"Mulleres do Mar" se presenta en la plaza de abastos de Vilagarcía

La concejala de Muller en Vilagarcía, Tania García, y la edil de Promoción Económica, Alba Briones, se reunieron ayer en Ravella con representantes de las asociaciones Mulleres Salgadas y Amigas da Terra para conocer el proyecto “Mulleres do Mar” desarrollado entre Galicia y Nicaragua para dar visibilidad y poner en valor a las mujeres de ambas zonas que se dedican al sector pesquero y marisquero. La iniciativa se expondrá el próximo martes 23 de enero en la plaza de abastos vilagarciana.

Una rañeira de A Illa y una bateeira de O Grove

La segunda parte del proyecto consiste en una publicación a modo de calendario en el que se dan a conocer a varias mujeres arousanas y nicaragüenses que trabajan en la pesca, el marisqueo y la acuicultura. Son Rocío Patón Rial, rañeira de A Illa; Alicia Rey Conde, patrona de un barco bateeiro de O Grove; Angy Daniela Flores Manzanares, productora de pargo en jaulas flotantes en Nicaragua; y Geralyn Pastora Benavides, acopiadora de pescado en el país centroamericano.

Además de una reseña sobre cada una de ellas y de hacerse eco de las principales problemáticas del sector del mar, la publicación que se repartirá en el mercado de Vilagarcía también incluye un almanaque de las especies de pescados y mariscos de temporada que se venden en la plaza para promover su consumo.

En lo que respecta al proyecto “Mulleres do Mar” en sí, fue llevado a cabo por Amigas da Terra en 2021 con financiación del Fondo Galego de Cooperación. Nació con el propósito de contribuir a la innovación, al desarrollo y a la sostenibilidad social y ambiental del sector pesquero en la Reserva Natural Padre Ramos y Aserradores, emplazada en el departamento de Chinandega. Contó con la colaboración de la Fundación Lider y de la Universidad Autónoma de Nicaragua.

Pargo en jaulas pero en su medio natural

El proyecto explica el trabajo de nueve cooperativas de pescadores dedicados al cultivo de pargo lunarejo (lutjanus guttatus) en jaulas flotantes. La idea era mejorar el sistema de producción acuícola de forma sostenible e implicar al mayor número de mujeres posible para que tuviesen un papel relevante en el proceso.

Las cooperativas crían el pargo en cautividad pero en su medio natural, ya que las jaulas se ubican en las zonas del estuario donde el pez llega normalmente para desovar. Para acelerar el engorde y mejorar la producción, se elaboraron dietas de alto contenido proteico para cada una de las etapas de crecimiento.

Durante el programa se entregaron equipos y se impartió formación para vigilar la calidad de las aguas en el estuario. Las mujeres fueron las protagonistas asumiendo estas tareas de control, mejorando así su posición en las cooperativas.

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