Las últimas majorettes

O Grove dispone de un grupo de majorettes cuyos orígenes se remontan a hace cuatro décadas y que forman parte de la asociación cultural Cantodorxo, una entidad fundada hace casi tres que está dirigida por Juan Antonio Aguín Castro.

Para referirse a los comienzos de las majorettes hay que remontarse a los años 1977 y 1978, cuando la religiosa Clara Nevado decidió impulsar la escuela de baile de la que fue profesora.

El papel de sor Clara

Por tanto, fue en la década de los años setenta cuando en el ya cerrado colegio de Nuestra Señora, popularmente conocido como colegio de las monjas, y ahora propiedad del Concello, se fundó una escuela de baile moderno, ballet y majorettes dirigida por sor Clara, ocupándose de la sección de baile tradicional “el profesor Dionisio”, del grupo “Os Alegres de Pontevedra”.

Aquello daría origen, ya en 1994, al nacimiento de la agrupación sociocultural Cantodorxo, que siguió adelante y amplió la escuela de baile, además de seguir con la tradición de las majorettes.

Graciela Prol

Sor Clara Nevado había fallecido unos años antes y las riendas de aquella escuela pasaron a manos de Graciela Prol, que sigue siendo su directora, actúa con el grupo de baile y música tradicional y sigue desfilando y derrochando vitalidad junto a las demás majorettes, tal y como volvió a verse en la pasada Cabalgata de Reyes grovense.

Ella es una de las veteranas, aunque la mayor del grupo es su hermana Mariví, que a sus 53 años no solo es la profesora de pandereta, sino que sigue contribuyendo a mantener con vida a las majorettes de O Grove, entre las que hay jóvenes mecas a partir de 14 años.

Alternativa de ocio

Con sus características faldas, chaquetas, gorros y bastones, la uniformada formación rojiblanca es historia viva de la localidad, contribuyendo al desarrollo cultural de la misma y ofreciendo a las jóvenes una entretenida alternativa de ocio.

La misma opción que se ofrece a hombres y mujeres de todas las edades a través de las diferentes secciones de baile y música de Cantodorxo, ya que no solo las majorettes conforman la estructura de esta entidad que, como tantos otros colectivos socioculturales, ha visto notablemente reducido el número de integrantes a causa de la pandemia.

El problema del COVID

“Con el confinamiento y las restricciones de todo tipo que se han vivido durante la pandemia, muchos jóvenes se acostumbraron a quedarse en casa viendo la tele o jugando con sus teléfonos móviles o tabletas; de ahí, que en las diferentes secciones de Cantodorxo tengamos la mitad de componentes que antes del COVID”, reconoce Juan Antonio Aguín Castro.

Lo cual también se hace notar en el grupo de majorettes, ya que llegaron a ser más de treinta y en la pasada cabalgata únicamente participaron dieciséis.

En cualquier caso, fueron suficientes para dar colorido al desfile, y para seguir peleando por mantener viva esta vieja tradición que se ha convertido en una más de las tarjetas de presentación de este pueblo.

Tradición

“Conservamos el espíritu original vistiendo de rojo y blanco, pero hemos comprado unos trajes originales, con botas de verdad y bastones que antes no teníamos”, declaraba Graciela Prol hace unos años, cuando Cantodorxo puso en marcha un proceso para rehabilitar el grupo y favorecer un relevo generacional que asegurara su permanencia durante los años siguientes.

Se ha conseguido, de tal forma que ya son 45 años de historia. Pero quizás sea el momento de volver a llamar a la participación de las jóvenes grovenses, animándolas a sumarse a este grupo de bailarinas que puede ser uno de los últimos de sus características que siguen activos en España.

Cientos de vecinos

Esa dilata trayectoria hace que por el grupo de majorettes y el conjunto de las secciones de la escuela y la asociación Cantodorxo pasaran cientos de vecinos de varias generaciones.

Tantos que “no hay familia en O Grove que no tuviera alguno de sus miembros en algún momento con nosotros”, en palabras de Juan Antonio Aguín.

El mismo que no hace mucho recordaba que la primera actuación oficial de Cantodorxo tuvo lugar en la Festa do Marisco de 1995 “con siete parejas de baile y grupo de gaitas propio”.

Le seguirían las actuaciones “en casi que todos los eventos que se hacían en el Gran Hotel La Toja” y en cada fiesta desarrollada dentro y fuera de O Grove, ya que Cantodorxo actuó en Madrid en los años 1999 y 2000, durante la Fiesta del Marisco de Alcobendas.

Al igual que lo hizo en el Festival Intercéltico de Avilés, en Piedras Blancas y en ciudades portuguesas como Oporto, Braga, Esposende, Sertá y Barcelinhos.

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