TRIBUNA LIBRE

Mi perro Toy, víctima de una injusticia

Un vecino de Vilagarcía denuncia que su mascota perdió un ojo tras ser atacado por un can de gran tamaño sin que la dueña se hiciese responsable

Imagen de archivo de un Yorkshire Terrier.

Imagen de archivo de un Yorkshire Terrier. / Sergejs Rahunoks

Ángel Ansede Niebla*

Me llamo Ángel Ansede Niebla, vivo en la calle Fariña Ferreño de Vilagarcía. El día 10 de septiembre del año 2022 caminaba por esta calle con mi perro, de raza Yorksire y unos cuatro kilos de peso, cuando en un punto situado entre los números 2 y 4 escuché unos ruidos.

Al mirar hacia atrás vi a una mujer que intentaba agarrar a su perro, de color negro, sin bozal y unos 20 kilos de peso aproximadamente que mostraba una actitud inquieta y se abalanzó sobre el mío. Su dueña no hizo el menor ademán para tratar de evitarlo y la consecuencia es que le arrancó un ojo. Me agaché para socorrerlo, mientras varios transeúntes observaron cómo la mujer se marchaba del lugar inmediatamente.

Acudí al centro veterinario Os Duráns, y el parte redactado en este lugar, el día 20, indica que “mostraba herida por mordedura en cabeza y prolapso en ojo derecho. Ante la gravedad de la situación, fue intervenido quirúrgicamente en nuestra clínica, realizándole la enucleación completa de dicho ojo. Mantuvimos con antibiótico y analgesia durante una semana y hoy procedimos a la retirada de puntos”. Tuve que pagar 228 euros.

El día 20 presenté una denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional, donde expuse lo ocurrido y entregué el informe de la clínica, que fueron incorporados al atestado número 3.695/22.

Recibí muchas muestras de cariño y solidaridad de los dueños de otros perros y logré identificar a la propietaria del que agredió al mío, pero el Juzgado número 1, que abrió diligencias previas por un delito que calificó de “leve sin especificar”, acordó “el sobreseimiento provisional y archivo de las mismas, sin perjuicio de las acciones civiles que, en su caso, pudieran corresponder al perjudicado”.

Nada entiendo de leyes, por lo que no cuestiono la decisión judicial, pero considero que mis derechos fueron atropellados y soy víctima de una injusticia. Por esta razón quiero hacer público este caso y también para advertir a quienes pasean con sus perros por Vilagarcía de que podrían verse en mi situación.

No tengo la menor duda de la comprensión por parte de cualquiera de los miles de vecinos que tienen un perro, con los que mantienen una relación afectiva muy intensa porque lo dan todo a cambio de muy poco, son fieles y cariñosos, nos motivan para que salgamos a caminar y se convierten en el mejor recurso para establecer unas relaciones muy sanas con otros propietarios.

Estoy jubilado y Toy es parte de mi vida desde hace ocho años, por lo que ya pueden imaginar lo mal que lo pasé en los primeros momentos, cuando vi que tenía un ojo colgando. Afortunadamente logramos salvarlo, pero la pérdida de visión provoca que se desoriente en algunas ocasiones.

Hago público este suceso también con la finalidad de que si alguien puede indicarme el camino a seguir para reclamar mis derechos lo haga, y quiero dejar claro que no es el dinero gastado lo que me importa. Lo que me gustaría es que sucesos como el que les relaté no se repitan y se castiguen comportamientos que no deberían tener cabida en esta sociedad. Gracias a todos.

*Vecino de Vilagarcía