Poio contrata un servicio de seguridad en Tambo con el fin de evitar accesos indeseados

La empresa actuará sobre todo en Semana Santa y verano | El contrato ronda los cien mil euros

Una visita institucional a la Illa de Tambo, en agosto pasado. |   // G. SANTOS

Una visita institucional a la Illa de Tambo, en agosto pasado. | // G. SANTOS / Nicolás Davila

El Concello de Poio, que está a punto de cumplir un año de gestión de la Illa de Tambo, ha puesto en marcha el proceso para contratar a una empresa privada de seguridad que se encargue de vigilar ese enclave de la ría de Pontevedra y evitar accesos no autorizados. El concurso, con un presupuesto de unos cien mil euros por un periodo de cuatro años, detalla que el servicio se prestará sobre todo en verano y Semana Santa.

La documentación municipal detalla que “la finalidad primordial de la presente contratación es obtener la adecuada protección de personas, instalaciones y actividades que se desarrollen en el espacio que conforma el espacio de la Illa de Tambo”. Añade que “se requerirá la presencia de un vigilante de seguridad sin armas en el siguiente horario, como mínimo: 10 horas al día durante el período de tiempo comprendido entre el 1 de julio y el 15 de septiembre; y 10 horas al día durante el período de tiempo, de Semana Santa, de cada año”, aunque podría ampliarse a otras épocas en función de las necesidades.

Entre las funciones que debe realizar esta empresa figuran las de “ejercer la vigilancia y protección de carácter general de las personas, inmuebles, instalaciones y bienes de la isla; controlar los accesos al recinto de todo el personal, sean visitas o personal que desarrolle su trabajo en la isla o personal del Concello de Poio,; realizar la vigilancia interior y rondas de vigilancia por todo el recinto de la isla y de las dependencias de los edificios; prevenir y evitar la comisión de actos delictivos o infracciones en relación con el objeto de protección; y actuar en las emergencias que se produzcan en el espacio”, entre otras obligaciones.

El verano pasado, pocos meses después de que la isla pasase a manos municipales, se detectó un constante goteo de lanchas y embarcaciones a su alrededor, cuyos usuarios accedían al enclave. Entonces, el concejal de Urbanismo e Promoción Económica de Poio, Gregorio Agís, subrayaba que estaba prohibido el acceso a la Illa de Tambo sin la correspondiente autorización porque “no está aún en condiciones de recibir visitantes” de forma incontrolada.

El Concello de Poio obtuvo en marzo pasado la concesión demanial de la isla por parte del Ministerio de Defensa por un período inicial de 25 años, que podría ser prorrogable a 75. La concesión supone el pago de un canon anual de 25.000 euros. Desde entonces, Tambo no cuenta con la vigilancia habitual de la Escuela Naval, lo que ha provocado un notable aumento de visitantes, que acuden con sus barcos a conocer una isla que durante décadas permaneció vetada para la inmensa mayoría de los ciudadanos, al estar adscrita a Defensa.

Sin embargo, “se trata de un territorio virgen, donde puede haber peligros ocultos, hay acantilados, es necesario evitar el riesgo de incendios, cuenta con elementos patrimoniales que hay que proteger y no es posible acceder libremente”, insiste el gobierno local de Poio.

La Irmandade Illa de Tambo mostraba entonces su preocupación por el “acceso libre” a Tambo por los perjuicios que pueden causar los “visitantes sin control”.