Mirador de Lobeira

Protección BIC de todo el Románico

Iglesia de San Martiño de Sobrán, en Vilagarcía. / I. ABELLA

Iglesia de San Martiño de Sobrán, en Vilagarcía. / I. ABELLA / A. G.

Antonio Touriño

Antonio Touriño

La propuesta de declaración BIC para el conjunto arquitectónico de San Martiño de Sobrán merece la mayor de las consideraciones en tanto que servirá para preservar un patrimonio demasiado exclusivo para que no tenga esa protección y esta se exprese en los papeles. Un Bien de Interés Cultural es sobre todo una figura jurídica cuya función más relevante es guardar algo singular y de enorme valor, condiciones que reúnen algunos sublimes estilos arquitectónicos, caso del Románico.

Y San Martiño de Sobrán es una de esas piezas especiales que por sí mismas ya deberían estar catalogadas desde hace muchos años, por lo menos tantos como Vista Real en Vilagarcía, otro de los conjuntos claves en la génesis de la ciudad o el igual de espectacular monasterio de Armenteira.

Aunque nunca es tarde si la dicha es buena, la propuesta surgida a raíz de la investigación sobre la posibilidad de que Cristóbal Colón tenga ascendencia gallega o sea familiar del noble arousano Xoán Mariño de Lobeira parece que ha tocado la fibra de algunas instituciones.

Y es que la iglesia, ejemplo del Románico marinero, con mezcla de otros estilos posteriores, acusa cierto desgaste de materiales, y eso que no hace tantos años que se han hecho obras de restauración, incluida la reparación de su tejado.

Pero bastó con la apertura del sepulcro de Xoán Mariño para comprobar que las filtraciones pueden suponer una amenaza para un conjunto histórico que, haciendo honor a la verdad, es uno de los menos promocionados de la comarca, por mucho que se presuma.

Ojalá aceleren esta declaración y se ponga en valor este conjunto que merece una mayor atención por parte de las autoridades, en especial de Patrimonio Histórico que ya está tardando en incluir el monumento en su extenso catálogo.

Pero también debería ser igual de consecuente con todos los demás monumentos históricos, háblese por ejemplo de la Capela de San Benito o Santa María de Nogueira en Mosteiro o las numerosas iglesias románicas de Meis que formaron parte de la circunscripción de Armenteira.

En suma, es el momento en que Patrimonio debería renovar su relación aprovechando que se le planteará la declaración BIC para San Martiño de Sobrán.

Proteger todo el Románico existente debería ser la principal premisa para que estas joyas lleguen como legado a las nuevas generaciones; de ahí que el planteamiento racional sea la declaración BIC para el conjunto de edificios de este estilo arquitectónico único, en tanto que así se les dará el valor que se merecen, sin que se escatimen inversiones.

El expediente debería formalizarse de inmediato, simplemente para salvaguardar un tesoro del Arte en la medida de las posibilidades que todavía existen, para salvaguardar estos bienes clásicos de daños que después pueden resultar irreversibles.

Actúen a tiempo para que esas filtraciones en Sobran no vayan a más, para que el tejado no se hunda o simplemente para evitar que una chispa se lleve su magnífico retablo. En París se echaron las manos a la cabeza cuando ardió Notre Dame.

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