La solidaridad es una virtud que conviene conocer desde edades muy tempranas. Se trata de la explicación necesaria para entender que el egoísmo no es un buen compañero de viaje a lo largo de ninguna vida. En ello se han afanado desde la organización de la Copa Ribadumia-Clae Viajes para lograr que el evento sea mucho más que un torneo de fútbol.
En 2019 se celebró la primera edición de esta cita futbolística internacional para equipos de categorías benjamín e infantil. Fue ya en ese primer año cuando se llevó a cabo la iniciativa “Mis botas dan vida”. Francisco Ozores, director del torneo, apuntó que “queríamos que el evento proporcionase experiencias y aprendizajes. Que se puede ganar de muchas maneras además de en un terreno de juego y desde el principio creímos que la solidaridad era la mejor manera de ayudar y de aprender al mismo tiempo”.
Hace ahora poco más de tres años fueron 300 los pares de botas usadas que se apilaron en A Senra para enviar con destino a Guinea Ecuatorial. “La implicación de todos los equipos estuvo muy bien desde el primer día. Les explicamos perfectamente cual era el objetivo que pretendíamos y, además de las botas, también conseguimos más material deportivo que enviamos”, recuerda el director del torneo.
Cabe reseñar que son cerca de 1.300 los jugadores que pasan por A Senra a lo largo del mes de junio. Una cifra más que considerable que permite, a poca que sea la implicación, el obtener un botín de lo más interesante para ayudar a quienes más lo necesitan.
La fundación solidaria, que tiene como cabeza visible al exfutbolista Benjamín Zarandona, se convirtió en la puerta de entrada de toda esa solidaridad en África, concretamente en Guinea Ecuatorial. El que fuera centrocampista, entre otros, de Valladolid y Betis, mantiene unos estrechos lazos con su país de nacimiento y del de sus familiares, a los que ayuda con toda la empatía que pueda recabar del fútbol español.
Material con la ciudad costera de Bata como destino
Una vez se recogen todos los pares de botas, es la propia entidad encabezada por Zarandona la que se encarga de venir a recoger todo el material para hacérselo llegar a los niños de la ciudad costera de Bata. Allí también llegan las camisetas cedidas por el Club Deportivo Ribadumia, así como las que llegan desde los almacenes del Real Valladolid o el Real Betis.
Fue el pasado 1 de octubre cuando una empresa de mensajería llegó a Ribadumia para cargar con todo el material deportivo que se recogió en la Copa Ribadumia-Clae Viajes y, exactamente hace tres días, esas cajas cargadas sobre todo de botas llegaron a Bata.
Desde allí llegaron las fotos de los pequeños proyectos de futbolistas mostrando toda su ilusión tratando de encontrar el número que se ajustase a sus pies. Poder calzarse unas botas de fútbol suponía para ellos toda una experiencia novedosa que solo servía para plasmar que también se puede pelear contra la desigualdad social con el deporte como herramienta ejemplarizante.
