La concentración parcelaria de Meaño vuelve a escena

El propósito es lograr un mejor aprovechamiento del espacio forestal / El alcalde Viéitez acudió a Santiago con ediles de otros grupos / En los noventa se intentó la división

Vista de Meaño con el monte Penaguda a sus espaldas. |   // T.H.

Vista de Meaño con el monte Penaguda a sus espaldas. | // T.H. / tino hermida

Tino Hermida

El Ayuntamiento de Meaño ha solicitado a la Agencia Galega de Desenvolvemento Rural (AGADER) que uno de sus técnicos se desplace a Meaño para informar de primera mano a los propietarios sobre las ventajas de iniciar la concentración parcelaria en los montes meañeses. El objetivo es lograr un mejor aprovechamiento y cuidado del espacio forestal, amén de contribuir a evitar la pérdida de la propiedad en el monte, caída en desuso y, a la postre, en el olvido con las nuevas generaciones, cuyas parcelas en muchos casos no son capaces de identificar ya sobre el terreno.

Esta solicitud se ha formulado tras una visita conjunta a Santiago de representantes de las tres formaciones, en las personas del regidor Carlos Viéitez, José Manuel Aspérez (MI) y Rosario Muñiz (PSOE), y que plantearon in situ la demanda.

El proceso de la concentración parcelaria en Galicia se iniciara en 1954. En Meaño hubo de esperar a los años noventa para testarlo por primera vez. Pero aquel acercamiento no caló, al no superar ni la fase de petición formal.

Ingeniero técnico agrario de profesión y al poco de llegar a la alcaldía Jorge Domínguez, fue quien quiso acercar la concentración parcelaria. Primero lo hizo en 1993 con una conferencia en Cobas de mano del entonces delegado provincial de Agricultura, Gerardo Zugasti, quien disertó sobre las ventajas económicas de la concentración parcelaria, y que apuntaba ya al monte como una primera opción para las zonas reacias.

Antecedentes históricos

Luego, en 1998 Jorge Domínguez decidió la creación de una comisión especial para la consecución de la concentración parcelaria, encabezada por el entonces primer teniente alcalde José Varela Budelo. Lo primero fue organizar una serie de charlas por las diferentes parroquias, que se iniciaran en Simes. El objetivo era encontrar un polígono amplio sobre el que poder actuar, a modo de experiencia piloto para mostrar a los vecinos las ventajas que ello podría tener si la actuación se extendía al municipio.

Pero aquella iniciativa se frustró a las primeras de cambio. En abril de aquel 1998 arrancó con sendas reuniones con los vecinos de Lores y Simes, citados por notificación domiciliaria. Para Lores se planteó solicitar la concentración en el monte y el prado del valle de Lores. De los 150 vecinos que se personaron, solo el 13 por ciento se mostró a favor de iniciar el proceso en el valle y el 20 por ciento en el monte, dígitos que quedaban muy lejos del 90% que se había fijado el grupo de gobierno.

Votaciones

Simes se saldó con otro revés. El planteamiento para esta parroquia era tramitar la petición para el monte y, si se aceptaba, también el prado que cae desde la PO 303 hacia el río Chanca. En esa asamblea, del centenar de vecinos congregados, sólo el 23% apoyó la concentración en los montes y el 6 por ciento lo admitía para el prado.

Solo en la parroquia de Xil se atisbó la posibilidad de convertirse en el primer foco para aceptar la parcelaria. En el encuentro vecinal, de los 78 asistentes, el 64,9% aceptaba iniciarla en el monte, y el 58,% se mostraba dispuesto también para extenderlo al prado.

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