El número de personas sin hogar en Vilagarcía ya supera el medio centenar

El aumento de las personas sin hogar en Vilagarcía ha sufrido un notable aumento a lo largo de los últimos meses, notándose un acuciante incremento durante el pasado mes de enero. Así lo constatan los datos ofrecidos por Cáritas Interparroquial Arousa y Cruz Roja Vilagarcía.

En estos momentos la cifra de personas que duermen en la calle o en condición de okupas en locales como el Balneario de A Compostela o el de la Avenida Rodrigo de Mendoza ya supera el medio centenar. A ello hay que añadir que esta cifra ha aumentado considerablemente en el último mes de enero, donde el número de servicios de comida en el comedor social de Cáritas es el fiel reflejo de ello.

Uno de los indicativos tangibles del aumento del número de personas en situación de no alcanzar condiciones mínimas vitales sucedió el pasado domingo. Concretamente en el comedor de Cáritas se superaron las sesenta comidas servidas, cifras de récord en la entidad benefactora.

Señala Mar Viqueira, directora de Cáritas, que “estamos prácticamente al límite. No solo en lo que se refiere al comedor, sino también a la atención primaria. Tenemos a dos personas y están desbordadas. Durante el mes de enero llegó muchísima gente a las que ha habido que escuchar y atender sus necesidades más básicas porque muchas de ellas no tienen absolutamente nada”.

La situación de frío que acompaña a las noches es otra cuestión que agrava la situación de las personas sin hogar. El protocolo de frío en el que colaboran Concello de Vilagarcía, Cruz Roja y Cáritas, es el que se encarga de entregar mantas y ropas de abrigo a las personas que duermen en la calle. En este sentido, el aumento de la actividad es otro indicativo de la situación de extrema necesidad por la que pasan más de medio centenar de personas en la localidad.

Una cuestión que destacan también desde las entidades que velan por las condiciones de los sin techo es el aumento de personas extranjeras que están recalando en Vilagarcía en condiciones de necesidad máxima. Una tendencia al alza que se ha venido atisbando desde el pasado noviembre y que ha alcanzado su punto álgido en un mes de enero en el que las cifras de personas demandantes de ayuda adquiere registros sin precedentes.

Muchos nuevos usuarios venidos de Pontevedra

Una de las cuestiones a las que se puede atribuir el aumento del número de personas en grado de extrema pobreza en Vilagarcía viene de Pontevedra. En la capital provincial la falta de voluntariado ha llevado a cerrar el albergue social Calor y Café.

Es por ello que el número plazas disponibles para dormir bajo techo en Pontevedra se haya reducido a una veintena, por lo que algunas de esas personas han decidido venir a Vilagarcía para poder acogerse a las ayudas sociales.

Acerca del aumento del número de personas demandantes de ayuda, se viene a confirmar las expectativas que ya vaticinaron los responsables de Cáritas meses atrás. La actividad en el ropero de la organización, encargada de suministrar ropa de abrigo, es otra de las constataciones de la extrema vulnerabilidad que empieza a alcanzar cotas alarmantes.

El albergue social rozó el 100% de ocupación

La actividad registrada en el albergue de Cruz Roja rozó el 100% de ocupación durante todo el mes de enero. Un total de 42 personas, 35 hombres y 7 mujeres, pasaron noches en el edificio de la Praza da Constitución para protegerse del frío.

Cabe destacar que la disponibilidad de plazas en el albergue se reduce a 10 personas y prácticamente en ninguna de las noches de enero se quedó ninguna de las camas disponibles sin ocupar.

Una cuestión que destacan desde Cruz Roja es el considerable aumento de mujeres usuarias del albergue. La cifra de siete en un mismo mes es algo que nunca antes se había producido en Vilagarcía.

Siete noches bajo techo durante cada mes

El funcionamiento del albergue de Cruz Roja también trata de gestionar la demanda con el escaso número de plazas disponibles. Por ello, entre las normas a seguir, cada usuario solo dispone de siete noches durante cada mes para utilizar la instalación.

El horario de funcionamiento es de 21.00 horas hasta las nueve de la mañana del día siguiente. Además, la entrada en el albergue tiene que ser puntual y la ducha obligatoria al entrar en la instalaciónSe da la circunstancia que algunas personas no hacen uso de todas las noches disponibles porque prefieren no someterse a la disciplina que exige acceder al albergue, tanto en horario dentro del mismo como al comportamiento exigido.

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