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Cruzar O Salnés como una ardilla entre árboles centenarios

O Salnés cuenta con ejemplares impresionantes y únicos en jardines y parques públicos o privados

Impresionantes araucarias de Cambados INAKI ABELLA DIEGUEZ

O Salnés conserva cierta frondosidad aunque el sabio Estrabón no se atrevería hoy a afirmar que una ardilla la podría cruzar de Norte a Sur. Con todo, los amantes de la Naturaleza tienen aún posibilidad de hacer un viaje botánico inigualable por un territorio en el que se conservan, de momento, ejemplares únicos de eucaliptos, araucarias, impresionantes magnolios o cipreses gigantes. Sin duda un motivo muy especial para disfrutar de una semana de puente en la comarca, un lujo al alcance de todos que, en rigor, marcará para siempre a quien lo quiera disfrutar.

Los amantes de la botánica tienen en la comarca de O Salnés una oportunidad única de disfrutar de árboles únicos cuyas características recoge profusamente el llamado Catálogo de Especies Senlleiras de Galicia.

Magníficos jardines

La mayor oferta está en Vilagarcía de Arousa con ejemplares exclusivos en el pazo de Rubiáns o en los jardines de Artime, sin despreciar otros más comunes en espacios públicos y privados de la localidad. Pero también otras localidades como Vilanova, Cambados, Ribadumia o Meis merecen una visita rápida que incluya a O Grove para disfrutar de la legendaria Figueira do Meco.

Iniciando la ruta en Vilagarcía es indispensable conocer primero los alcanforeros del pazo de Rubiáns plantados hace unos 150 años y que tienen una considerable altura, hasta 20 metros. En el listado se explica que se trata de “un conjunto de ejemplares de distintas edades y morfología” aunque “destaca el situado entre el viñedo y la carballeira”.

En este mismo jardín de excelencia sobresalen por su tamaño las magnolias grandifloras, un conjunto de tres hermosos árboles con dos siglos de vida y de impresionante arquitectura en el que sus troncos, muy gruesos en la base, “crecen con gran rectitud y sin ramificarse hasta la cruz, situada en los tres árboles a más cuatro metros de altura”.

Eucaliptos impresionantes en la comarca

Y espectaculares son también los eucaliptos de esta propiedad. Desde 2007 se protege esta formación de 13 árboles de gigantescas dimensiones y con la peculiaridad de que “sus fustes crecen sobre promontorios basales muy gruesos, a modo de contrafuertes o de pata de elefante que les confiere una gran estabilidad”. Explican los expertos que fue la competencia entre los propios eucaliptos “la que provocó que la mayor parte de ellos alcanzasen grandes alturas, comparables en algunos casos con los famososo eucaliptos de Chavín, considerados entre los de mayor altura de la geografía gallega y española”. Añaden que dos de los eucaliptos tienen un perímetro del tronco solo comparable al de los mayores castaños, superando los 14 metros en su base”.

Otro de los lugares imprescindibles en Vilagarcía para conocer especies únicas es el Jardín de Artime, donde destacan los taxodios o cipreses calvos, un conjunto de plantas caducifolias que pueden alcanzar hasta los 40 metros de altura, donde los arousanos no quedan atrás pues el catálogo subraya que miden 33,9 y 34,2 metros. Tienen una edad que ronda los 150 años y se trata de un conjunto único en España “en cuanto al tamaño de los ejemplares, entre los que destaca el situado frente a la fachada, al final del paseo”.

Los cipreses magníficos

Se añade que uno de ellos tiene un tronco impresionante de 6,4 metros de perímetro y que se ramifica a cuatro metros de altura, punto en el que se divide en tres grandes fustes que crecen con gran verticalidad”.Y en este sentido Rafael Areses en su libro “Nuestros parques y jardines” que este taxodio es de mayores dimensiones que el famoso ciprés calvo del parque del Retiro de Madrid, aunque el madrileño corresponde a una especie diferente”. Los jardines de Artime, cerca de la playa de Compostela, cuenta con una excelente colección, digna de ser conocida.

Visitados estos lugares, cabe dirigirse a Vilanova para conocer tanto el piñeiro manso del pazo de Cabido como el sauce o salgueiro de la Braña de Xafardán.

Como la copa de un pino

El colosal piñeiro de Cabido muestra un porte formidable y su copa abarca y sombrea gran parte de la entrada al pazo de su mismo nombre, ya que tiene un diámetro muy superior a los 30 metros. Los expertos indican que esta impresionante copa está “sustentada por un fuste no menos corpulento ni asombroso, aunque de poca elevación, pues la cruz se forma a dos metros del suelo y de ella salen potentes brazos de mucha longitud e inclinación, pues la competencia por la luz y el peso de las ramificaciones les impide crecer con verticalidad”. Añaden que no le faltan en la copa amputaciones ni ramas partidas, normales debido a la edad del ejemplar”, que ronda los 300 años según los estudios realizados.

Sauces que se mimetizan en el paisaje

Explica el Catálogo oficial que, por su parte, en la Braña de Xafardán, en la parroquia de Deiro (Vilanova) se sitúa un “salgueiro” con una morfología muy peculiar pues “el tronco tiene una circunferencia en la base de más de cinco metros, y poco más arriba del suelo emergen cinco brazos que se abren en todas las direcciones, como si intentase abarcar todo el espacio posible debido a la competencia que le realizan un grupo de cañas de bambú”. Con todo, se trata de un árbol de tamaño mediano, de apenas 10 metros de alto con copa achaparrada y en forma de globo, que entrelazada con las de los demás sauces del espacio resulta difícil de observar. El ejemplar del que se habla tienen unos 75 años con una superficie de copa de unos 245,93 metros cuadrados, lo que da idea de su dimensión.

Muy cerca puede visitarse el ciprés de California del pazo de Quintás en Meis, de dimensiones espectaculares, asentado sobre un enorme tronco con un diámetro normal próximo a los tres metros y provisto de grandes contrafuertes que le confieren estabilidad. El árbol sufrió numerosas podas y roturas de ramas, pero sobre todo está muy afectado desde1984 debido a los daños causados por el huracán Hortensia que deformó enormemente su copa de 461 metros cuadrados. En la actualidad, explica la Xunta las ramas del ciprés de 150 años están sujetas por cables.

Las espléndidas araucarias de la villa del albariño

A continuación conviene viajar a Cambados para disfrutar de las araucarias excelsas de la localidad, con más de un siglo de antigüedad y una altura de más de 30 metros con copas que abarcan un perímetro de casi cien.

En este caso son dos ejemplares de casi idéntica hechura cuya base de los fustes es circular, aunque no le faltan los contrafuertes que le dan estabilidad frente a los fuertes vientos costeros. Las ramas se distribuyen de forma radial alrededor de los troncos, formando pisos; las inferiores son de mayor longitud que las de las zonas altas, de forma que las copas muestran un hermoso perfil piramidal.

En la selección se indica que a pesar de que son dos ejemplares relativamente jóvenes “uno de ellos comenzó a perder ramas hacia sotavento sin que eso, por el momento, suponga una disminución volumétrica importante ni motivo de preocupación”.

Ejemplares singulares no se encuentran en localidades como A Illa, Meaño o Sanxenxo, ni tampoco en Catoira, Pontecesures o Valga, por lo que otros jardines dignos de ser vistos son los de Padrón.

Espectaculares “carreiras” y la Figueira do Meco

En Ribadumia los ejemplares botánicos más espectaculares son las llamadas “carreira de eucaliptos” del pazo de Barrantes” y la “carreira de buxos” del pazo de Quinteiro da Cruz. En el caso de los eucaliptos de Barrantes se trata “de una doble alineación o avenida de escasa representación en Galicia con árboles de esta especie”. Explican que los fustes de estas alineaciones arbóreas “se asientan sobre bases muy gruesas, a modo de patas de elefante, alcanzando alturas próximas a los 50 metros en la mayor parte de los ejemplares”. Como característica exponen que estos eucaliptos “comienzan a ramificarse una vez superados los cuatro metros” y añade, “sus copas, que se entrelazan, son de grandes dimensiones”. Su situación, en la entrada del pazo y rodeados de viñedos hace, si cabe, más hermosa la formación que tiene como mínimo 150 años de vida. En cuanto a la carreira de buxos se estima que tienen más de 300 años de existencia en los jardines del pazo de Quinteiro da Cruz. La formación arbórea tiene 35 metros de longitud y destaca por su buen estado de conservación, ya que es una de las pocas que ha resistido a la plaga de la llamada mariposa del boj, principal causante de la muerte de esta especie en Galicia, sobre todo en la provincia de Pontevedra. Y para concluir el recorrido es indispensable ir a O Grove para conocer la legendaria Figueira do Meco, un árbol con una morfología única que consiste en un conjunto de ramas que, condicionadas por la falta de suelo y por la influencia del viento salino no consiguieron desarrollarse más allá de los cuatro metros sobre la roca. Es una planta clonada de más de 300 años en el monte de Siradella.

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