La Royal Navy rinde honores a 14 ingleses enterrados en Rubiáns en la Primera Guerra Mundial
El cementerio inglés fue abierto con ocasión de la escala del ‘R.F.A. Argus’ en el puerto de Vigo | El capitán Stephen McGlory agradeció la colaboración del Concello de Vilagarcía
R.A.
La Royal Navy celebró ayer un improvisado homenaje ante las 14 tumbas del cementerio inglés de Rubiáns en Vilagarcía aprovechando la estancia del buque R.F.A. Argus que hizo escala en el puerto de Vigo, del que parte hoy mismo.
El capitán Stephen McGlory hizo las veces de anfitrión en una ceremonia en la que estuvo presente la cónsul británica honoraria María García de la Concha Álvarez y el alcalde de la ciudad Alberto Varela a quien, en señal de gratitud y correspondencia, le cedieron el honor de depositar una de las coronas florales tras la ceremonia religiosa en la que se rindió homenaje a los ingleses que descansan en el cementerio vilagarciano.
En total son 14 marinos de distinta graduación, todos ellos fallecidos en batallas navales durante la Primera Guerra Mundial, si bien no todos ellos están identificados, pues sus lápidas muestran el desgaste del paso de los años borrando sus nombres.
Con todo, McGlory hizo hincapié en el enorme agradecimiento de la Armada inglesa a los vilagarcianos que en 1917 participaron en el rescate de los supervivientes de uno de los barcos de la Armada inglesa que fue torpeado en 1917, en plena 1ª Guerra Mundial por un submarino y en el que viajaban 40 personas, “aunque solo sobrevivieron cuatro, entre ellos el guarnicionero Albert Brand que finalmente terminó muriendo el 22 de abril de 1917”.
Esta y otras historias intentan rescatar los integrantes de la “Comisión para las tumbas de la Mancomunidad Británica”, un proceso que llevará su tiempo y que parte será estudiada en Vilagarcía cuando se consiga descifrar el nombre que figura en todas las lápidas pues de momento solo se conocen las de Albert Brand, Richard Bertham Graham Wader, Harol Mounce, Clifford Seely Slade, del teniente Vereker y del teniente ingeniero George Robertson Osborne.
La ceremonia religiosa que se llevó a cabo a mediodía de ayer fue muy emotiva y consistió en dos plegarias por “los que han muerto por su patria en la guerra” y “han vivido y muerto al servicio de la humanidad”, a los que “todos recordaremos”.
Luego en posición se tocó diana y tras dos minutos de silencio se rezó un padrenuestro y leyó el epitafio conmemorativo de Kohima, de la Segunda Guerra Mundial.
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