De los centollos al bollo de 6.000 huevos

Paradela recupera este fin de semana el programa completo de la fiesta de San Gregorio tres unas últimas ediciones marcadas por la pandemia de COVID

El gigantesco bollo pascual de San Gregorio, el año pasado.

El gigantesco bollo pascual de San Gregorio, el año pasado. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

El epicentro festivo de la comarca de O Salnés se localiza este fin de semana en Vilanoviña, donde se celebra la fiesta de San Gregorio. Su principal novedad con respecto a las ediciones precedentes es que se recupera la totalidad del programa lúdico, después de unos años en los que se hicieron más o menos recortes debido a la pandemia de COVID. Así, mañana domingo volverá a celebrarse la comida de confraternidad en el Campo da Boca.

La comisión ha dispuesto una gran carpa con mesas y asientos para un millar de personas, y a mayores hay mesas y bancos de piedra con sombra en los que comer. Cada uno puede llevar de casa su comida o pedir el menú preparado por la comisión, que consta de un pedazo de bollo de huevos, una ración de churrasco y vino albariño. El precio es de 10 euros.

Pero antes de llegar a la comida hay mucha fiesta por delante en Vilanoviña, un lugar situado junto a la carretera de Vilagarcía a Pontevedra, en la parroquia de Paradela (Meis). Los actos festivos empezaron el jueves por la noche, con una misa oficiada por el nuevo párroco, Edgar Emir. Ayer viernes se celebró un segundo oficio religioso en la capilla de San Gregorio, al que siguió la primera verbena. Y hoy sábado el número de actividades ya se multiplica.

A media tarde, el mago Cali ofrecerá un espectáculo para los niños a partir de las 18.00 horas; después hay una exhibición de zumba, a cargo de la asociación de mujeres rurales; la misa es a las nueve de la noche; y la jornada concluye con una verbena en la que tocarán dos de las mejores orquestas gallegas del momento, como son París de Noya y Satélites.

La fiesta de San Gregorio es una de las más singulares y con mayor personalidad de la comarca, gracias sobre todo a su gigantesco bollo de huevos. Pero no siempre fue así. De hecho, en el pasado la costumbre era comer centollos.

Hasta los años 50

El presidente de la actual comisión de fiestas, Fernando Silva, sostiene que la primitiva fiesta de San Gregorio se celebraba en el lugar de A Moroza, y que entonces la tradición mandaba festejar la fecha tomando unos centollos. “De hecho, le llamaban la Festa da Centola”, rememora Silva. Pero el evento dejó de celebrarse en la década de los 50 del siglo pasado.

Hasta que a principios de los años 90 un grupo de vecinos de Paradela decidieron echar mano de la fiesta y recuperarla. En ese momento, uno de los integrantes de esa primera comisión moderna, Samuel Silva -hermano de Fernando, y miembro de la familia de la panadería Paradela- sugirió exhibir un pequeño bollo pascual, como los que antiguamente regalaban los padrinos a sus ahijados en Semana Santa. “En ese momento nadie se acordaba de los bollos de huevos, nadie sabía lo que eran”, rememora Fernando Silva. De modo que muchos lo vieron por primera vez en aquella edición de la primavera de 1992. Pero no se parecía en nada al actual. “El primero era de solo 30 o 40 huevos”. Hoy es muy diferente. Se cuece sobre un molde de 5 metros de largo por 2,20 de ancho en el horno de la panadería Paradela, y sobre él se colocan uno a uno los más de 6.000 huevos de casa donados durante días por los vecinos de la aldea y sus alrededores. El bollo se exhibe y degusta mañana.

El concierto de A Roda es uno de los platos fuertes del domingo

El día grande de la fiesta de San Gregorio es mañana domingo. Los actos empiezan a las 12.30 horas con la salida del bollo de huevos desde la panadería rumbo al Campo da Boca, donde quedará expuesto. La misa empieza a la una de la tarde, cantada por el coro parroquial de Santa María de Paradela. Luego sale la procesión, que da la vuelta en el cruceiro. La comida empieza en torno a las dos de la tarde, y será amenizada por la charanga Alambique y Marietta, que actúa a partir de las 16.30 horas. La fiesta continuará por la tarde hasta el concierto de A Roda, a las 20.00 horas, y la verbena del trío Azar, que pondrá el broche a este primer San Gregorio totalmente postpandémico. También hay atracciones de feria y juegos hinchables para los más pequeños.

Vuelve la tradición de regalar bollos a los ahijados

Fernando Silva percibe que en los últimos años hay en la panadería de su familia una demanda mucho mayor de bollos de huevos. En la actualidad, lo habitual en Semana Santa es regalar el roscón de Pascua o, más recientemente, un huevo o una figura de chocolate. En el pasado, sin embargo, era frecuente ver en las casas el bollo de huevos. La masa lleva manteca pero tiene un sabor menos dulce que la de la rosca, puesto que se le añade menos azúcar, y también menos huevo. El resultado es una textura que se asemeja más a la del pan. Resulta mucho más barato que el roscón, ya que cuesta unos siete euros el kilo -la rosca rondó los 17,50 euros la pasada Semana Santa-, y la mayoría de las personas llevan los huevos de sus propias casas. Fernando Silva afirma que la tradición de regalar un bollo de huevos a los ahijados había desaparecido hace décadas, y se alegra de que ahora renazca poco a poco. “Este año hubo días en la panadería en los que pasaron entre dos y tres horas haciendo bollos”, sostiene el presidente de la comisión. Para los que todavía no conozcan este dulce, mañana tienen una oportunidad en Vilanoviña.

Suscríbete para seguir leyendo