Muere a los 73 años Ovidio Sanmartín, director de la Danza de Arcos de Cobas

Marcó los pasos de la agrupación los últimos 35 años / Será enterrado a las 17.00 horas en Vilariño

Ovidio Sanmartín en una de sus últimas actuaciones.   | // FARO

Ovidio Sanmartín en una de sus últimas actuaciones. | // FARO / TINO HERMIDA

Tino Hermida

Con gran pena se recibió ayer en la localidad meañesa de Cobas -y en Vilariño por extensión- el fallecimiento de Ovidio Sanmartín, director de la Danza de Arcos de Cobas, un baile de tradición secular, santo y seña del lugar y que es reconocida por su valor etnográfico y cultural en Galicia. El director, amén de en los ensayos, es la persona encargada de marcar, mientras baila, los puntos y los movimientos de los compañeros danzantes. Para ello, un bastón o cetro, del que se ayuda en la dirección, es el punto de ancla de los arcos cuando estos se engarzan.

Ovidio Sanmartín Arosa ha estado unos 35 años al frente de esa labor, recogiendo el testigo de Antonio Pazos (Tucho), que este a su vez había recibido de José Pazos Naveiro. Ya octogenario, este último, había sido clave en la recuperación, de la esta danza meañesa.

Tradición

Ovidio Sanmartín había nacido en el lugar de Constenla en Cobas hace 73 años. Huérfano muy pequeño de madre, se mantuvo muy ligado a la casa matriz, donde su abuela Peregrina Arosa y las hijas de esta contribuyeron a su cuidado y educación. Afincado luego en Vilariño (Cambados), donde se casó, siguió manteniendo íntegros los lazos con su Cobas natal, más aún dada su integración con la Danza de Arcos que siguió incólume con el tiempo. gracias a su dedicación

El reconocido director fallecía ayer en su casa a causa de una larga enfermedad. A pesar de padecerla, tuvo arrestos para seguir dedicado a la Danza de Arcos, incluso habiendo bailado y dirigido la formación este pasado verano en su Cobas natal y luego, la última vez en el San Roque de Portonovo en agosto.

Ovidio Sanmartín deja tres hijos y seis nietos. Su cadáver está siendo velado en el tanatorio de Cambados y recibirá sepultura en Vilariño esta tarde a las 17.00 horas, momento que contará con una danza homenaje de su compañeros que, ataviados con sus trajes de danzantes, portarán el féretro, en comunión con la familia.

Un hombre afable y cercano

Ovidio Sanmartín, reconocen los allegados, deja la huella de una persona “afable, siempre sonriente y cercano, gran apasionado de la danza, siempre muy unido a su Cobas natal y al lugar de Constenla donde se crió, porque allí todos nos sentíamos muy cercanos”.

Carlos Alfonso Piñeiro, compañero danzante y, como él, uno de los impulsores de recuperar este baile, reconocía que “la marcha de Ovidio deja un vacío muy importante, siendo como era una persona en la que la Danza de Arcos colmaba en todo momento su vida”. “Su ida -agrega- nos alienta aún más a seguir manteniendo la tradición, en honor a él, a Tucho y a José Pazos, que le precedieron en la labor”.

Incoporación de mujeres

La Danza de Arcos de Cobas la componen hoy nueve hombres, bailando por parejas ocho danzantes, más un director al frente. En origen, se trata de un baile ligado al ámbito religioso, que solía bailarse en las procesiones, no en vano, la suya sigue siendo una estampa habitual en la Virgen de A Lanzada, As Cabezas, el San Benito o La Pastora en Cambados o las fiestas de Cobas, entre otros enclaves. Pese a tratarse de ser masculina, al cabo y al dejar de calar en los hombres, acabó siendo bailada también por las mujeres. Este baile se abandonó a mediados de los años 70 para luego recuperarse merced al recuerdo del José Pazos quien, ya octogenario, les enseñó a un grupo de jóvenes que se proponían recuperar esta danza, los pasos y sus giros.

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