La caída de la natalidad repercute en los colegios: cada vez hay menos alumnos nuevos

El plazo de reserva de matrícula para cuarto de Infantil finaliza en Vilagarcía con un descenso de solicitudes con respecto al curso pasado

Una profesora acompaña a un niño en su primer día de colegio, en septiembre pasado. |   // IÑAKI ABELLA

Una profesora acompaña a un niño en su primer día de colegio, en septiembre pasado. | // IÑAKI ABELLA / Anxo Martínez

El descenso de la natalidad que sufren en mayor o menor medida la totalidad de municipios de O Salnés desde hace algo más de una década se percibe en primer lugar en los colegios. Ayer finalizó el periodo ordinario de solicitud de matrícula para ingresar en septiembre próximo en cuarto curso de Infantil (tres años), y ni siquiera los colegios del centro de Vilagarcía se salvan de una tendencia generalizada en los últimos ejercicios: cada vez hay menos niños, y esto se traduce en el cierre de líneas (aulas). Sin salir del municipio de Vilagarcía, la situación es mejor en Vilaxoán y Carril.

En el colegio de A Lomba habían registrado hasta ayer al mediodía un número ligeramente inferior de solicitudes de ingreso con respecto al curso pasado, y confían en mantener sus tres líneas actuales de cuarto de Infantil (dos en el centro matriz de A Lomba, y una en el Anexo), si bien la decisión final la debe tomar la Consellería de Educación.

En el caso del Arealonga han recibido hasta ahora un volumen de peticiones de ingreso muy inferior a otros años. En su momento organizaron unas jornadas de puertas abiertas para mostrar a las familias con niños las bondades de sus instalaciones, sus profesores y sus métodos pedagógicos, pero se encontraron con que muchos padres quieren un colegio con comedor. El Arealonga no lo tiene, y eso les ha penalizado.

Salvo que la matrícula se incremente de forma notable, este colegio del centro de Vilagarcía tendrá un solo grupo para los niños de tres años. A mayores, probablemente empiecen el curso próximo (2023-24) con solo dos líneas en el quinto curso de Primaria, cuando hasta ahora contaban con tres.

Los centros sin comedor escolar se ven penalizados

La situación es similar en el caso del colegio de O Piñeiriño. Hasta ahora contaban con dos aulas en cuarto de Infantil, pero lo más probable es que se queden con una sola en dicho nivel a partir de septiembre. Hasta ayer a mediodía habían recibido entre 17 y 18 solicitudes de ingreso de familias con niños de tres años, lo que supone una cifra muy inferior a la de los pasados años. Así, en marzo de 2022 habían sido 25 las peticiones de ingreso; en 2021, 24; y hace tres años, ascendieron a 31.

El colegio de O Piñeiriño sí tiene comedor escolar -y de hecho la mayoría de familias también han cubierto la reserva de plaza en el comedor-, pero ni siquiera esto es suficiente para atenuar los efectos del descenso de la natalidad.

Tampoco se libra de los efectos perniciosos de la crisis demográfica el colegio de A Escardia. Hasta ayer al mediodía sumaban apenas una docena de solicitudes de matrícula, la mitad de su ratio habitual hace solo unos pocos años. Ya hace tiempo que A Escardia tiene una sola línea para los alumnos que empiezan la etapa de Educación Infantil.

En cambio, el diagnóstico es diferente en el caso de los colegios de Vilaxoán y Carril, pues ambos ganan matrícula con respecto a 2022. En el primer caso, disponían ayer, a pocas horas del cierre del plazo de reserva, de 20 solicitudes, frente a las 17 del pasado ejercicio. En Carril también rondan la veintena de familias interesadas en escolarizar a sus hijos en dicho centro.

Tanto Carril como Vilaxoán disponen de comedor y “Plan Madruga”, que para muchos padres se han convertido ya en unos servicios imprescindibles para poder conciliar sus trabajos con el cuidado de los hijos.

El descenso de nacimientos en un territorio determinado se nota pronto en sus instituciones educativas. Y tiene para estas, consecuencias prácticas casi inmediatas, pues puede traducirse en una reducción del número de profesores o incluso en la pérdida de líneas, lo que equivale a una menor dotación de medios humanos y materiales.

Casi 15.000 estudiantes

Durante el presente curso, son 14.700 los niños y adolescentes que cursan estudios en los colegios e institutos de O Salnés y Ullán. La matrícula se ha desplomado en los ciclos de Infantil y Primaria, confirmando una tónica generalizada tras la crisis financiera de 2008. En cambio, sí se incrementó ligeramente en Bachillerato.

En Infantil y Primaria, están inscritos en los colegios públicos, privados o concertados de la comarca 8.400 niños, frente a los más de 8.700 del curso 2021-22, o los 9.142 de 2020-21. Esto supone un descenso en O Salnés y Ullán de más de 300 niños con respecto al curso pasado, y de casi 750 con respecto al que empezó en septiembre de 2020. En Educación Secundaria Obligatoria, hay actualmente 4.700 estudiantes (una treintena menos que hace un año), mientras que en Bachillerato la situación es mejor, puesto que hay más alumnos que el curso pasado en todos los ayuntamientos de O Salnés y Ullán, excepto en el de Vilanova, que baja. Los institutos arousanos iniciaron este curso con 1.534 estudiantes, 120 más que hace un año.

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La escuela unitaria de Solobeira, en Vilagarcía, seguirá abierta un curso más. La Consellería de Educación dispone el cierre de aquellos centros que bajen de seis alumnos, y el de Solobeira estaba en esa tesitura. Este curso tiene siete niños, pero dos de ellos empiezan Primaria en otros centros a partir de septiembre, por lo que se quedarían con cinco matriculados. Por ello, la dirección de Solobeira inició una campaña con la finalidad de animar a las familias del entorno a escolarizar a sus hijos con ellos. Y ha dado sus frutos, pues una familia con una niña visitó la escuela tras conocer el caso a través de los medios de comunicación, y han decidido matricularla en él. De este modo, tendrán seis alumnos. Las escuelas unitarias del rural, agrupadas en muchos casos en CRA -Colegios Rurales Agrupados- ofrecen propuestas educativas basadas en un trabajo individualizado, en contacto con la naturaleza y con el empleo de modernas técnicas pedagógicas. Eso las convierte en muchos casos en opciones interesantes incluso para familias residentes en núcleos urbanos. En Ribadumia, el CRA funcionará el curso próximo como hasta ahora, con sus cinco centros abiertos. Dudaron hasta hace poco de la viabilidad de la de Sisán, por la marcha de dos niños, pero la llegada de otro ha servido para garantizar su continuidad. En O Salnés y Ullán también hay CRA en Meis y Valga.

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