El campo arousano sufre grandes pérdidas debido al exceso de lluvia

Las mermas en los cultivos de lechuga aumentaron más de un 10 por ciento y varias hectáreas de terrenos agrícolas permanecieron encharcadas e impracticables durante semanas

Fincas agrícolas y viñedos completamente anegados por el río Umia, a principios de enero pasado. |   // IÑAKI ABELLA

Fincas agrícolas y viñedos completamente anegados por el río Umia, a principios de enero pasado. | // IÑAKI ABELLA / Anxo Martínez

El mal tiempo de los últimos meses está haciendo mucho daño a los productores de huerta de O Salnés. “Está siendo una campaña catastrófica”, afirma el presidente de la cooperativa Horsal, Alberto Amil. Sobre todo, los agricultores han sufrido mucho por el exceso de lluvia, los temporales de viento de finales de año, y las temperaturas anormalmente altas de buena parte del otoño. La cooperativa cambadesa, de hecho, ha visto como su producción de lechuga se ha desplomado algunas semanas hasta un 45 por ciento sobre lo previsto al inicio de la temporada.

Las heladas de las últimas noches, durante las cuales el mercurio de los termómetros cayó hasta cerca de los cero grados en varios puntos de la comarca, “entran dentro de lo esperado para esta época del año”, apunta Amil, y por el momento no han provocado daños. Pero la lluvia, el viento, y las temperaturas suaves del otoño y las primeras semanas de invierno sí han hecho mella en las cosechas.

“La variedad de lechuga que plantamos para esta campaña quiere frío, y como no lo ha tenido le ha costado coger peso”, advierte el presidente de Horsal. A mayores, la persistente lluvia ha impedido trabajar en muchas fincas e invernaderos, retrasando de este modo las plantaciones. A consecuencia de ello, Horsal se encuentra ahora con que, “hay muy poca lechuga”. “Seguimos atendiendo los pedidos, pero con muchas dificultades”, advierte Alberto Amil.

Horsal está teniendo problemas para servir todos los pedidos de lechuga

Y ni siquiera ahora, que tras varios días de tiempo seco y soleado los ríos han vuelto a su cauce normal, los agricultores han podido recuperar la actividad en la totalidad de sus parcelas. “Muchas fincas siguen encharcadas y es imposible meterse en ellas con el tractor porque te entierras”, indica el presidente de la cooperativa asentada en Cambados.

Hasta un 45% menos

Fernando Veiga, gerente de Horsal, estima que ha habido semanas en que la producción de lechuga se redujo entre un 40 y un 45 por ciento con respecto a lo que estaba previsto cuando se planificó la temporada. “La merma habitual en una plantación de lechuga se sitúa entre el 10 y el 15 por ciento, pero este año ha estado por encima del 25 por ciento”. Esto se debe a la combinación de temperaturas anormalmente altas y la falta de luz solar derivada de un otoño especialmente gris y lluvioso.

A mayores, “ha habido muchas fincas en las que no pudimos trabajar en noviembre y diciembre porque estaban encharcadas”, de ahí que hubiese semanas en las que se plantó apenas el 40 por ciento de la lechuga prevista.

Este retraso, sumado a las mermas debidas a que la planta no logró completar bien su ciclo biológico por las condiciones meteorológicas, han provocado que el volumen de lechuga que llega a la planta de la cooperativa se haya reducido algunas semanas hasta en un 45 por ciento.

Según datos de Fernando Veiga, el exceso de lluvia imposibilitó trabajar durante los últimos meses bajo entre tres y cuatro hectáreas de invernadero, e hipotecó igualmente entre cuatro y cinco hectáreas de tierra al aire libre, lo que frenó los cultivos de berza o grelo.

Un frutal, protegido de las heladas con un plástico, ayer. |   // IÑAKI ABELLA

Un frutal, protegido de las heladas con un plástico, ayer. | // IÑAKI ABELLA / Anxo Martínez

¿Vale la pena el agroseguro?

Los agricultores tienen la posibilidad de asegurar sus cultivos con una póliza que cubra al menos en parte los daños derivados de determinadas incidencias, como los episodios meteorológicos más adversos. Pero el “agroseguro” apenas se contrata en O Salnés.

El presidente de Horsal, Alberto Amil, es consciente de que las coberturas de estas pólizas no se adaptan demasiado bien a las necesidades de los productores de huerta, pero considera que es mejor poco que nada. “Como son pólizas subvencionadas tampoco resultan especialmente caras, y en años catastróficos como este año nos pueden ayudar”.

La penetración del seguro agrario es mucho mayor en las comarcas ganaderas. De hecho, la práctica totalidad de las indemnizaciones por daños que se abonaron el pasado año fueron por la muerte de ganado.

En el caso de los agricultores, muchos eluden asegurar sus cosechas porque las pólizas no cubren los daños por plagas o enfermedades. Respecto a los desperfectos por viento en los invernaderos, para poder cobrar una indemnización tienen que producirse destrozos también en la estructura metálica, algo poco frecuente.

Sin embargo, en el conjunto de Galicia sí está aumentando la contratación del “agroseguro”. En 2020, se formalizaron 45.600 pólizas (un 11 por ciento del total de España), y se aseguró un capital de 816 millones de euros (el 5,3 por ciento del total español).

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Infinidad de campos amanecieron ayer completamente helados. Según Meteogalicia, la temperatura más baja de la comarca se registró durante la madrugada del martes en la estación de Barrantes, donde el termómetro cayó hasta 1,13 grados bajo cero. Fue la noche más fría en lo que va de año en esta localidad. También hizo mucho frío en el interior de la comarca. Así, en Tremoedo, la temperatura mínima fue de 0,98 grados, mientras que en Torrequintáns (Meis), aún fue más baja, de 0,28. La mínima en Armenteira cayó hasta 0,64, y en Caldas también bajaron de un grado centígrado durante la pasada madrugada, situándose en un mínimo de 0,73.

En Simes, el termómetro de Meteogalicia marcó una mínima de 1,21 grados, mientras que en A Lanzada, Pé Redondo (Meis) y Corón, se registraron poco más de dos grados centígrados. La temperatura más suave fue la notificada por la estación de O Castrove, de 4,66. Además, ayer hubo más de once horas de frío, que son aquellas en las que la temperatura es igual o inferior a los siete grados. De todos modos, en algunas estaciones aún refrescó más otras noches de enero. En Simes y Armenteira, de hecho, ya estuvieron en otras ocasiones bajo cero.

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