Los Grobit ya cuentan por decenas de miles las vistas a su aldea

El poblado de cuento de A Toxa no deja de atraer turistas

Una actividad reciente en el parque infantil de la Aldea Grobit. |   //  FDV

Una actividad reciente en el parque infantil de la Aldea Grobit. | // FDV

Manuel Méndez

Manuel Méndez

El Concello de O Grove dispone de datos que indican que el parque infantil del Parque Forestal Álvarez Corbacho, en A Toxa, acondicionado con forma de espacio de fantasía al que se dio el nombre de La Aldea Grobit, se ha consolidado como reclamo turístico de vital importancia no solo para la isla, sino para el conjunto del municipio.

Prueba de ello es que el pasado verano se contabilizaron, en solo dos meses, nada menos que 50.000 visitantes disfrutando de este espacio de cuento infantil; un lugar habitado por los seres imaginarios conocidos como Grobits.

“Emilia” y “Pardo”, dos de los burros de la isla de A Toxa |   //  M.M.

José Cacabelos y Carmela Silva junto a la escultura del burro de A Toxa. / Noé Parga

Fue en los meses de julio y agosto cuando se registraron las positivas cifras de afluencia, alcanzándose un pico de 3.100 personas tanto el festivo de la Ascensión como el día antes, que fue domingo.

Es un parque infantil

Se trata de niveles de asistencia que bien pueden tacharse de sorprendentemente positivos, pues no hay que olvidar que este espacio no deja de ser un parque infantil. Y pocos hay en Galicia con capacidad para reunir a tantos visitantes, un día tras otro.

De hecho, cuando el Concello colocó medidores para valorar el grado de aceptación de la Aldea Grobit, comprobó que pasaban por allí una media de mil personas diarias durante el verano.

No solo niños

Y aunque bien es cierto que en otoño e invierno la afluencia desciende, se cree que ésta puede ser de unas 70.000 personas al año.

Una vista de la Aldea Grobit, ayer.

Una vista de la Aldea Grobit, ayer. / M. MENDEZ

Una trascendencia que es mayor, si cabe, al constatar que no son solo niños del Concello de O Grove y sus familiares los que acuden a este espacio natural, provisto de casas enterradas y elementos de juego tallados en madera, que se enclava en el corazón del Monte Central de A Toxa.

De toda España

Muy por el contrario, también lo visitan los adultos, aunque no tengan niños. Y no solo son mecos y arousanos en general los que lo hacen, sino que acuden igualmente ciudadanos llegados de todas partes de la comunidad e incluso de otras regiones de España.

Unos y otros aprovechan su estancia en O Grove y Galicia para disfrutar de elementos como la propia Aldea Grobit y otros atractivos de la isla, tales como la parcela de los burros fariñeiros o la escultura que recuerda la leyenda del borrico que descubrió las aguas termales.

Teniendo en cuenta todo esto, el gobierno de José Antonio Cacabelos Rico, por mediación de la concejalía de Medio Ambiente, que dirige Ángeles Domínguez, trata de sacar el máximo partido a la Aldea Grobit y su entorno.

De ahí acciones como la reciente plantación de árboles autóctonos, protagonizada por los niños mecos, y la inminente adopción de acciones con las que poner a punto este enclave para que puedan afrontar Semana Santa y la temporada estival con máximas garantías.

Cinco cuadrúpedos en la gran familia de “fariñeiros”

Aumentar el tirón de la Aldea Grobit y la isla también pasa por el papel de “Emilia” y “Pardo”, una pareja de burros “fariñeiros” (Equus asinus) instalada en A Toxa desde hace más de una década para mantener viva la leyenda de aquel animal que se sanó milagrosamente, cuando estaba ya moribundo, gracias a haber retozado durante días en los fangos termales de la isla.

Cuando nació su primer retoño se le llamó “Bazán”, completándose así el homenaje del Concello de O Grove a la literata que rescató del olvido la leyenda del animal, Emilia Pardo Bazán.

Y al nacer la segunda cría se la bautizó como “Blanca Bazán”, recordando así a la hija de la escritora y feminista que tanto contribuyó a promocionar A Toxa y el “país de las rías”, como ella conocía a la provincia de Pontevedra.

Alfredo Vilas

A los cuatro borricos citados se suma “Alfredo Vilas”, en recuerdo de un abogado que murió en 1904 en O Grove y fue un personaje importante en la sociedad gallega a finales del siglo XIX y principios del XX; un hombre “de grandísima oratoria que fue abogado de la familia Mestre e intermediario entre la misma y la sociedad La Toja durante la constitución de esta última”, explica el historiador Francisco Meis.

Esos cinco burros integran la gran familia que puede verse en la parcela situada justo a la entrada de A Toxa, convertida en uno de los lugares más visitados del territorio insular durante todo el año.

Es otro de los enclaves de la isla que el gobierno de José Cacabelos acondiciona periódicamente y que pondrá a punto para la temporada alta que se avecina.

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Manuel Méndez

El burro de bronce, la nueva “zona selfi”

Y hay un burro más que despierta expectación. Tal y como pronosticaba Carmela Silva, la presidenta de la Diputación de Pontevedra, cuando hace un par de semanas se inauguró la escultura en bronce que representa al mítico burro de A Toxa, esa pieza se ha convertido en “la nueva zona selfi” de la emblemática isla de A Toxa.

Una joven observa los burros "fariñeiros" de A Toxa.

Una joven observa los burros "fariñeiros" de A Toxa, ayer. / M. MENDEZ

Desde que se colocó al lado de la capilla de conchas, “no deja de pasar gente que se detiene al lado del borrico para fotografiarse, sorprendiéndose por la original forma de la escultura –con las patas hacia arriba– y deteniéndose a leer en detalle la leyenda sobre este animal que contó Emilia Pardo Bazán, y que aparece recogida en una de las placas situada a los pies de la obra”, esgrimen en el Concello de O Grove.

Al referirse al burro representado por Lucas Míguez revolcándose en los fangos termales de la isla, en el Ayuntamiento de O Grove insisten en destacar la importancia de esta pieza de bronce y lo mucho que representa.

No hay que olvidar que, como se indicó en tantas ocasiones, la leyenda que habla del burro que se sanó milagrosamente gracias a las propiedades balneoterapéuticas de los manantiales de la isla de A Toxa marcó los orígenes turísticos de la isla y el conjunto del municipio.

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