Regresan las batidas de jabalí a los montes de O Salnés

El “porco bravo” visita espacios en los que antes era difícil encontrarlo

Un cazador recorre un camino forestal de Meaño, acompañado por su perro. |   // NOÉ PARGA

Un cazador recorre un camino forestal de Meaño, acompañado por su perro. | // NOÉ PARGA / Anxo Martínez

Todavía queda un mes de temporada de caza menor, pero algunas sociedades barajan cerrarla ya después del puente festivo de esta semana. Otras, limitarán las jornadas con escopeta a los domingos. Tal y como ya esperaban los aficionados a principios de otoño, la campaña de conejo ha sido discreta, cuando no abiertamente mala.

En cambio, el jabalí prolifera cada vez más, y ya se deja ver en lugares antes insospechados. En algunos cotos han retomado las batidas de caza mayor en este mes de diciembre, tras suspenderlas a mediados de octubre para que no coincidiesen en el monte los cazadores de conejo o de pluma con los del jabalí. Es el caso de la sociedad Rías Baixas, cuyo Tecor se extiende por Cambados y Vilanova.

“El jabalí está creciendo, pero entra cada vez más en lugares en los que los cazadores no podemos entrar, porque son lugares poblados o vedados”, explica Martín Vilas, presidente de Rías Baixas.

Manuel Martínez, presidente de la sociedad cinegética de Portas y de la Mesa Galega pola Caza, advierte de otro problema que dificulta el éxito de las partidas. “Cada vez cuesta más juntar gente para las batidas, algunas veces incluso resulta difícil disponer de las ocho personas que hacen falta como mínimo”. Precisamente, esta es la razón por la que en Rías Baixas han optado por un cambio de estrategia.

“Nosotros ahora hacemos menos batidas, pero las hacemos mejor, con más gente”, explica Martín Vilas. A más efectivos, es más fácil controlar una superficie más amplia de terreno y cortar de este modo la huida de los animales localizados y levantados.

En Rías Baixas aparcaron las batidas de jabalí a mediados de octubre, cuando comenzó la temporada de caza menor, y ahora las retoman. La previsión es salir dos sábados durante este mes, y hacer alguna más desde Reyes hasta el mes de febrero.

Sin embargo, los aficionados advierten de que la actividad cinegética podría no ser suficiente para contener las poblaciones de jabalí. “Es difícil que la actividad cinegética pueda sea capaz de compensar la reproducción exponencial del jabalí, porque es un animal que no tiene predadores naturales”, argumenta Manuel Martínez. Tanto es así que, en opinión del presidente de la Mesa Galega pola Caza, “después de la caza, el mayor predador que tiene el jabalí son los coches”.

Martínez pone así el acento en el elevado número de porcos bravos que mueren en las carreteras, arrollados por vehículos. En muchos casos, los animales irrumpen en la calzada y provocan un accidente durante la noche, cuando se desplazan de un lugar a otro en busca de alimento; pero también con frecuencia entran en las carreteras cuando hay batidas contra ellos, y salen huyendo, con los perros pisándoles los talones.

Por ello, los días de caza hay un mayor riesgo para los conductores que circulan por zonas próximas a donde se está desplegando la partida, de ahí que algunas sociedades señalicen la actividad en la propia carretera con la imagen de un jabalí, advirtiendo así a los usuarios de la posibilidad de que en cualquier momento puedan toparse con un animal en la vía.

Aves migratorias

Martín Vilas explica que la temporada del conejo en su coto, “no fue buena”, y que solo se hicieron unas capturas aceptables los primeros días. “Ya sabemos que la caza del conejo va a menos”, afirma. De hecho, se barajó cerrarla antes de enero, pero finalmente se rehusó la idea, porque eso penalizaría a aquellos socios que prefieren la caza de pluma. Algunos de ellos, de hecho, esperan con ilusión la llegada a los humedales del Umia de las especies migratorias, como la arcea o la becacina. “Si cerramos la campaña porque no hay conejo estamos perjudicando a estos otros aficionados”, justificó Martín Vilas.

Manuel Martínez también constata un creciente trasvase de cazadores del conejo a las aves. “En todas las sociedades va a más el número de aficionados que se pasan a la arcea o la becada”.

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La Mesa Galega pola Caza colabora en una investigación de las universidades de Córdoba y Santiago para conocer las causas del declive de las poblaciones de conejo en Galicia. Hace unos meses se conocieron los primeros resultados, que apuntan a una débil inmunidad de la fauna a las enfermedades. Esto pone en tela de juicio las vacunas que reciben en las granjas cunícolas, puesto que o bien no se están administrando bien o las defensas que proporcionan son inapreciables.

Manuel Martínez explica que ya han remitido las conclusiones de los investigadores a la Consellería de Medio Ambiente y a las jefaturas territoriales, y confían en disponer durante el primer trimestre de 2023 de los datos relativos a la enfermedad hemorrágica-vírica, que se enviaron a un laboratorio de Italia. La Mesa logró concluir este otoño la campaña de recogida de muestras de conejos para la investigación.

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