El escándalo sobre las naves de O Ramal cedidas por 30 años a los parquistas de Carril no para de sumar capítulos que en algún momento obligarán a reaccionar a las administraciones implicadas, entre ellas la Autoridad Portuaria, el ente Puertos del Estado o el Ayuntamiento de Vilagarcía.
Es la propia organización empresarial la que pone de relieve el hecho de que tenía garantizada la concesión al menos cinco meses antes de la reunión del Consejo de Administración del Puerto, a finales del pasado mes de noviembre. Así se deduce del pliego de contratación para la reforma de las naves, con fecha de julio de 2022, en el que se indicaba ya el presupuesto de licitación de la obra por importe de 401.532 euros a los que suma otros 84.321 de IVA como ya se informó en el plenario.
Una concesión envenenada
“A Cores Tourís -a la sazón presidente del Puerto de Vilagarcía- se la metieron doblada”, afirmaba ayer un veterano funcionario de la entidad que coincide con la apreciación del exalcalde Javier Gago sobre las anomalías en esta concesión.
Y es que las parcelas sobre las que se sitúan las dos naves del fondo del muelle de O Ramal tenían un destino conforme con el espíritu del convenio suscrito en 1998 por el Ayuntamiento y el Puerto, al contemplar una Estación Marítima, cuyo diseño se encargó al prestigioso arquitecto Manuel Gallego Jorreto y que ahora está abocado al olvido pese al coste que supuso su encargo para la administración.
Javier Gago ha mostrado en las últimas semanas un gran desencanto con la cesión de estas naves a los parquistas carrilexos, una entidad que es absolutamente ajena al Puerto de Vilagarcía y, por tanto, no reúne ninguno de los requisitos del Plan de Usos vigente para un espacio de integración Puerto-Ciudad.
Inicio de las obras
Mientras tanto, los parquistas (no la Cofradía de Pescadores como ayer se indicó por error) ya han activado la orden de inicio de las obras en las dos naves abandonadas por Carrasco y Prego en O Ramal hace unos años, como demuestra el hecho de que las cuatro puertas de las instalaciones se encontraban ayer abiertas o habían sido retiradas.
Un comienzo de obras que requeriría en principio que la organización empresarial contase con la licencia municipal correspondiente y que, por tanto, debería haber sido tratada por la junta de gobierno, acta que a su vez debería haber llegado a todo los grupos de la oposición, según explican fuentes consultadas.
Y es que la organización quiere contar con dichas naves en un plazo récord. En el expediente de contratación exponen que la idea es la de concluir las obras en el interior de los dos locales en un plazo máximo de dos meses.
Bien es cierto que también pretenderían haberlas inaugurado el día 29 del pasado mes de diciembre, en tanto que el grueso de la inversión procedería de los fondos Next Generation de la Unión Europea, muy estricta en cuestión de plazos.
Financiación europea
Precisamente ahí, es decir en la financiación, estaría una de las claves de la organización empresarial para acelerar tanto el proceso de contratación de la obra, actuación que se llevó a cabo en pleno verano, si bien se retrasó hasta octubre el anuncio en el Boletín Oficial del Estado sobre la solicitud de cesión de las citadas naves.
Cabe subrayar asimismo que durante ese semestre la obra pasó prácticamente desapercibida pues incluso se descartó la publicación en el Diario Oficial de Galicia o en los medios de comunicación, y se optó por la Plataforma de Contratación de la Xunta para requerir presupuestos a tres empresas, dos de las cuales declinaron participar en el concurso. Finalmente fue la empresa Prace la que consiguió el contrato de obra.
Un trabajo bastante complejo pues el vaciado requiere condiciones especiales debido a la uralita que cubre los tejados y a mayores la presencia de enormes ratas en un local que sirvió como almacén de cereal y lleva años dejado a su suerte.
Abandono de las instalaciones
Un abandono que solo tiene como explicación la inacción de las administraciones a la hora de desarrollar el primer convenio entre el Ayuntamiento y el Puerto para integrar el muelle de O Ramal en la ciudad, de tal forma que toda la actividad empresarial o industrial se desplazaría a la zona Oeste, más allá de Ferrazo en dirección a Vilaxoán.
La única premisa que se establecía en el convenio consistía en dar prioridad de uso al Puerto de Vilagarcía en el caso de que en algún momento precisara esas zonas de atraque para su actividad ordinaria. Lo cierto es que todo el trajín portuario ya se desarrolla con normalidad en esas otras zonas, y que desde la guerra de Ucrania tampoco se precisaría un lugar para descargar cereales.
Un muro opacará 30 años las espectaculares vistas
La concesión de las dos naves del fondo de O Ramal a los parquistas condena al ostracismo el ambicioso proyecto de abrir Vilagarcía al mar pues se convierte durante 30 años en un muro insalvable. Gallego Jorreto ideó para este espacio un edificio integrado en el paisaje con una terraza impresionante abierta a los vecinos de la ciudad desde la que se podría contemplar toda la bahía arousana en el horizonte y la isla de Cortegada a un palmo. En su diseño contemplaba no solo un centro de talasoterapia sino también otras instalaciones como un hotel y una pequeña área comercial, destinada a iniciativas de empresarios de la localidad. El proyecto distribuía la zona en varias alturas y destinaba una gran parte de la parcela a la construcción de un parque. Años después, el actual Gobierno de Vilagarcía firmó un nuevo convenio con el Puerto que cede el uso de 11.500 metros cuadrados de superficie del muelle y se reserva espacio para una pequeña estación marítima de recepción de cruceros. Un convenio que tampoco hablaba en su momento de las dos polémicas naves que se cedieron a los parquistas para clasificación y almacenamiento de bivalvos, actividad que debería realizarse en instalaciones de la lonja de Carril o aledañas. Cabe recordar que el Muelle de O Ramal ha quedado separado de los demás pantalanes comerciales por una zona integrada ya en la ciudad y de un uso totalmente distinto al comercial portuario.