A Baldosa se queda sin vermú

Una avería dejó sin luz a 300 usuarios del centro, entre ellos los locales hosteleros de esta céntrica calle | La comisaría, también sin suministro eléctrico

Ayer a mediodía tocó fregar la loza a mano sin lavavajillas.

Ayer a mediodía tocó fregar la loza a mano sin lavavajillas. / Iñaki Abella

María López

María López

Una avería en la red eléctrica de baja tensión dejó ayer sin luz a unas trescientas viviendas y negocios del centro de Vilagarcía. Ocurrió a hora punta para la hostelería, entre las once y las doce y media del mediodía, cuando todavía se sirven cafés, empieza la sesión vermú y los locales de comidas inician los trabajos de preparación de los menús.

Además de la hostelería, también hubo problemas en la comisaría de Policía Nacional, pues durante hora y media no se pudieron presentar denuncias ni tampoco realizar otros trámites ordinarios.

Según fuentes de Unión Fenosa Distribución, el aviso se produjo a las 11.09 horas y todos los abonados pudieron recuperar el suministro 94 minutos más tarde.

Ayer a mediodía tocó fregar la loza a mano sin lavavajillas. |   // IÑAKI ABELLA

El propietario del Stocolmo, alumbrando con el móvil en el almacén. / Iñaki Abella

Desde un local hostelero de A Baldosa comentan que el apagón “nos afectó bastante porque coincidió en la hora de los cafés, el vermú y la preparación de las comidas”. “Ahora tenemos todo atrasado”, comentaba ayer a mediodía una vez que volvió la luz. “Afortunadamente esto no es habitual”, agrega.

En su caso tiene cocina de gas pero se quedó sin servicio en los hornos, cafeteras, neveras, ... “Directamente no servimos porque la gente al ver todo apagado ya no entraba. Se puede decir que durante el tiempo que estuvimos sin luz el servicio fue totalmente nulo”, concluye el hostelero.

Así, a las doce del mediodía la calle de A Baldosa estaba completamente desierta. Los clientes que estaban en los establecimientos cuando se cortó el suministro eléctrico pudieron terminar sus cafés pero los siguientes ya no tuvieron la misma suerte.

Suscríbete para seguir leyendo