Las algas vuelven a amenazar los bancos marisqueros de a pie en A Illa y Vilanova

Las cofradías aprovecharon la Semana Santa para realizar tareas de limpieza, pero temen que se haya registrado mortandad | Varias playas lucen un espeso manto verde

Mariscadoras de A Illa trabajando en la zona de O Bao esta semana.

Mariscadoras de A Illa trabajando en la zona de O Bao esta semana. / Iñaki Abella

A. G.

“Este año tenemos todo en contra”. La frase es de la presidenta de la Organización de Produtores (OPP-20) de A Illa de Arousa, Inma Rodríguez Paz, sobre los numerosos contratiempos que se están encontrando en su trabajo desde que comenzó el año. En las últimas semanas, ese contratiempo tiene color verde y acostumbra a aflorar en el inicio de la primavera, llenando todas las playas y poniendo en riesgo la producción de marisco. Las algas se han convertido en un problema demasiado habitual para las cofradías de A Illa y Vilanova y que obligó a las mariscadoras de ambas entidades a trabajar durante toda la semana en la retirada de las mismas.

Rodríguez Paz reconoce que el problema “se ha extendido por todas las playas, especialmente por aquellas que se encuentran orientadas hacia el sur; es cierto que se trata de lechuga de mar, una especie que solo causa problemas si se pudre encima de la producción, pero es cierto que en algunas zonas ya hemos detectado la presencia de ‘limo’, una alga que si supone una amenaza”. Tal es la situación que Rodríguez Paz reconoce que ya se ha detectado mortandad en varios puntos del litoral isleño, como Riasón o la esquina de Xastelas, a la entrada de Carreirón. “En ambos lugares ya nos encontramos ‘limo’ y consideramos que ha sido el causante de esa mortandad”, explica.

Las mariscadoras ya estuvieron limpiando durante las sucesivas bajamar que se registraron en los días festivos de Semana Santa, sobre todo en puntos como Camaxe, donde acostumbran a amontonarse las algas y “no descartamos aprovechar las siguientes jornadas en las que se registre una importante ‘seca’ para volver a bajar”.

Si en A Illa la situación comienza a ser desesperada, en Vilanova no lo es menos, ya que las mariscadoras también estuvieron trabajando durante toda la Semana Santa. La responsable del marisqueo a pie, Maricarmen Martínez, apunta que “estuvimos retirando algas en las zonas de O Terrón y O Castelete, puntos de los que sacamos más de 60 tractores en tres jornadas de intenso trabajo, y porque no teníamos más tractores, sino más hubiésemos sacado”.

Martínez apunta que “por el momento, no hemos detectado mortandad, aunque nos tememos que en la zona de As Sinas, donde no hemos podido limpiar, cuando podamos ir nos vamos a encontrar con ese problema”. Insiste la responsable de las mariscadoras que el año “comenzó muy complicado y con la aparición de las algas se está complicando todavía más para las mariscadoras”.

Uno de los grandes problemas que tienen las mariscadoras para la retirada de las algas es el lugar en el que ser arrojan. En primavera, la necesidad de abono y fertilizante para las fincas acostumbra a ser una válvula de escape importante, pero “el problema nos va a llegar cuando esa posibilidad se agote y tengamos que buscar otra alternativa”, explican.

Menos incidencia han tenido sobre los bancos marisqueros de a flote, donde se está aprovechando el parón biológico para realizar tareas de arado de los fondos y retirada de algas.

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No son las algas la única amenaza con la que se han encontrado las cofradías de A Illa y Vilanova en los últimos tiempos. Otras amenazas importantes han sido los vertidos y la caída de la salinidad, dos circunstancias que han provocado una importante mortandad. En Vilanova, el vertido recurrente es el que sucede en la zona de Rego de Alcalde cada vez que llueve. No contar con una red separativa y las trabas que ha puesto encima de la mesa Costas del Estado a la obra han provocado que uno de los problemas que se viene denunciando desde hace más de veinte años, se vaya a mantener en el tiempo. En lo que respecta a la caída de la salinidad, explica Rosalino Díaz, patrón mayor de Vilanova, dos de las especies que más han sufrido han sido la navaja y la almeja babosa, que han visto mermada, de forma considerable, su población en los bancos marisqueros que gestiona el pósito vilanovés. En A Illa, también se ha detectado una importante mortandad en todo el litoral, una situación que se achaca a la caída de la salinidad que ocurrió a finales del pasado año y principios de este. A ello se suma lo ocurrido con el vertido del buque WEC Vermeer, que regó de combustible varias playas en el municipio, una situación que provocó un importante impacto medioambiental que está por ver como se repara. Rodríguez Paz reconoce que la situación “es muy complicada porque da la sensación de que este año tenemos todo en contra”, aunque reconoce que “por el momento vamos sorteando estas dificultades porque el precio es bueno, pero en el momento en que haya una caída, can a venir momentos muy complicados”.

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