Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un ejemplo de voluntariado que toca a su fin en Vilagarcía

El Ondas de Arosa, publicación mensual de la comunidad parroquial de Santa Eulalia de Arealonga, cerrará con el número de diciembre una historia de 42 años de vivencias

Dos jóvenes junto a algunas de las publicaciones que leyeron muchas familias vilagarcianas durante más de 4 décadas. | // I. ABELLA

El próximo mes de diciembre una de las señas de identidad de Vilagarcía se despedirá para siempre. El Ondas de Arosa publicará su último ejemplar. A partir de ahí se pondrá un antes y un después a una iniciativa que congregó a su alrededor a centenares de personas a lo largo de las últimas décadas. Todas ellas con el nexo de unión de la buena voluntad y el orgullo de sentirte parte de la comunidad eclesiástica de la parroquia de Santa Eulalia de Arealonga.

Desde su salida a la luz la publicación se convirtió en la ventana al exterior de opiniones, reportajes, artículos... Los colaboradores y redactores elaboraban sus textos que entregaban a María Teresa Torrado. Corría el año 1980 y en esa efervescencia de la democracia iniciática, Vilagarcía encontró en el Ondas de Arosa un punto de debate, reflexión y participación que iba más allá de lo religioso. Lo social, lo cultural y lo deportivo también tenía cabida en aquellas líneas que se recogían y se imprimían en Santiago, concretamente en la rotativa de El Correo Gallego.

Laura Moldes y Andrea Núñez consultando varios números de Ondas de Arosa. INAKI ABELLA DIEGUEZ

Con el párroco José Fernández Lago, para todos Don José, asumiendo las labores de director desde el primer hasta el último día, el Ondas de Arosa fue haciéndose un hueco en el tiempo de lectura de muchas familias vilagarcianas. Cada miércoles anterior al segundo domingo de cada mes, el periódico parroquial extendía una ejemplarizante red de voluntariado para que todas las calles de la ciudad recibiesen la publicación.

Aquello que nació de la ilusión fue convirtiéndose, a base de buen hacer, en un modelo que iba reuniendo a su alrededor cada vez a más personas. María Teresa Torrado era quien daba forma a todo aquel aluvión de colaboraciones, fotografías, contenidos... Como ella misma recuerda, “fueron muchísimas las personas que ayudaron a que el Ondas de Arosa fuese posible. Todo el mundo estaba dispuesto a ayudar y el periódico se hacía entre todos y gracias a todos. Fue una experiencia muy bonita, pero también de muchísimo trabajo detrás. La verdad que cuando se tuvo que tomar la decisión de no volver a publicar más número me quedé muy triste”.

Todo el mundo estaba dispuesto a ayudar y el periódico se hacía entre todos y gracias a todos

María Teresa Torrado - Coordinadora del Ondas de Arosa

decoration

Curiosamente, la publicación de la parroquia de Santa Eulalia contaba con centenares de redacciones y oficinas, que no eran otras que las casas de tantos colaboradores. Todos ellos afinaban sus máquinas de escribir o sus bolígrafos para plasmar en aquellos papeles en blanco sus inquietudes, siempre con un estilo esperanzador y positivo a la par que informativo, pero sin pasar de puntillas por los problemas sociales que han ido acompañando a cada época.

Ignacio González “Nasuko”, Xermán Torres, Fernando García Sanz... Solo son algunas de las firmas que mensualmente han venido ilustrando la publicación eclesiástica a lo largo de sus 42 años de existencia. Además, no olvida María Teresa Torrado que “repartíamos por 89 calles de Vilagarcía, teníamos suscriptores fuera a los que le enviábamos el periódico por correo, llegamos a tener más de 80 repartidores... Fue un vínculo increíble el que se creó que ahora ya no es asumible”.

10 euros al año de suscripción

Una suscripción anual de 10 euros era lo que permitía llevar a cabo una tirada de 1.200 ejemplares cada mes. Señala Fernando García Sanz que “notábamos que el Ondas de Arosa es muy querido en Vilagarcía y que ayudaba a mucha gente mayor a no sentirse sola. Era una manera de mantener contacto con la parroquia. Era algo que iba más allá de una publicación porque también significó siempre un sentimiento de pertenencia y de respeto a una comunidad”.

Número 0 del Ondas de Arosa en 1980. FDV

Fue el pasado mes de septiembre cuando se produjo la reunión entre colaboradores en la que tocaba asumir la difícil realidad de la incapacidad para soportar la publicación. La bajada en el número de suscriptores, el aumento de los costes de producción, sumado a los efectos de la mengua de energía con el paso de los años, ha sido un cóctel demasiado difícil de digerir.

El Ondas de Arosa volverá a salir a la calle el miércoles 7 de diciembre, pero ya será la última. 42 años y más de 500 números después, Vilagarcía se quedará sin una publicación que le ha venido acompañando, pero que ahora dejará a la ciudad caminar sola.

Una pandemia que significó el inicio de la cuenta atrás

La falta de relevo entre la comunidad lectora del Ondas de Arosa es una realidad que no se puede obviar. Va aparejado al momento de crisis generalizado en cuanto a fidelidad que afecta a la religión.

El envejecimiento del núcleo mayoritario de suscriptores del periódico se hizo todavía más evidente con una pandemia que golpeó con dureza a los de más edad. Otros muchos redujeron sus salidas considerablemente, algo que también hizo que un buen número de colaboradores, especialmente en lo que respecta al reparto o a la generación de afiliados, perdieran energía.

Los periódicos están encuadernados en la iglesias de Santa Eulalia de Arealonga. FDV

Todo ello afectó a la sostenibilidad de una publicación que tenía que hacer esfuerzos ímprobos para llegar al siguiente número. Así, la reunión en la que se comunicó el fin del camino del Ondas de Arosa fue el punto más triste después de tantos años de vivencias.

Ahora todos los números encuadernados del Ondas de Arosa, que se conservan en la iglesia de Santa Eulalia de Arealonga, se convertirán en un objeto de colección. También en una parte más del patrimonio cultural de Vilagarcía que va mucho más allá de su sesgo religioso. En esas páginas se recoge también el sentir de muchas personas que fueron protagonistas en esencia del voluntariado más puro en favor de una noble causa.

Compartir el artículo

stats