribución de productos para el cultivo del mejillón y la acuicultura con sede en Vilanova de Arousa, aseguran, precisamente, que en sus procesos de elaboración de productos para la pesca y la ganadería se emplean materiales reciclados.

Y resulta que el sector mejillonero “es uno de los mayores consumidores de ese producto reciclado y ecológico”.

De hecho, las cuerdas de las bateas en las que se cultiva el mejillón “se fabrican con redes recicladas”, al igual que se utiliza “plástico reciclado” para elaborar los palillos que distribuyen el peso de la piña de molusco y evitan su desprendimiento en las citadas cuerdas.

Cadenas desechadas y algodón

Pero eso no es todo, sino que “las cadenas de sujeción de las bateas son las desechadas de los grandes buques y el algodón necesario para el cultivo del mejillón –que se usa en procesos como el de encordado de la mejilla– es algodón ecológico cultivado sin pesticidas y con bajo consumo de agua, tal y como acreditan nuestros proveedores”.

En el caso concreto de las cuerdas en las que se cultiva el mejillón, en la citada empresa arousana remarcan que se usa una red “que previamente se utilizó para la pesca”, de tal forma que “se evita que vayan al vertedero o sean arrojadas al mar, dándoles una segunda vida”.

Gregorio Lorenzo Viñas

Así lo destaca Gregorio Lorenzo Viñas, como responsable que es de esta empresa arousana que también está acreditada como gestor autorizado de residuos de redes de pesca y piscifactorías.

Una firma que, resalta, tiene entre sus grandes clientes al sector mejillonero, que también recicla las redes de nylon cuando se utilizan para elaborar las cuerdas de cultivo del “oro negro” de batea, insiste.

Más de 50 años de vida

Estas cuerdas, detalla el empresario, “tienen una durabilidad de más de 50 años, y cumpliendo su cometido no existe en estos momentos un material que cumpla mejor con los requisitos exigidos y que, además, se pueda reciclar una vez acabada su vida útil pues las redes son un material limpio”.

La explicación es sencilla: “No contienen productos nocivos, de ahí que estos materiales puedan estar en todo momento en contacto con la cadena alimenticia”.

Envío a otras empresas

Pero eso no es todo, sino que la acreditación como gestor de residuos también permite a Recinet Salnés S.L. enviar el material sobrante, es decir, el que no se emplea en la elaboración de cuerdas, palillos o redes, a otras empresas con capacidad para afrontar su reciclaje.

Lo cierto es que esta empresa, que gestiona aproximadamente 700 toneladas de redes de nylon al año, se ha convertido en una clara referencia para el sector bateeiro y pesquero.

“A lo que también contribuye la experiencia y formación profesional del equipo humano que compone nuestra empresa, pudiendo ofrecer a nuestros clientes un alto nivel de calidad y ventajas competitivas”, sentencian en Recinet Salnés.

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