Una carretera sin peajes ni señales ya es posible gracias al invento de un vilagarciano

Juan de Rada ha desarrollado una patente, elegida entre los 10 mejores de España en 2022,que pretende marcar un antes y un después en la conducción

Juan de Rada está recibiendo el reconocimiento nacional a su trabajo de investigación y desarrollo.  | // I.A.

Juan de Rada está recibiendo el reconocimiento nacional a su trabajo de investigación y desarrollo. | // I.A. / Diego Doval

El Club de Inventores Españoles hizo público hace escasas semanas el listado de los diez mejores inventos de 2022. Un armario para reciclar plásticos, un gadget para el baño, un sistema para reciclar purines, un mueble para portátiles y un brazalete salvavidas con GPS son algunos de los inventos destacados entre los que también está el desarrollado por el vilagarciano Juan de Rada.

El capitán de barco ya retirado ha patentado un dispositivo de pago de peaje remoto por detección automática codificada que, además, controla una serie de parámetros del vehículo, como la dirección o la velocidad a la que viaja. Se trata de una herramienta electrónica que actúa mediante una estación móvil situada en el interior del coche que se comunica con una estación base y controla la entrada, recorrido y salida del vehículo de la autopista para hacer el pago de manera automática o diferida sin necesidad de detener el vehículo en el punto de peaje.

La patente busca terminar con infraestructuras evitables.  | // R. VÁZQUEZ

La patente busca terminar con infraestructuras evitables. | // R. VÁZQUEZ / Diego Doval

Nacido en Vilanoviña (Meis) su inquietud por la tecnología le llevó a formarse en la rama de Técnico Industrial Minero cuando ya estaba emigrado en Venezuela. Luego, los avatares de la vida le llevaron a tomar la decisión de volver a su país. Era 1985 y en su vuelta decidió estudiar Náutica. Una inquietud que le llevó a encontrar en el mar su norte. Se convirtió en capitán de barco y el mundo pasó a ser su casa. “Viví en muchos países, conocí todo el mundo y fue un aprendizaje continuo”, apunta el propio Juan de Rada quien siempre vio en el sistema de navegación marítimo una clara transferencia hacia el suelo firme, cambiando las olas por la capa de rodadura, pero con la esencia compartida.

Afincado en Carril, Juan de Rada ha vivido en muchos países.

Afincado en Carril, Juan de Rada ha vivido en muchos países. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

En 2007 la construcción en Vigo del Samurai One se convirtió en un antes y un después en su vocación de inventor. Se trataba de un yate de lujo, el tercero más grande construido en España y que en su día costó 15 millones de euros. Juan de Rada fue uno de los encargados de supervisar todo lo relativo a la tecnología de un barco de súper lujo de 43 metros de eslora, 8,60 metros de manga y una superficie de 1.200 metros cuadrados útiles, fabricado por el astillero MCíes.

“Estudiando los manuales de aquel barco, y con toda mi experiencia navegando, me di cuenta que una idea de futuro pasaba por circular por tierra como se hizo siempre por mar y por aire donde no hay posibilidad de colocar señales físicas. Me interesé por crear un sistema para vehículos y con una idea futurista”, explica el inventor.

La batalla a los peajes, a los arcos electrónicos y a las señales que invaden el paisaje, se convirtió en una estratégica planificada con el avance tecnológico como aliado indisoluble en la inquietud.

Terminar con las infraestructuras de las carreteras supondría un antes y un después.

Terminar con las infraestructuras de las carreteras supondría un antes y un después. / MARTA G. BREA

Ya solo quedaba darle forma y ponerse a desarrollar un software que pudiese convertir en códigos toda la información necesaria para circular por la carretera igual que los barcos o los aviones, sin señales físicas o peajes evitables. Toda una revolución que, tras el espaldarazo del Club de Inventores Españoles, ahora espera el apoyo inversor necesario.

Beneficios en lo ecológico y en lo económico

Entre los principales beneficios que Juan de Rada y el Club de Inventores está tanto el ecológico como el económico. Explica el creador del sistema que “terminar con todas las infraestructuras de peaje o las señales tendría una repercusión directa en el precio de las autopistas. Ecológicamente se quitarían las estructuras obsoletas que afean el paisaje y el medio ambiente”.

De Rada necesita una inversión que haga posible lo avalado como una de las mejores diez patentes del pasado año en toda España.

De Rada necesita una inversión que haga posible lo avalado como una de las mejores diez patentes del pasado año en toda España. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

Una visión desarrollada hasta la categoría de invento y a la espera de ser una utilidad real, pero que desde 2019 le ha empleado la mayor parte del tiempo al vilagarciano afincado en Carril. El mismo que tras participar en la última travesía trasatlántica entre Puerto Rico y Alicante recibió un aviso de un corazón cansado para dejar al cerebro más tiempo para el desarrollo de ideas que puedan mejorar la calidad de vida. Un invento en el que Juan de Rada se ha implicado al cien por cien y que ha superado la fase internacional de protección de modelo utilidad, o lo que es lo mismo, la aprobación de una patente que se hizo efectiva en Barcelona con un desarrollo ya definitivo.

Las dificultades estuvieron cerca de hacerle tirar la toalla

Una de las mayores dificultades encontradas en el proceso era como seleccionar la información que debería llegar a cada vehículo y la actuación correspondiente a la información encriptada en ese código. Explica Juan de Rada que “para ello diseñé un codificador dinámico de ángulos horizontales. Un sistema de realización comprensible para cada dispositivo con colores. Eso instalado en el coche siempre te va a marcar el rumbo. Colocas un lector láser que convierte la señal del color en un código que cuando tu sales en una dirección que se corresponde con el software te indica que es correcto. Si es al revés genera un código diferente que al entrar en el sintonizador esa señal errónea marca un error”.

Incluso en caso de llevar una dirección que implique cualquier riesgo, apunta el inventor que “salta una alarma y te limita la velocidad a través de un temporizador de tiempo. Y si se insiste en la dirección equivocada el sensor detiene el vehículo y avisa a la policía. Eso se aplica también a la limitación de velocidad. El codificador dinámico de ángulos horizontales identifica los sentidos y avisa sobre la dirección correcta”.

Un trabajo muy sesudo que incluso llevó al límite de sus capacidades al propio Juan de Rada quien reconoce que “costó mucho, incluso hubo un momento que estuve a punto de tirar la toalla porque fue difícil hacer entender lo que pretendía. Lo intenté patentar primero en A Coruña y no puso ser, pero en Barcelona encontré todo el apoyo y el Club de Inventores de allí me está apoyando muchísimo”. El espaldarazo de ser elegido como uno de los 10 mejores inventos de 2022 solo espera ahora ser correspondido con el reflejo en las carreteras.

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