Sin convenio y sin actualización del IPC, los motivos de las protestas en el servicio de recogida de basura

La docena de trabajadores de Meis, Cambados y Vilanova se concentrarán a las puertas de sus respectivos consistorios

Trabajadores de Valoriza en el local del sindicato CIG de Vilagarcía.

Trabajadores de Valoriza en el local del sindicato CIG de Vilagarcía. / Iñaki Abella

A. G.

Con el convenio laboral caducado desde el año 2016 y sin ningún tipo de actualización del IPC en sus salarios. Así se encuentran los trabajadores subrrogados por la empresa Valoriza para la recogida de los residuos sólidos urbanos en los municipios de Meis, Vilanova y Cambados. De nada han servido las sucesivas negociaciones que los trabajadores han entablado con la empresa a través de la Confederación Intersindical Galega (CIG), ya que no se ha conseguido alcanzar un acuerdo pese a las facilidades que ofreció la parte laboral durante todas las reuniones. Es por ello que, antes de volver a sentarse a la mesa con la empresa, una cita fijada para el próximo día 17, los trabajadores se van a concentrar a las puertas de cada uno de los municipios que tienen este servicio que contrató la Mancomunidade.

La primera de estas protestas tendrá lugar mañana, a partir de las 13.00 horas, a las puertas del consistorio de Meis. La imagen volverá a repetirse a la semana siguiente, el día 9, y también a las 13.00 horas a las puertas del consistorio de Cambados, y el día 16 le tocará el turno a Vilanova. Anxo Lúa, responsable sindical de la CIG, apuntaba ayer que “esperamos que la empresa acuda a esa reunión con una propuesta seria porque, de no ser así, intensificaremos las movilizaciones”. Por el momento, estas no van a afectar a la prestación del servicio que se presta en los tres concellos, pero no se descarta que, de mantenerse el conflicto laboral en el tiempo, lo acabe haciendo.

La petición de los trabajadores es muy simple, la aprobación de un nuevo convenio y la actualización del IPC ya que desde el año 2016, la pérdida salarial “es del 15%, es decir, unos 4.000 euros por trabajador”. Lúa aseguraba que, durante toda la negociación que han mantenido con la empresa, llegaron a plantear condiciones de pago de esos atrasos muy ventajosas para la empresa, pero no fueron aceptadas. Es más, la única solución que se les ofreció fue incrementar el IPC de los salarios en un 1%, unas condiciones que tanto el responsable sindical como los trabajadores consideran “totalmente irrisorio, por eso no vamos a consentir más burlas”.

Esta situación se ha dilatado en el tiempo debido a los problemas que surgieron con el contrato y las renovaciones del contrato provisional a Urbaser, antes de la llegada de Valoriza. Los trabajadores también piden responsabilidad política por parte de la Mancomunidade, les piden que “sean sensibles y que pingan su grano de arena en resolver este problema”, especialmente los alcaldes de los tres municipios implicados.

Todo el conflicto laboral de la recogida de basura arranca en 2018, cuando la anterior empresa que prestaba el servicio, Celtaprix, entra en concurso de acreedores. Eso llevó a la Mancomunidade a iniciar un proceso para sacar a concurso un nuevo contrato. Mientras se redacta un nuevo contrato, es elegida Urbaser para prestar, de manera provisional, el servicio, subrogando a los trabajadores que venían de Celtaprix.

A este concurso se presentaron varias empresas. Dos de ellas fueron excluidas, pero pusieron en marcha un proceso judicial que les acaba dando la razón. En el año 2019, una disputa entre los concellos de Cambados y Vilanova sobre el modelo de servicio que querían acaba paralizando todo el proceso selectivo, antes de renunciar definitivamente a seguir con él. Sin embargo, Valoriza lleva esa decisión a los tribunales, que le acaban dando la razón y el servicio acaba siendo adjudicado a esta última empresa por 789.483 euros anuales. Desde la CIG aseguran que, primero Urbaser y después Valoriza, trataron de aprovechar la ausencia de un convenio colectivo para reducir las prestaciones laborales. En estos dos últimos años, no se ha conseguido alcanzar un acuerdo.

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