Buscan responsables por el brutal descenso de la salinidad

La Plataforma en Defensa de Ría pide indemnizaciones

Parquistas de Carril en plena actividad. |   //  IÑAKI ABELLA

Parquistas de Carril en plena actividad. | // IÑAKI ABELLA / Manuel Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Los parquistas de Carril llevan semanas quejándose del descenso de salinidad derivado de las intensas precipitaciones. Lamentos que se hacen extensivos a los bancos de libre marisqueo de Os Lombos do Ulla, si bien es cierto que en este caso en menor medida, ya que esa zona es un absoluto desastre desde hace años, tanto si llueve como si no.

Ahora se suma a las críticas la Plataforma en Defensa da Ría (PDRA), donde saben de los enormes perjuicios económicos causados por el aumento del agua dulce.

Unos y otros cargan con dureza contra los gestores de los embalses situados en el Ulla, a los que responsabilizan de una mortandad notable de almeja y berberecho por abrir las compuertas para vaciar parcialmente las saturadas presas en momentos de marea llena.

Razón por la cual se acumula el agua dulce sobre los bancos marisqueros de la desembocadura.

Las reclamaciones

De ahí que la PDRA insista en pedir a Augas de Galicia que controle y sancione a las empresas concesionarias, reclamando también, a la Consellería do Mar, que indemnice a las cofradías y agrupaciones de marisqueo afectadas.

“La salinidad en la ría suele estar ente 25 y 30 gramos por litro, pero en los últimos días ha estado por debajo de 1, según hemos podido comprobar en la boya oceanográfica de Meteogalicia situada en Cortegada”, apuntan los parquistas de Carril.

“Por debajo de 10 gramos la almeja babosa está finiquitada, y aunque la japónica aguanta un poco más, tampoco sobrevive mucho tiempo en esas condiciones”, añaden los mariscadores.

Mareas vivas

Algunos insisten en que “podrían vaciarse los embalses la semana pasada, con las mareas vivas y el mar en calma; pero al hacerlo con viento del sur las corrientes lo revuelven todo y el agua dulce se queda en las capas inferiores, por lo que acaba matando el marisco”.

Un daño al que se añade la acción de las escorrentías, que junto al agua dulce arrastran hasta los bancos marisqueros todo tipo de restos, sobre todo tierra y barro procedentes de los montes quemados el pasado verano.

Situaciones peligrosas para el marisqueo de las que, como se decía al principio, se hace eco la PDRA, donde alertan de que “las fuertes lluvias de los últimos días coincidieron con la apertura de embalses en las cuencas hidrográficas de los ríos Ulla y Umia, provocando la fuerte bajada de la salinidad en la columna de agua hasta varios metros de profundidad”.

Acumulación de sedimentos

Y no solo eso, sino que “también se vaciaron sedimentos de los embalses, provocando su deposición en los bancos marisqueros”.

De ahí que unos y otros dirijan sus críticas a Augas de Galicia, ya que, como ente público encargado de velar por el buen funcionamiento de las presas, “tiene la responsabilidad de obligar a las empresas concesionarias a regular su vaciado mediante un protocolo preciso, para que no coincida esa operación con las mareas bajas y los momentos de intensas lluvias”.

Esto es posible, garantiza la PDRA, porque “en la actualidad existe una previsión meteorológica bastante precisa, y por tanto no puede atribuirse la apertura de los embalses a una falta de conocimiento, sino más bien al abandono por parte de la Administración de la obligación de regular, vigilar y sancionar a las empresas cuando el exceso de agua dulce impacta en los cultivos marisqueros de la ría”.

“Importante mortandad”

En este caso concreto, la PDRA pronostica “una importante mortandad de bivalvos en Arousa”, recordando que es una ría “ya castigada por una recurrente bajada de producción desde hace doce años”.

Circunstancia que achaca al “abandono de sus funciones por parte de la Consellería do Mar” y que también tiene mucho que ver con el estrepitoso fracaso del libre marisqueo que gestionan directamente las cofradías que aún sostienen a la asociación Rañeiros da Ría.

Las conclusiones

En resumen, que “el descenso de la salinidad provocada por lluvias intensas en las inmediaciones de la desembocadura del Ulla” provoca la mortandad de almeja y berberecho; y el impacto de los embalses, tanto por contribuir a ese descenso de salinidad como a la acumulación de sedimentos sobre los bancos marisqueros, “está documentado”.

Así lo resalta la PDRA cuando dice que “el estrés producido por la baja salinidad incrementa el riesgo de depredación dos bivalvos” y que muchos de los bivalvos que evitan la muerte “ven reducido su crecimiento aunque se recupere la salinidad”.

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